ᴇʟ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏ ᴅᴇ ᴍɪ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴀᴍɪɢᴀ (Heeseung y tu)

Capitulo 12

Estos últimos días de clases no había podido concentrarme en absoluto, este no era la excepción.

Era una sensación algo ¿agridulce?

Si es que eso tenía sentido.

Por un lado estaba el chico secuestrado que al parecer estaba muy presente en mis últimas conversaciones, es casi como si el destino buscará formas de adentrarme más a su caso.

Eso te lo estás inventando.

¡No es cierto!

Si, lo es, estás buscando excusas para meterte en ese lío.

¿Y que si es así? ¿no puedo preocuparme por alguien a quien le pueden estar haciendo cosas inimaginables en este momento?

Sacudí la cabeza intentando alejar mis pensamientos y poder concentrarme en mi profesor de castellano.

Cosa que fue un total fracaso evidentemente.

Y por el otro lado el casi beso de en mi habitación que no dejaba de repetirse toda la noche en mi cabeza, está de más decir que pase toda la noche imaginando como seguiría esa escena.

—Señorita ___ —la voz de mi profesor me saco de mi momento de delulu —,¿se encuentra bien? su cara está roja, ¿tiene fiebre?

Su pregunta solo hizo que mi cara se volviera aún más roja porque ahora todos tenían su atención centrada en mi.

—Si, disculpe, por favor siga —mi voz se escuchó más como un chillido pero al parecer sonó lo suficientemente convincente como para que el profesor se volviera a centrar en la clase.

—¿Segura que está todo bien? —susurro Meli a mi lado.

—Si, solo tengo un poco de calor.

No pareció creerme pero prefirió darme mi espacio.

*⭐*

Al terminar las clases me encontraba con Meli dirigiendonos a su casa.

No voy a mentir era los nervios hecho persona, no tenía ni idea de cómo actuar con Heeseung después de lo de anoche. Me ponía extremadamente nerviosa no saber que pasaría dentro de esa casa.

Cálmate ____, ya has lidiado con chicos antes, ¡puedes con esto!

Sabes muy bien que Heeseung no es cualquier chico.

—Bueno, ya estamos —dijo Meli ya al frentes de la puerta.

¿Soy yo o últimamente el camino a su casa es cada vez más corto?, podría jurar que hace unos segundos estábamos saliendo del portón.

Trague saliva en cuanto puse un pie dentro de la casa.

—¿Por qué tan nerviosa? —pregunto Meli girandose hacia mi confundida.

—Estoy...feliz, feliz y nerviosa por quedarme hoy contigo.

Meli hizo una mueca que no pude descifrar por completo, parecía guardarse algo.

—Ven, vamos a dejar tus cosas en mi habitación —dijo suavizando su mirada y está vez mostrando su característica sonrisa.

Cuando estábamos a punto de subir las escaleras hacia los dormitorios la voz de la mamá de Meli nos detuvo.

—¡____!, ya llegaste —dijo con un tono alegre saludándome mientras se acercaba a darme un abrazo.

Y si, Meli era el vivo reflejo de su madre en personalidad.