ᴇʟ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏ ᴅᴇ ᴍɪ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴀᴍɪɢᴀ (Heeseung y tu)

Capitulo 44

FINAL PARTE (1/2)

"Melisa"

Al abrir los ojos, una luz intensa me golpeó, y todo giraba a mi alrededor. Intenté moverme, pero mis extremidades parecían de plomo.

Un sonido distante llegó a mis oídos: voces que parecían provenir de una radio, el irritante sonido martillaban mi cabeza.

—¿Dónde estoy? —murmuré, mi voz sonaba lejana y distorsionada.

Mis ojos se enfocaron lentamente, y allí estaba Meli, sentada en una esquina, su mirada estaba enfocada en unas pantallas mientras sostenía la pequeña caja de ruido. La traición me golpeó como un puño en el estómago. ¿Por qué estaba aquí?

Intentar levantarme, una ola de mareo me hizo caer al suelo helado. Mi corazón latía con fuerza, y el pánico comenzaba a asomarse.

—¿Meli? —logré articular, pero mi voz sonaba tan distante.

¿Qué me has hecho?

La habitación era pequeña y austera, con paredes grises que se sentían opresivas. Miré a Meli, que finalmente levantó la mirada, y en sus ojos vi sorpresa y culpa.

—¿Qué has hecho? —quise gritar, pero mi voz salió como un susurro tembloroso.

Me desplomé contra el suelo pero rápidamente fui recogida por Meli que me sostuvo entre sus brazos mientras me mesia y murmuraba cosas que no pude entender.

—¡¿Que me diste?!

Meli agarro mi rostro entre sus manos y veía su boca moverse pero no entendía que decía en lo absoluto. Intenté apartarla pero no tenía fuerza. Una textura rugosa en mis manos me llevo a verlas

Estaban vendadas al igual el muslo que me había rasgado.

Meli me toma de los hombros y se pone a revisar mis ojos, su mueca que de preocupación mientras murmuraba algunas cosas.

—Los dos son unos imbéciles —escuche finalmente.

Seguí luchando por apartarla.

—Esta bien no te toco —dijo Meli finalmente alzando la manos en señal de paz.

—¿Cómo pudiste? —susurre mientras sentía que me daban con un martillo en la nuca.

—Tranquila, ¿si? 

Eso me enfureció, intenté agarrarla de los hombros pero no tenía fuerza siquiera para hacer algo.

—¡¿Qué mierda has hecho Melisa?!

En eso mi vista logra enfocarse en algo más, las pantallas. Eran cámaras de seguridad. La empuje a un lado para poder arrástrame hasta ellas sin importar que tan desorientada me sienta.

—Ketamina —murmuro Melisa uniéndose a mi a observar las pantallas.

—¿Qué?

—Ketamina, te di solo lo necesario para dormirte un rato —murmuro sin mirarme a los ojos.

¿Cómo es capaz de decir que me drogo con tanta normalidad?