Capitulo 33

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Me encontraba en mi cuarto envuelta en una toalla, me encontraba acostada mirando al techo, posiblemente me levantará en el momento en el que la humedad de mi cabello comenzará a molestarme o tal vez en cuanto la brisa circule lo suficiente como para hacerme temblar pero por los momentos, no.

Me encontraba en un trance bastante profundo dónde los pensamientos circulaban de manera automática por mi cabeza pero a la vez sentía un inexplicable vacío silencioso, ¿es a lo que llaman disociar?

Suspire mientras me frotaba los ojos y me daba ánimos a mi misma para levantarme.

—Vamos, podemos con esto —susurre para mí misma mientras me sentaba en mi cama.

¿Soy una tonta por no ser lo suficientemente confiada o soy una tonta por no ser lo suficientemente desconfiada?

Algo no me cuadra, lo sé desde hace unas semanas pero preferí ignorarlo y confíar ciegamente en Heeseung.

—¡¿Qué carajo estoy diciendo?!, por su puesto que el es confiable, el... el... —gruñi de frustración mientras me terminaba de vestir.

¿Alguien que conozco?

Mañana es el último día para prepararnos y siento que la información que tengo es casi nula.

En ese momento un suave golpe a la puerta me hicieron tener ganas de golpearla. No tenía que ser la persona más perspicaz como para no saber quién era. Me mentalice y agarre mis ovarios para abrir esa puerta.

Si necesitas ovarios para abrir una puerta no quiero saber que será de ti el día el enfrentamiento.

—Bien, es solo un hombre, ya hemos estado a sola mil veces —susurre para mí mientras acercaba mi mano a la manilla.

Tengo que estar sería, vamos, solo son unas simples preguntas, el tiene que decirle la verdad.

Antes de poder girar la manilla la puerta se abrió de un golpe golpeando mi frente y tumbandome el suelo.

—¡Dios mío, lo siento muchísimo! —de pronto un Heeseung con cara de niño asustado de acercó a mi —debí ser más paciente, dios santísimo.

—N-no te preocupes —intente calmar al ser que parecía más preocupado que la que había recibido un puertazo.

—Perdóname —dijo mientras tomaba mi mentón y revisaba que todo estuviera en orden.

Quedé embobada por su cercanía y atención hacía mi.

—Heeseung, te prometo que está todo bien —dije entre algunas carcajadas sueltas.

—Ven, déjame ayudarte —me ayudo a levantarme para luego rodearme con sus brazos.

Cualquiera que viera la escena pensaría que me caí de un quinto piso.

—¿Segura que estás bien? —dijo susurrando preocupado.

—Si, todo está en orden —dije con una sonrisa.

—Es que te me quedas mirando sin decir nada, algo me pensar que tal vez te golpeé alguna parte importante del cerebro.

Lo deje de mirar con ternura y le di un empujón en su hombro mientras el solo se dedicaba a reir.

Mientras pase a sentarme al borde de mi cama mientras lo veía, el se acerco un poco más, su expresión cambió un poco haciéndolo ver más serio, rozo la piel de mis hombros con la yema de sus dedos provocandome no escalofríos, siguió este recorrido hasta llegar a mis clavículas, en ese momento frunció ligeramente sus cejas dejándome muy nerviosa y confundida.

—¿Ocurre algo? —intente mantener la compostura pero era evidente que me estaba muriendo por dentro.

—Al parecer te lastimaste —dijo rozando un moretón que ni yo misma había notado.

—O-oh, eso... no es nada, no te preocupes, posiblemente todos tenemos algunos.

En ese momento chille internamente en el momento en el que Heeseung se acerco aún más al espacio entre mi cuello y mis clavículas y dió un tierno beso cuidando no lastimarme en  el proceso.

Quedé completamente congelada, roja, nerviosa, temblorosa o cualquier otra palabra que se use para explicarte el nerviosismo por tener al hombre por el que era capaz de todo.

—Sana sana colita de rana si no sanará hoy sanara mañana —canto susurrando lo que me hizo soltar una carcajada que eventualmente le contagie a el.

Luego agarro mis mejillas con sus manos y me dió un beso el cual le seguí sin muchos peros, era feliz acá ahora mismo, entonces, ¿si era feliz porque sentía tanta desconfianza?

Heeseung debió darse cuenta de mi cambió de ánimos porque su postura cambio a una de preocupación.

—¿Está todo bien linda?, discúlpame si te incómode, no era mi —lo interrumpí.

—No, no, no es eso, es que... —tuve la valentía de levantar la mirada— hay algo que he querido preguntarte pero realmente esperó que seas sincero conmigo.

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Dios santo, eliminen el 2023 y a los hombres virgo 😔👍

Discúlpenme, he tenido dificultades para tener ánimos para escribir.







ᴇʟ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏ ᴅᴇ ᴍɪ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴀᴍɪɢᴀ (Heeseung y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora