EL PUNTO DE VISTA DE MAYASé que soy una mujer testaruda a la que no le gusta admitir cuando la gente tiene razón, mis amigos me conocen desde hace tiempo suficiente para saberlo. Cuando Vic, hace unas noches, me puso contra la pared y quiso hacerme confesar que me sentía atraído por Carina, mi respuesta inmediata fue negar -con vehemencia- todos sus comentarios.
No importaba que me hubiera sentido caliente -y tan increíblemente mojada- cuando bailaba conmigo, o que me hubiera pasado la mitad de la noche sonrojada por sus comentarios y queriendo burlarme aún más de ella para que continuara este juego conmigo.
No importaba que hubiera estado mirando mi teléfono durante unos minutos, leyendo y releyendo el mensaje que me había enviado esa mañana.
—¡Buongiorno, Maya! Espero que nuestros horarios se vuelvan a coordinar pronto; Echo de menos tomar un café contigo en nuestro ferry".
No importaba que no pudiera dejar de pensar en ella, en lo hermosa que se ve cuando sonríe, no una sonrisa común, tímida y discreta, sino una sonrisa genuina y dentada que causa arrugas en el costado de sus ojos y la hace aún más atractiva, o cómo su cabello es comparable a la perfección. No importaba que contara los minutos para conocerla y que estuviera perpetuamente de mal humor desde que nos enteramos de que estaríamos en turnos opuestos esa semana durante al menos cuatro días.
—¡Buenos días, Carina! Que tengas un buen día en el trabajo. También echo de menos ir al ferry y verte.
¿Demasiado adelantado?
No sabía cómo actuar con ella, me ponía nerviosa cada vez que tenía que entablar alguna interacción con Carina y me volvía loca. Deseaba poder enviarle un buen cumplido por mensaje de texto, invitarla a salir, pasar un tiempo a solas, solo nosotros dos, y luego conocerla con la determinación suficiente para darle un beso en esa hermosa boca suya.
Pero la verdad es que me acobardaba cada vez que pensaba en esta posibilidad porque Carina no era una mujer cualquiera. Era demasiado segura de sí misma, demasiado cómoda en su propia piel, la forma de caminar me daba la impresión de que no cualquiera tendría el privilegio de estar en su compañía y tenía miedo de ser rechazada porque ¿qué vería una mujer como Carina en una mujer como yo?
Era divertido intercambiar cumplidos, coquetear abiertamente y bromear entre nosotros, pero no tenía forma de saber si todo esto era solo un juego para ella, como habíamos comenzado, o si había algo de verdad detrás de nuestros comentarios.
Bueno, eso y el hecho de que no quería estropearlo por segunda vez. Ahora que nos estábamos acercando de nuevo, no sabía si mostrar un interés más allá de la amistad era lo que debía hacer.
Odiaba que Carina fuera capaz de sacudir todo mi juego.
¡Oh, el juego!
En los últimos días, nos hemos dedicado a bromear a través de mensajes, por lo que tal vez no fue muy atrevido de mi parte enviar este mensaje en respuesta.
Presioné el botón "enviar" y coloqué mi teléfono con la pantalla frente a la mesa.
Un golpe en la puerta me hizo saltar de la silla, como un adolescente al que pillan con las manos en la masa haciendo algo malo.
-¡Pasa! - Lo permití tan pronto como me recompuse.
-¿Capitán? - Travis asomó la cabeza en mi oficina.
-¿Pasa algo?
-¡No, pero tenemos un pequeño problema! - Cerró la puerta tras de sí. - Dean ya no podrá recibirnos en su casa para la noche de juegos.
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Ferry-love-boat
Fanfiction¡El amor es algo gracioso! Aparece en nuestras vidas y de la manera más impredecible y nos cambia para siempre. No importa si es cuestión de días o años, lo que se sabe es que el tiempo no es relevante cuando la conexión con otra persona es verdader...