Capitulo 27

679 32 0
                                    


EL PUNTO DE VISTA DE MAYA

La adrenalina que corría por mis venas era una vieja amiga mía, la sensación de emoción y a la vez de pavor era lo que me mantenía vivo cuando entrar en escenas de fuego formaba parte de mi día a día. Cuando me convertí en capitán y me alejé de la acción, esta mezcla polémica dejó de ser parte de mi vida diaria, pero la sensación ahora era la misma y estar familiarizada con ella no me hacía inmune a sus efectos, todo lo contrario, me sentía aún más impotente porque a diferencia del acto de controlar las llamas -algo que solo dependía de mí- confesar mi amor y pedirle a Carina que fuera mi novia me dejaba por completo a su merced.

Las palabras acababan de salir de mi boca, Carina era una mezcla de lágrimas, sorpresa y sonrisa -esta última me dio el hilo de esperanza al que me aferré- y cuando la mujer se lanzó hacia mis brazos, casi no tuve tiempo de abrirlos para recibirla. El cuerpo de Carina se estrelló contra el mío y su abrazo me permitió soltar un suspiro de alivio, y aunque la palabra "sí" aún no había salido de sus labios, su gesto decía más que mil palabras.

Por un segundo no existió nada más, pero luego me di cuenta de lo bruscamente que se inclinaba el bote con su movimiento, se balanceaba frenéticamente de un lado a otro y mi reacción inmediata fue aferrarme aún más fuerte al cuerpo de Carina y ese fue mi error. La italiana perdió aún más el equilibrio, cayendo ligeramente hacia un lado, y mientras buscaba apoyo sentándose en el borde del barco, el impacto proporcionó el impulso necesario para que el barco volcara.

Oh, mierda.

Me dolían intensamente las piernas y los brazos por el contacto con el agua helada, pero pronto moví los pies para emerger al lago y vi que Carina hacía lo mismo, frotándose las manos delante de la cara y apartándose el pelo de los ojos.

-¡Carina! - Hablé con los dientes castañeteando. -¿Estás bien?

-¡Me estoy congelando! - Ella me respondió, pero sonrió y nadó hacia mí poco después, su cara se alejó de la mía antes de apretar nuestros labios en un suave beso. -Sí.

-Sí, definitivamente nos vamos a congelar. - Le respondí, soltando una risa nerviosa.

-No... Quiero decir, sí, seré tu novia. - Tenía una de las sonrisas más hermosas que había tenido el privilegio de ver en su rostro, y sus palabras me calentaron a través del frío que intentaba paralizarme.

-Bueno, después de que casi me matas, supongo que soy yo quien tiene que considerar si realmente seré o no tu novia. - Le respondí bromeando, y Carina se rió conmigo. - Subamos al barco y volvamos al campamento, tenemos que deshacernos de esta ropa mojada o nos dará neumonía.

Con cierta dificultad, a causa del frío, nadamos hasta la barca, que se balanceaba ligeramente bajo las olas que hacían nuestros movimientos; Subí al bote con torpeza, y cuando finalmente estuve dentro, extendí mi mano y ayudé a Carina a levantarse, con cuidado para que el peso de nuestros cuerpos no volviera a inclinar el bote.

-Lo siento. - Carina tartamudeó las palabras mientras temblaba de frío, sus brazos rodeaban su propio cuerpo, y el sonido de sus dientes castañeteando llenaba el silencio de la noche.

-Ni siquiera me importa que me esté congelando. - Dije mientras remaba más cerca de la orilla del lago. - Estoy demasiado contento como para preocuparme por otra cosa. Pero al menos deberías quitarte la mitad superior de la ropa, para que cuando lleguemos a la orilla puedas envolverte en la toalla que usamos para el picnic.

Mis manos parecían estar pegadas a los remos de remo, mis dedos ya no tenían la movilidad que tenían antes, mis articulaciones no respondían de la misma manera a mis órdenes, y el movimiento que estaba haciendo con mis brazos requería mucha más energía de lo habitual. El esfuerzo extenuante y el frío helado ahora que estaba completamente empapado hacían que mi respiración fuera superficial y casi doloroso respirar.

Ferry-love-boat Donde viven las historias. Descúbrelo ahora