Prólogo

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Estaba siguiendo esa noche a Aarón, estaba decidida a decirle que sabía que era aquello que tanto había ocultando de todos, pero que yo logré descubrir.

Lo ví cruzar el callejón a oscuras y me aventure a seguirle muy de cerca, mi corazón latio fuerte, podía sentir el retumbar en mis oídos, mis manos estaban temblorosas ante aquel descubrimiento. Por eso!, Aarón me evitaba, por eso un día era lindo y al otro un completo idiota, me esquivaba con todo eso que era el.

Llegué al callejón dónde se adentro y no lo ví por ningún lado, carajos se me había perdido, mire a mi alrededor y la visibilidad no era muy buena, ya que la noche estaba oscura ese día, sentí un respirar en mi nuca y voltee de golpe, cuando alguien impacto mi cuerpo contra la pared más cercana y me inmovilizo por completó.

—¿No te han dicho?, que espiar a la gente es malo Vanessa. — me habló Aarón muy cerca, que pude sentir su aliento golpeando mi mejilla.

— Eso no es importante. — si pensaba que le tendría miedo estaba equivocado.

—¿ y que será entonces?. — apretó mis manos con las suyas.

— Descubrí tu verdad, Aarón whins. — ví sus ojos ponerse de un negro intenso y se apretó más a mi.

—Sabes que eso sería tu fin, nadien debe saberlo. — me amenazó y allí estaba su parte idiota.

—No te tengo miedo. — lo enfrenté.

— Pues deberías tenerlo. — saco un pañuelo de su bolsillo y me lo colocó en la nariz dónde aspire un olor raro y comencé un forcejeo con el por respirar aire, pero el era mucho más fuerte que yo. Y ese olor tan feo me fue debilitando hasta que solo la oscuridad me invadió.

Y ese fue el inicio de mi perdición.

Hay un dicho muy cierto.

"Deja quieto, lo que está quieto".

Tanta razón había en el.

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