ᴇʟ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏ ᴅᴇ ᴍɪ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴀᴍɪɢᴀ (Heeseung y tu)

｡⁠:ﾟEpílogoﾟ⁠:⁠｡

7 inviernos
❄️

💽 Playlist:

Gone Away - Stray kids

Shot Glass of Tears - Jungkook

She's In The Rain - THE ROSE

Like You do - Joji

Off My face - cover Lee Heeseung

Don't - eAon feat. RM

Try again - D.ear x Jaehyun

Han pasado más de ocho otoños desde que tuve que despedirme de dos de las personas que más amaba. Ocho años que, en muchos sentidos, se sienten como un ciclo de recuerdos que no logro sacudirme del todo. Mis papás solían decirme todo el tiempo que algún día dejaría de sentirme así y tenían razón, los primeros años fueron una tortura absoluta comparados con mi presente hoy vivo en un paraíso, pero definitivamente ese suceso marcó un antes y un después dentro de mi.

Las pesadillas son un constante en mi vida. Sueños donde vienen por mi, por mi familia, como si aún no fuera acabado todo. Despierto con el corazón latiendo dolorosamente mientras estoy empapada en sudor sintiendo que mi cabeza estará en bandeja de oro, que en cualquier momento en las noticias aparecerá la cara de alguno de los chicos con la noticia de que han fallecido por culpa de la maldita mafia.

He estado asistiendo a terapia durante casi siete años por insistencia de mis papás, y aunque he aprendido a hablar más respecto, hay algunas cosas con las que he terminado aceptando que tendré que vivir por el resto de mi vida. No es un dolor constante pero aparece de vez en cuando.

La culpa es una de las cosas que más me quita el sueño a menudo, ser la única que  pudo regresar a una vida "normal" mientras que todos ellos tuvieron que elegir entre estar muertos o huir, yo continúe mi vida, termine el colegio, estudié una carrera y ahora soy una adulta con una vida normal. Eso me jodia, muy en el fondo de mi cada una de esas cosas se sentía como una traición en mi pecho, me preguntó si de verdad merezco esta vida, si es justo que esté disfrutando y ocupando un lugar que debería ser llenado por cada uno de ellos.

A menudo la señora Doris, mi psicóloga, me hace recordar y decirme a mi misma que no tenía control sobre la situación que yo no podía prever lo que iba a suceder ni tampoco tenía el poder de cambiar el destino de ellos. Aunque a veces me cuesta comprenderlo del todo no puedo decir que no he avanzado.

En medio de todo esto hay una cosa que está en mi mente con más constancia que todo lo demás, cierta promesa de cierto individuo.

El prometió que regresaría, y durante mucho tiempo, esa promesa se convirtió en una especie de ancla a la que me aferraba para justificar el hecho de creía que, de alguna manera, su regreso podría traerme algo de paz que tanto anhelaba. Sin embargo con el paso de los años, he aprendido a dejar ir esa promesa y aceptar la realidad.

—Dios santo, ¿Todo esto lo escribí anoche? —, murmuré algo avergozada mientras leía la nota que había guardado en mi teléfono la noche anterior después.

Ayer se cumplían ocho años desde... Eso, y bueno no hay que ser un sabelotodo para intuir que tener día libre y una botella de alcohol mientras es el aniversario traumatizante me haría querer beber y sacar mis dotes de escritora melancólica.