Capítulo XLV

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Jasper esperó sentado en el borde de la bañera, el agua cayendo en la tina y su tararear aleatorio siendo su única compañía. De repente se abrió la puerta, Maeve se asomó ganándose la atención del muchacho, estaba como insegura de entrar. Jasper la llamó con la cabeza, la mandíbula casi le llega al piso cuando vio su figura cubierta por una trusa enteriza de color negro y vuelos del mismo color en la parte superior.

—Sé que no es lo más sexy, pero realmente odio los bikinis. - Confesó al ver que el castaño no decía nada.

—Pero si te ves bellísima, mujer. - Le dijo sin pelos en la lengua, atrayéndola por la cintura y plantándole un beso en el valle de los senos ligeramente descubierto.

—Ya, ya, que hoy estás coqueto de más. - Le regañó con el dedo, la sonrisa quitándole cualquier autoridad que tuviese.

Jasper se inclinó a cerrar la llave cuando el sonido del líquido cayendo se volvió más grave.

—Entonces. - Le devolvió la mirada. —¿Baño simple o de burbujas?

—Nunca me he dado un baño de burbujas. - Jasper arqueó las cejas en sorpresa. —Yah, y ahora me vas a preguntar si nunca jugué con patos de hule en la bañera. - Arqueó más las cejas y Maeve le soltó un ligero golpe en la cabeza.

—Marchando entonces un baño de burbujas para la dama.

Jasper se levantó y agarró una cesta del estante del baño en lo que Maeve se quitaba la pierna. De la canasta sacó un frasquito a medio usar con un líquido amarillento y brilloso, otro que tenía una etiqueta de Body Lotion y por último...un patito de hule amarillo vestido con un simpático gorro de baño. La muchacha bufó y tiró los ojos hacia atrás con semblante divertido.
El muchacho echó primero el  - aparentemente -  jabón y lo revolvió con la mano para formar la espuma. El otro recipiente lo puso en el revestimiento de mármol que tenía la tina. Jasper se metió primero después de bajarse el pantalón de chándal gris y quedarse en bóxers. A Maeve le cosquilleó la cara cuando escuchó el gemido gutural que ahogó en su propia boca el muchacho al meterse en el agua.
La pintura comenzó a dejar una estela e inluso a pintar un poco la espuma. 《Dios ¿Qué diablos hace este tipo tan bueno con alguien que no hace pizca de ejercicio en su vida?》el pensamiento despertó a Maeve de su mini shock, encontrando la imagen del torso de Jasper con rastros de burbujas y su cabello medio húmedo después de que se hubiera pasado las manos mojadas.
Queriendo que no le vea el sonrojo se metió al agua, de espaldas a él, recostada a su pecho. En ese momento se debatió realmente cuál hubiese sido la mejor opción, si dejar que le viera el sonrojo o sentir contra ella todo lo que podía considerarse motivos por los que Jasper era un tipo sexy; al fin y al cabo, los dos caminos terminaban en el sonrojo.

—¿No querías que te frotara la espalda?

—Eso puede esperar. - Le respondió mientras la acogía en brazos, pegándola más a él.

—Hoy estás que eres un chicle, Jazz. - Maeve giró la cabeza, quedándose cara a cara y bastante cerca respecto a la boca. —Uno muy coqueto. - Le plantó un pico.

—La situación lo amerita. - Jasper le devolvió el beso con otro igual.

El patito flotaba entre la espuma, Maeve se entretenía picando la figurita flotante que iba de aquí para allá. En secreto estaba trantando de reprimir el sonrojo que tenía en la cara y el temblor anisoso que tenía en el momento. Se le interrumpió el pensamiento cuando Jasper la soltó y agarró la loción corporal, echándose una cantidad generosa en la mano que después restregó en la esponja de baño.
Enjabonó los hombros de Maeve y luego sus brazos, la verdad es que no había mucho más para restregar teniendo en cuenta la extensión del traje de baño.

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