Ferry-love-boat

Capitulo 23

EL PUNTO DE VISTA DE MAYA

Dolor.

En tantos lugares diferentes.

Al mismo tiempo.

Dolor en tantos lugares diferentes al mismo tiempo, eso es lo que sentí mientras mantenía los ojos cerrados, inmerso en mis pensamientos y en mi propia conciencia. Sentir lo que estaba sintiendo en ese momento casi me hizo querer volver a mi estado inconsciente donde era ajena a todo lo que me rodeaba y a todo lo que le estaba sucediendo a mi cuerpo; Sabía que no se trataba de una simple noche de sueño porque junto con el dolor venían mis últimos recuerdos: un incendio de cinco alarmas, el jefe del batallón pidiéndome que controlara la llama de uno de los coches, una explosión, y abrir los ojos también me haría enfrentarme a la realidad del estado en el que me encontraba y no sabía si estaba preparado para ello.

-Gracias, Jo, pero no tenías que venir hasta aquí, encontraría alguna manera de comer más tarde, o mi hermano probablemente me obligaría a comer en algún momento del día. - Esa voz. Esa voz que tanto amaba y extrañaba tanto escuchar. La voz de Carina.

Así que tal vez realmente estoy equivocado y de hecho estoy soñando, estoy soñando con lo que más deseo y abrir los ojos ahora ya no es una opción porque estar rodeada por la voz de Carina me trajo paz y una sensación de plenitud que no había sentido durante días. Fue como redescubrirme a mí misma dentro de mí misma, vislumbrar la persona que era cuando estaba con esa mujer, y me sentí tan bien.

-Oh, pensé que te había hablado. Fue el propio Andrew quien me hizo prometer que te traería algo de comer y que no me iría hasta que hubieras bebido al menos la mitad de este batido. - La voz de Jo Wilson también se hizo notar, así que tal vez en realidad no estaba soñando, no conocía a la mujer lo suficientemente bien como para tener una idea clara de cómo sonaría su voz, y no estaba lo suficientemente cerca de ella como para que estuviera dentro de mis sueños.

Traté de obligarme a abrir los ojos, y una tarea tan simple exigía un esfuerzo desproporcionado que solo acentuaba mi dolor. Los músculos de mi cara se contrajeron y esto solo pareció empeorar el dolor en mi frente; Un gruñido de dolor escapó de mis labios y finalmente la luz invadió mis ojos y parecía como si mi retina estuviera ardiendo.

-¿Maya? - Me llamaron por mi nombre, y solté otro gruñido cuando el fuerte sonido hizo que mi cabeza palpitara. - Bambina, ¿me oyes?

-¡ Ay. - Gruñí suavemente con la esperanza de que quedara claro que me dolía.

Poco a poco mis ojos se acostumbraron al intenso brillo de la habitación -una habitación de hospital, al parecer- y me di cuenta de que estaba acostado en una cama con la cara bajo una lámpara intensa; Lentamente aparté mi rostro del brillo y mis ojos se enfocaron en el rostro de la mujer a mi lado.

Carina.

Realmente estaba allí, a mi lado, con las cejas arqueadas y los labios como si quisiera decir algo, pero las palabras parecían estar atascadas en su garganta. Llevaba el pelo recogido en una cola de caballo, no tenía maquillaje en la cara, estaba vestida con una sudadera -nunca la había visto llevar sudadera, se veía bonita con ella, pero probablemente esto no era nada nuevo, Carina tenía el poder de verse bonita con cualquier cosa- y una gran sonrisa se dibujaba ahora en sus labios.

El dolor ya no parecía tan importante, el ardor en mi abdomen y los latidos en mi cabeza no eran nada comparados con las mariposas que se apoderaban de mi estómago y la sensación de una descarga de adrenalina que se vertía en mi torrente sanguíneo.

Dentro de la habitación se escuchó un nuevo ruido. Aparentemente, había sido traicionada por mi propio cuerpo porque el monitor a mi lado denotaba el ritmo rápido de los latidos de mi corazón y sentí que mis mejillas se calentaban mientras la vergüenza me vencía.