ᴇʟ ʜᴇʀᴍᴀɴᴏ ᴅᴇ ᴍɪ ᴍᴇᴊᴏʀ ᴀᴍɪɢᴀ (Heeseung y tu)

Capitulo 45

FINAL PARTE (2/2)

"Heeseung"

⭐Canción: Sofá (cover by Le Heeseung)

📌 Advertencia: Capitulo de larga lectura.

—¿A dónde? —pregunté, mi voz temblaba por la angustia del mundo combinado con una recuperación del efecto de la Ketamina.

Siento que me estoy volviendo loca.

Posiblemente ya lo esté, nadie me creía si cuento mi historia de estos últimos meses.

—A dejarte en un lugar seguro—respondió Melisa, su tono era serio pero decidida. Aprovechó la luz de la linterna para iluminar el camino hacia una puerta en la esquina opuesta de la habitación.

El miedo me invadía, pero sabía que no tenía opción. No podía quedarme aquí y dejar que todo se desmoronara. Retrocedí un paso, preparándome para seguirla, con su ayuda me levanté, pero las imágenes de Heeseung y Jay, heridos, y los chicos acorralados se repetían una y otra vez en mi mente.

—¿Y ellos? —pregunte.

Melisa apagó la linterna un instante, la presión de su voz se notaba.

—Ellos saben que hacer —Su mirada era intensa, exigía que me concentrara.

¿A qué mierda te refieres?

—¿Que quieres decir con que ya saben? —pregunte confundida.

Melisa suspiro y sentí su mirada a través de la oscuridad.

—Todos estamos al tanto del plan —admitio.

¿Todos?

¿Fueron capaces de mentir y planear toda esto a mis malditas espaldas?

¡Maldita sea!

La emoción que sentía ahora mismo no podía ni siquiera describirse dentro de las emociones básicas.

Melisa tomó mis hombros, su contacto me dio una chispa de esperanza entre la desesperación.

—¡Tienes que dejarlo ir! No es fácil, lo sé. Pero si no sales, si no te alejas de aquí, no habrá válido la pena. Necesitas irte.

Apreté mis puños mientras me aguantaba las ganas tan repulsivas que tenía de responderle.

Confío en ti Heeseung pero no puedo ser tonta.

¿Qué es todo esto?

Ella apagó la linterna y avanzó hacia la puerta, yo la seguí. Nos movíamos en un silencio tenso, cada paso se disimulaba con el caos que se escuchaba allá afuera. Melisa giró el pomo lentamente y, al abrir la puerta, una ráfaga de aire fresco y frío nos dio la bienvenida.

El pasillo estaba vacío, y la oscuridad se extendía más allá de lo que podía ver. Melisa me hizo una señal con la mano para que la siguiera de cerca.

—Una vez que salgas de aquí, tendrás que encontrarte con Bangchan —dijo Melisa mientras nos movíamos furtivamente—. Él te ayudará a salir del alcance de ellos. Prometió que te protegería.