Capítulo XXXV

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Después de haberse quemado las pestañas durante una semana, Jasper recogió el fruto de su esfuerzo al tener la hoja con el A+ escrito en tinta roja y un reconocimiento por sobresalir también en las prácticas de vuelo y simulacros. Estaba rebosante de emoción, y la bebida en su sistema le potenciaba el éxtasis de la buena nota. Lara le entregó una botella de cerveza recién abierta desde su lugar, en uno de los sillones de Tyler.

—La señorita Blair se quedó embobada cuando vio la nota de Lara, su primer A+ en toda la universidad. - Comentó Willow, haciendo reír a todos los presentes.

—¿Qué puedo decir? Estudiar con Ty es muy divertido. - Dijo la recién mencionada mientras le sostenía el mentón a su novio para después darle un pico.

—Hablando de noviazgos, ¿Qué tienes con Maeve? - El comentario de Tyler creó silencio en toda la sala, solamente música y el sonido que hacía la cerveza al bajar.

Los tres presentes miraron a Jasper, lo vieron bajar la cabeza con timidez acompañada de una sonrisa cómplice. Los tres muchachos le rieron el gesto mientas aplaudían, intimidando aún más a Herst.

—Realmente no puedo decir nada concreto, pero... - Hizo una pausa para dejar en suspenso a los demás. - Hombre, me encanta esa chica.

La bulla mandó a reír a los cuatro, no estaba ninguno en sus cinco sentidos pero estaban más que seguros de que esa confesión era la cosa más sobria que habían dicho en toda la tarde.

—¿Y tú le gustas? - Preguntó Willow, volviendo a crear silencio en la sala.

El reflector sobre Jasper le caló nerviosismo en toda la médula, nunca había sido demasiado bueno con las indirectas, y menos con las que pudiera darle la primera muchacha que había logrado hacer temblar sus cimientos.

—No lo sé, por ahora lo mejor que he hecho por ella es ponerle una curita. - Respondió él, casi que avergonzando.

—¿Por qué no le demuestras entonces lo mucho que te gusta? - Preguntó Lara.

—No sé cómo hacer eso. - Lo dijo casi como una queja. —Lo más difícil que he hecho en una relación, si es que así se le puede llamar, ha sido abrir un paquete de preservativos. ¡Agh, me siento como si tuviera quince años! - Tomó un trago de cerveza cuando la frustración comenzaba a asomarse.

—Maeve me ha dicho lo contenta que se pone cada vez que la consuelas. - El comentario de Willow tensó una cuerda dentro de Jasper.

—Jasper, nos has dicho miles de veces como la consolaste cada vez que empezaba a llorar o cuando tenía un ataque de pánico de esos. - Tyler se echó otro trago a la boca. —Hermano, si con eso no la tienes, no la tendrás con nada.

—Maeve, según tú, es alguien muy susceptible y que se pone a llorar de nada. Lo mejor que puedes hacer es ser una garrapata al lado de ella y comportarte romántico si quieres ablandarla. - Aconsejó Lara.

Cuando Jasper se vio rodeado de sugerencias como esas sintió más envalentonado que nunca, un aliento que más que crecerle el ego le decía que él era capaz de hacer más que quedarse a dormir hasta el día siguiente.

—¿Cómo es que saben tanto de ella si sólo Willow la conoce? - Los demás lo miraron con obviedad.

—No es como que veas una flor y digas "Ay, a Maeve le gustaría". O que le pases por al lado a una lagarito y se te vea a través de la cabeza que pensaste en que ella les tiene pánico, o cualquier otra cosa que te coloque los mismos ojos de borrego a medio morir que tienes ahora mismo. - Le respondió Lara, haciendo reír al muchacho.

—Se le nota que quiere salir corriendo a verla, ¿Eh? - Bromeó Tyler, con más veracidad que broma en sus palabras.

Jasper se quedó mirándolo, preguntándose si eso era una invitación a irse o si era una propuesta a tener en cuenta.

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