Mi celular no dejaba de sonar, estire la mano para poder tomarlo de mi mesa de noche, pero fue inútil al primer intento, ya en el tercero pude alcanzarlo.—Diga. — Una voz masculina que conocía muy bien me respondió.
—_________ ¿ Dónde estás?
—En mi casa, hoy no me siento muy bien.
—¿Qué te sucede?
—Tengo dolor de cabeza, y siento que se me va a caer la nariz.
—Voy para allá. — colgó.
Deje el teléfono a un lado de la cama, y cerré mis ojos hasta quedarme dormida.
Desperté por el sonido de la puerta, alguien tocaba. Como pude me puse de pie y fui a abrir.
Jungkook estaba del otro lado, se veía como un desastre. Su cabello estaba completamente desordenado, y llevaba la ropa arrugada.
En su mano derecha traía una bolsa.
—Traje todo lo necesario. —Me indico la bolsa. — ¿Puedo pasar?
—Claro, digo viniste hasta aquí corriendo desde el otro lado de la ciudad. No dejarte entrar seria cruel de mi parte.
Me hice a un lado, el chico paso y se fue directo a la cocina.
—Me preocupe cuando Jannis dijo que no vendrías al trabajo hoy. Pensé que te había pasado algo terrible.
—Solo tengo algo de gripe, no es la gran cosa, así que no te preocupes.
—Tu voz no suena normal, ve a la cama. —Busco algo en su bolsa. — es medicina.
La acepte.
—A la cama señorita. — Volvió a insistir. — Te prepararé algo de comer, la sopa que haré te curara en seguida.
—Gracias, aun que no debiste molestarte.
—No es ninguna molestia, no me molesta para nada pasar todo el día contigo ________. —Me sonrió. — Me preocupas, porque eres importante.
—Iré a la cama, tú solo sigue haciendo lo que haces.
Me cubrí por completo mientras mi corazón latía con rapidez.¿Qué me sucede?
Luego de unos minutos el chico apareció, con una bandeja y un plato de sopa.
—Con esto, te pondrás de maravilla.
—Gracias Jk.
—Vamos pruebala.
Para ser honesta no sentía el sabor de la comida, aunque viniendo de un cocinero experto debe de estar deliciosa.
—Sabe bien, gracias. —Se sentó a los pies de la cama.
Mientras comía mi próxima cucharada, se quedó un rato analizando mi cuarto.
— Tienes un buen gusto para la decoración. — era su primera vez aquí.
—Lo sé, soy una mujer de buenos gustos.
Se detuvo a mirar una fotografía en mi escritorio. Era yo de pequeña, tenia 9 años. Estaba en la playa, llevaba una polera rosa con un sol en el centro, y una enorme sonrisa decoraba mis labios.
—Cuando niña eras linda, ¿que te sucedió? —Lo mire furiosa.
—Qué te pasa, sigo siendo linda, qué acaso no lo ves. — Comenzó a acercarse.
—Mmm.... tendré que ver más de cerca.
Se acerco tanto que nuestros rostros estaban a escasos centímetros, podía sentir su respiración, mientras mi corazón latía a mil por hora, sentía mis mejillas arder, al igual que mi rostro.
El chico toco mi frente. — Estás que ardes _________. Iré por algo.
Salió corriendo.
Deje el plato sobre la mesita, logre comer solo 4 cucharadas y ya me sentía satisfecha.
Jungkook entró con un pañuelo en su manos y un bowl con agua. Mojó el pañuelo y se acerco para colocarlo en mi frente.
—Con esto se te pasara. Recuestate. — Le hice caso.
Me corri a un lado, y se sentó en mi cama, mientras pasaba el pañuelo frío por mi rostro.
—Si sigues así tendré que llevarte a médico. —Sonó preocupado.
—No es necesario, no es grave como para que vea a un médico.
—No seas testaruda _________.
—Ya verás que después de dormir ya me sentiré mucho mejor. — Dije cerrando los ojos.
No supe cuanto tiempo me quede dormida, pero cuando abrí los ojos lo primero que vi fue a Jungkook durmiendo en el piso, y se apoyaba en la cama. Sonreí inconscientemente al verlo, se veía tierno.
Iba a levantarme al baño, pero hice tanto ruido que le chico se desperto alarmado.
—_________ ¿Estas bien?
—Si. — Se me acerco, para tocar mi frente.
—Ayer fue dificil bajarte la fiebre, me alegro que estes mejor.
—Muchas gracias por venir a cuidarme.
—Lo haría de nuevo. —Su rostro mostraba mucho cansancio.
Quería enviarlo a su casa a que fuera a descansar, realmente se veía muy mala, su cabello estaba despeinado y tenia unas enormes ojeras bajo sus ojos.
—Ire al baño y te preparar un baño, y luego iras a dormir.
—No es.....— Lo interrumpí. —Claro que es necesario y cuando me sienta mejor, te llevare a comer.
Sus ojos se iluminaron. — ¿Pollo frito?
—Te dare todo el pollo frito que quieras.
MUCHAS GRACIAS POR LEER