Capitulo 22

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EL PUNTO DE VISTA DE CARINA

Mi mente se había desconectado por completo de cualquier otro pensamiento que no fuera Maya desde el momento en que esas dos palabras salieron de la boca de mi hermano. Un segundo estaba mirando su cara roja mientras jadeaba por aire y al segundo siguiente estaba corriendo por los pasillos hacia la sala de emergencias y, aunque no soy religiosa, estaba gritando una oración en mi mente y pidiéndole a cualquier ser superior que estuviera allí que no me quitara a mi Maya.

Al entrar en la sala de emergencias, mi cabeza daba vueltas, mi estómago se revolvía dentro de mí y mis manos temblaban mientras recorría con los ojos a las personas que caminaban de un lado a otro; no pasó mucho tiempo antes de que viera a Andy con ambas manos en su cara tratando de contener lo que parecía un llanto y mi pecho se apretó de inmediato. Di pasos rápidos hacia ella, pero con cada paso parecía que me desesperaba un poco más pensando que tal vez lo peor ya había pasado.

-¡Andy! - La llamé, con la voz temblorosa, mostrando todo mi nerviosismo. - Andy, ¿qué pasó? Yo... Andrea... ¡Ugh!

Mis pensamientos corrían por mi mente, quería respuestas de inmediato, quería que me dijera que Maya estaba bien, que Andrea había reaccionado de forma exagerada y que acababa de torcerse el tobillo, pero cuando la mujer levantó sus ojos rojos e hinchados en mi dirección, mis ojos se llenaron de lágrimas y mi garganta se apretó aún más.

-Ha habido un incendio importante, cinco alarmas en el centro. - Andy sollozó entre palabras. - Maya tuvo que ayudar a controlar las llamas, yo estaba dentro del edificio, salía con una de las víctimas cuando explotó uno de los autos involucrados en la escena; Maya fue arrojada hacia atrás, y algunas partes del auto volaron con ella y...

-¿Y qué, Andy? - Le exigí que continuara rápidamente, pero me llevé una de mis manos a la garganta tratando de alguna manera de empujar hacia abajo el nudo en mi garganta que ya se estaba formando.

-Estaba empalada por una de las partes metálicas, se golpeó la cabeza y estaba inconsciente cuando la trajimos aquí, Carina... Perdió tanta sangre... ¡Dios! - Volvió a llorar y esta vez me uní a ella, me llevé las manos a la cara y grité.

No sabía lo que estaba pasando dentro de mí, pero sentí la necesidad de gritar y eso es exactamente lo que hice; Dejé que parte de mi dolor y desesperación se derramaran fuera de mi pecho, pero necesitaba ver a Maya, necesitaba saber cómo estaba.

-¿Dónde está? - pregunté, frotándome las mejillas con fuerza, secándome las lágrimas y tratando de pensar con claridad, frialdad y cálculo. Necesitaba encontrar algo de enfoque, algún punto de apoyo para poder pensar lógicamente en ese momento.

-Allí. - Andy señaló una de las habitaciones y yo me mordí el labio con fuerza, apreté los puños y respiré hondo dos veces.

-Sostén esto para mí. - le pregunté entregándole mi bolso y ella asintió, aún tratando de calmarme. - Iré a ver cómo está.

Durante los rápidos pasos que di hacia la habitación, estaba tratando de convencerme a mí misma de que entrara en mi modo médico, tratando de distanciarme de toda la emoción, el dolor y la angustia que me llenaban en ese momento. A medida que me acercaba, podía escuchar a la gente hablando en voz alta y rápida desde adentro, puse mi mano en el pomo de la puerta y respiré hondo por última vez antes de abrir la puerta, entrar en la habitación y darme cuenta de que todo había sido en vano.

Todo mi intento de mantenerme cuerdo y profesional, que me había costado mucho esfuerzo fuera de la habitación, no tuvo ningún efecto en el interior. En el momento en que mis ojos se posaron en el cuerpo inconsciente y parcialmente expuesto de Maya, las lágrimas brotaron, la opresión en mi pecho se hizo aún más intensa y desaprendí a respirar; el aire estaba atrapado en mi pecho y la sensación que tenía era que me estaba asfixiando poco a poco con el ardor en mi garganta haciendo aún más difícil cualquier intento de mi cuerpo por recuperar el aliento.

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