Capitulo 17

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EL PUNTO DE VISTA DE CARINA

Dentro de mí las cosas se volvían cada vez más confusas.

Había tantos sentimientos que pedían a gritos ser expresados, y al mismo tiempo tuve que contener cada uno de ellos para no perder a la mujer de la que estaba perdidamente enamorado.

No había otra forma de decir lo que estaba pasando.

Simplemente estaba perdidamente enamorada de Maya Bishop.

-¡Ciao, Carina! - Las cálidas manos de la rubia se envolvieron alrededor de mi cintura con fuerza antes de acercarme y pegar mi espalda contra su frente. Su calidez fue muy bienvenida. Era el final del invierno y, aunque llevaba al menos tres capas de ropa, el frío fuera del ferry seguía siendo escalofriante. - Casi llego tarde, estaba haciendo mi batido de proteínas y la tapa se aflojó un poco y, bueno, hice un desastre en la cocina.

-Ojalá hubiera podido ver esta escena. - Giré mi rostro hacia un lado para vislumbrar por primera vez los ojos que hicieron que mi corazón se disparara y allí estaban, azules y brillantes, un poco más tensos por la gran sonrisa que Maya tenía en sus labios y, en el momento perfecto, los latidos de mi corazón se aceleraron. - ¡Buongiorno, bambina!

-¡Buenos días! - Inclinó su rostro hacia adelante y capturó mis labios en un beso rápido. -¿Café?

-¡Sí, por favor! - Asentí con la cabeza y la seguí hasta el bote.

-¿Lo de siempre? - Preguntó la mujer detrás de la caja registradora mientras Maya se acercaba.

-Y un espresso doble para la linda dama. - Me señaló con el pulgar, y fue en momentos como estos cuando tuve la certeza de que no había forma de detener el sentimiento que crecía dentro de mí. - Tengo una invitación para ti.

-¿Venga, sí? - pregunté, arqueando ambas cejas.

-En dos días, habrá una ceremonia de bienvenida para el nuevo Jefe de Bomberos, no es nada demasiado grande, realmente solo un grupo de bomberos sentados frente a un escenario mientras se presenta al nuevo jefe y luego hay comida y algo de música. - Habló rápido, y su rostro adquirió un tinte rojizo que me hizo sonreír.

-Si es algo con un grupo de bomberos, ¿qué estaría haciendo ahí? - Le pregunté, sin entender muy bien el sentido de su invitación.

-Bueno, podemos tomar un... Fecha. - Se mordisqueó el labio inferior.

-Aquí, capitán. - La mujer detrás del mostrador le tendió dos vasos de papel en su dirección, Maya los tomó y extendió el mío.

-Gracias. - Dije antes de tomar un sorbo de mi café.

-¿Dónde estaba? - También bebió un sorbo de su capuchino.

-Estabas a punto de invitarme a ser tu cita para la ceremonia de bienvenida del nuevo Jefe. - Le sonreí a medias, pero mi sonrisa se ensanchó rápidamente cuando vi que estaba nerviosa, tímida y roja, muy roja.

-Bueno, sí. - Se rió nerviosamente. - ¿Quieres ser mi cita?

-Trabajo por la mañana, ¿es cosa de la noche?

-Sí, empieza a las 7 de la tarde.- Ella esbozó una gran sonrisa, dándose cuenta de que no tendría nada que me impidiera ir.

-Entonces me encantaría ser tu cita, Maya. - Me empezaban a doler las mejillas de tanto sonreír, y para mi salvación, Maya inclinó su rostro hacia el mío e hizo que mis labios hicieran algo más que sonreír. - ¿Cómo debo vestirme?

-Es algo formal. - Ella asintió. - Pero básicamente es tu forma habitual de vestir, ya que insistes en vestirte como si todavía estuvieras en Europa.

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