Capitulo 28

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EL PUNTO DE VISTA DE CARINA

El viaje a la Estación 19 se estaba volviendo cada vez más familiar y era un lugar donde me sentía bien; fue bueno finalmente comenzar a desarrollar una amistad con los amigos de Maya y nuestro viaje de campamento fue fundamental en ese proceso.

-¡Buenos días, Carina! - sonrió mientras pasaba por la puerta de entrada de la estación. -¿Cómo puedo ayudarle?

-Buenos días, Maya me pidió que fuera a ayudar con un paciente que vino a ustedes antes, no me dio su nombre, pero dijo que estaría en su oficina. - Le expliqué, señalando con el pulgar hacia el despacho de Maya que estaba frente a la mesa donde estaba sentado el bombero.

-¡Oh, sí, por supuesto! - Se levantó de su silla y caminó alrededor de la mesa antes de ir a la puerta de la oficina y llamar un par de veces. Escuché la voz de Maya desde adentro permitiendo que el bombero entrara y abrió la puerta. - Capitán, Carina está aquí para verte.

-Déjala entrar. - Maya habló desde adentro y me acerqué a la puerta, mientras lo hacía la mano de Jack se deslizó por mi espalda mientras pasaba junto a él, sus dedos contra mi espalda baja me empujaron suavemente hacia adelante, y aunque su toque fue sutil, fue inapropiado e inoportuno, así que pronto entré apresuradamente a la oficina. - Gracias Jack, puedes irte ahora.

Jack parecía ser sinónimo de problemas, desde nuestro viaje podía sentir sus miradas fijas en mí de una manera que me hacía sentir incómoda, pero sabía que cualquier comentario mío causaría muchos problemas al bombero, sabía que Maya podía ser una capitana dura cuando quisiera.

-Hola Carina, soy Joana. - Maya se levantó de su silla y caminó alrededor de la mesa frente a ella, señalando con la mano a una adolescente que estaba sentada en una silla cerca de la pared. Su lenguaje corporal mostraba miedo e inseguridad, su cabeza estaba baja y sus ojos suspicaces estaban atentos a todos los movimientos a su alrededor.

-¡Buenos días, Joana! Soy Carina DeLuca, soy doctora, ¿puedes decirme qué te pasó? - Puse mi bolso en el escritorio de Maya e intercambié una sonrisa rápida con mi novia antes de acercarme a la adolescente.

-Yo... -La niña empezó a hablar, pero le temblaba la barbilla, delatando sus ganas de llorar. -Estoy embarazada.

-Está bien... - Tiré de la silla que aún estaba vacía frente al escritorio de Maya y la moví para quedar frente a Joana. - ¿Tienes novio?

-Sí. - susurró.

-¿Es la única persona con la que tienes sexo? - pregunté, cruzando las piernas y tratando de tranquilizar a la niña aún muy asustada.

-Sí. - Su voz era baja.

-Me imagino que no fue un embarazo planeado, ¿verdad? - Joana lo negó con la cabeza. - ¿Tus padres lo saben?

-Mi madre lo sabe, tuvimos una mala pelea antes y luego me vine para acá. - Explicó el adolescente.

-Joana, el sexo seguro es importante, no solo para evitar el embarazo, sino para mantenerte sana, eso lo sabes, ¿no? - Ella asintió brevemente, su cabeza gacha, su mirada apartada de mi rostro. - Pero ahora que estás embarazada necesitas saber que tienes opciones, algunas de ellas aún requieren el apoyo de tus padres, otras no, y cualquier decisión que tomes debes estar absolutamente segura, y tendrás que pensarlo mucho. ¿Lo entiendes?

-Sí. - La niña se secó una de sus lágrimas cuando me puse de pie y fui a mi bolso, sacando una tarjeta y un bloc de notas. - Sé que tienes miedo, yo también lo estaría si fuera tú, sé que cuando suceden cosas inesperadas, tendemos a desesperarnos, pero necesitas estar tranquilo para tomar una decisión. Tu madre también se ha asustado con la noticia, pero quiero que vayas a casa y hables con ella y vayas a Grey Sloan lo antes posible y le des a la recepcionista este periódico, te veré allí, ¿de acuerdo? Nos sentaremos juntos, tú, tu madre y yo hablaremos sobre tus opciones y los pasos que se darán a partir de ahí.

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