EL PUNTO DE VISTA DE MAYA¡Qué puto dolor de cabeza!
Mi cabeza palpitaba incesantemente con una fuerte migraña, sentía que mi estómago se revolvía en mi abdomen y había pasado un tiempo desde la última vez que tuve una resaca tan incapacitante. Traté de llevar la palma de mi mano a mi frente para cubrir parcialmente mis ojos y evitar que la luminosidad de la habitación empeorara aún más mi condición, pero mi brazo estaba atascado por lo que me vi obligado a abrir los ojos -gruñendo por toda la incomodidad que sentía y por el dolor en mis retinas invadido por la fuerte luz- para darme cuenta de la situación real de mi cuerpo.
Carina me estaba abrazando, su cabeza parcialmente metida en la curva de mi cuello mientras su cuerpo yacía prácticamente encima del mío, su brazo envuelto alrededor de mi hombro y sosteniendo uno de mis brazos cerca de su cuerpo mientras el otro permanecía hormigueando por estar metido debajo del cuello de Carina dándole algo de apoyo.
Tuve que levantarme para orinar, beber agua y cepillarme los dientes, mi boca sabía asqueroso, y escapar del cuerpo inconsciente de Carina sin despertarla fue mucho más difícil de lo que imaginaba, pero al final, lo logré.
Después de mis deberes en el baño, llegó el momento de las tareas de la cocina y tal vez un poco de jugo sería mejor que agua, al menos estaría poniendo algunas calorías en mi cuerpo - ya que la idea de comer algo era completamente repugnante para mi estómago nauseabundo - y por estos pocos momentos de mi día me olvidé por completo de la existencia de...
- ¡Buongiorno, Capitana! - ¡Buenos días, capitán! - Gabriella Aurora hablaba alegremente, mucho más alegremente de lo que cualquier ser humano debería sonar antes de media mañana, con una pequeña sonrisa irónica en los labios mientras les traía una taza de café.
- Buongiorno, Gabriella. - Le respondí secamente y tuve que contener un gruñido cuando vi que sus ojos bajaban hasta mis piernas, haciéndome darme cuenta de que solo llevaba puesta una de las camisas holgadas de Carina.
Esperar. ¿Dónde están mis bragas?
Sentí que mis mejillas se calentaban ante mi propio interrogatorio y me acerqué apresuradamente a la nevera, tratando de evitar movimientos que levantaran la barra de mi camisa, porque definitivamente no quería que Gabriella viera algo a lo que solo los ojos de Carina deberían tener acceso, y me serví un vaso de jugo.
-Entonces, ¿cómo está tu? ¿Rosso o ancora bianco? - ¿Rojo o todavía blanco? - preguntó Gabriella y puse los ojos en blanco en su dirección, atragantándome con el jugo que había intentado tragar un segundo antes.
-¿Disculpa? - dije en cuanto pude respirar de nuevo y Gabriella se echó a reír.
-Bueno, fuiste tú quien me dijo que a Carina le encantaba verte ponerse rojo, y no solo tu cara, sino también tu. - El italiano se encogió de hombros y mis ganas de vomitar aumentaron aún más. No podía creer que este italiano astuto se estuviera riendo a mi costa.
Mientras procesaba sus palabras, comencé a recordar la noche anterior. Recordé a Gabriella hablando de todo el sexo que tuvo con Carina mientras ambos estaban en la universidad, recordé que luchaba por controlar cada músculo de mi cuerpo para no hacer un gran problema cuando sabía que Carina también se molestaría cuando le dijera que Jack y yo habíamos tenido algo en el pasado, Recordé haber tenido que fingir sonrisas y fingir que todavía estaba de buen humor con Gabriella cuando bailaba con las manos sobre mi novia y, sobre todo, ahora recordaba todos los tragos de whisky que había tomado tratando de olvidar todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor la noche anterior.
Allí, frente a la risita en su labio y la mirada divertida que me dio, sentí más empatía por mí misma porque era muy difícil lidiar con Gabriella Aurora estando sobria.
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Ferry-love-boat
Fanfiction¡El amor es algo gracioso! Aparece en nuestras vidas y de la manera más impredecible y nos cambia para siempre. No importa si es cuestión de días o años, lo que se sabe es que el tiempo no es relevante cuando la conexión con otra persona es verdader...