Múltiples

Capitulo 34

Una decisión que puede cambiar todo.

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Estaba sentada en la silla esperando que Aarón regresará de su casa, después de besarnos hablamos y luego el salió a ver si no había nadien por allí y ayudarme a irme a mi casa.

Teníamos que idear un plan antes del baile, el me prometió que me ayudaría a huir, pero yo no quería hacerlo sin el.

A pesar de todo, Aarón no tenía la culpa de todo lo que le paso, mi madre cometio un error que me condenó a mi, y que el solo debía terminar como nuevo lider.

Aarón me contó todo lo de Sully, que ella y el estaban juntos pero alguien los delato y la asesinaron y luego su padre murió y el tomo su puesto.

Que los sacrificios que hacían eran al santo de la muerte quien era su dios supremo, este sacrificio era escoger una chica y seria llamada doncella, quien en la luna llena debía ser asesina, le pregunté como nadien sospechaba algo y el solo me dijo que había gente importante tapando todo lo que ellos hacían.

Yo le pregunté si había asesinado a una chica y me confesó que una vez lo hizo, que fue presionado y llevado a cometer ese error que lo dejo vacio y oscuro por dentro, ya no fue el mismo chico, ya el solo era un alma vacia.

Sentí pena por el, de ver cómo eran capas de dañar a alguien por algo tan perverso y sádico como lo era la secta, que sacrificaba chicas por poder, creyendo que al hacerlo eran poderosos y se llenaban de vida. Cuando lo que lograban era convertirse en asesinos, estaba tentada a ir a la policía pero solo pensar que allí podía haber un Múltiple infiltrado me aterraba.

Me sentía atada de manos, lo único que no dejaría que me hiciera era asesinarme, no les daría ese gusto, tenia que huir y buscar ayuda en otro lado, quizas en otro estado.

Y no sabía cómo actuaría frente a la mujer que decía ser mi madre, solo pensar que ella sabía todo esto, que ella me trajo a este pueblo a cumplir mi destino, me llenaba de dolor, uno que escocia mi corazón. El dolor de la traición era tan fuerte que sentías que tú alma se quemaba.

Como mirar a los ojos a la persona que decía ser tu madre.

Cuando en realidad era solo una sustituta que cumplía un deber.

Rota, en ese momento me sentí rota y adolorida por todo.

Aarón.

Entre en la cocina y busque si mi madre estuviera despierta, no quería ver su cara de espanto al saber que ya Vanessa sabía la verdad. Mi madre sabe todo, pues mi padre la introdujo en este mundo, ella era hija de otro líder que junto a mi abuelo los obligaron a casarse y tenerme, ellos querían un heredero.

Pero no fue todo tan perfecto como creían, por culpa de ellos y su ideología machista y satánica, dañaron a mi madre de la manera más cruel posible, ella desde aquel dia tormentoso no fue la misma, una depresión tomo su cuerpo.

Mi padre la embarazó a juro y las consecuencias fueron que no nació un niño, si no una niña, una que para ellos fue ofensa y que dieron en sacrificio a la muerte para que les concediera un niño, uno que estuviera marcado para llevar su linaje de generación en generación.

Ese día mi madre murió en vida, quedó vacía y destrozada, le habían hecho un daño tan grande que intentó quitarse la vida, la tuvieron encerrada y amarrada, hasta que el dios de la muerte les cumplió el deseo y naci yo.

Un hijo nacido del dolor.

Una aberración.

Mi madre sufrió un shock que la dejo como ida durante un tiempo, luego fue creando una personalidad diferente a la de ella, era retraída, solitaria y hasta llegaba a hablar con una muñeca diciendo que esa era su hija, al morir mi padre yo la traje conmigo a esta casa y he cuidado de ella.

Aunque ella hace como que nada paso, se que en el fondo no es así, se que solo finge que está bien.

Yo odio lo que soy, lo que tengo que hacer y lo que debo cumplir.

Vanessa no merece pagar lo que otros hicieron mal, ella merece lo que yo anhele una vez. Una vida normal lejos de todo esto.

Al terminar de revisar todo me regresé al sótano y encontré a Vanessa mirando el altar, allí donde estaban todas esas figuras de almas hechas en cera, eran siete en total, significaban cada uno de mis antepasados hombre, lideres de la secta, esto tenia muchos años pasando y yo mas adelante debería pasarlo a mi hijo.

Cosa que no haría nunca, pues no dañaría a un niño solo por el capricho de alguien más.

Y no tuve el valor de decirle toda la verdad a Vanessa, no pude decirle que yo fui quien asesino a Sully y junto a ella a otras más.

Era una maldición que debía acabar yo mismo.

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Vanessa.

Mire cada cosa que había en ese sótano y no pude dejar de sentir escalofríos en todo mi cuerpo, pensar que aquí tuvieron a esa chica, seguro sufriendo, presenciando todo esto, era aterrador, sentía como si esa figura de la muerte me observará, como si siguiera cada paso que daba dentro de este lugar, esperando el mejor momento para acabar conmigo y llevar su sacrificio.

Tenía que huir, no podía hacer otra cosa, ya no había otra alternativa.

Pero de algo estaba segura, Aarón se vendría conmigo, no lo dejaría seguir en esta basura de lugar.

Y después buscaría la manera de alertar a las autoridades de lo tan siniestro y perverso que eran estás personas.

No me dejaría intimidar.

—¿Espiando otra vez?. —la voz de Aarón me hizo dar un pequeño salto y llevar la mano a mi pecho, me había asustado.

—No, solo que todo esto es perturbador, no sé cómo tu puedes decir que este es tu sitio de paz, cuando solo miedo es lo que produce. —camino hasta quedar a mi lado y mirar de frente las velas y figuras.

—Estoy mal de la cabeza lo se, Pero yo nací de el. —lo ví señalar la figura de la muerte. —El le conseguí a mi padre su deseo de un hijo varón, y nací yo. —lo ví tan perdido en sus pensamientos, que me pregunte que tan perturbado podía estar.

—Tu no tienes la culpa de nada, solo que llegaste en el momento menos indicado y con personas dañadas. —lo mire. —Sabes que mi cumpleaños es el día del baile, por eso mi madre insistió tanto en que debía ir, ya se porque lo dijo. —suspire, ya ví cuál era la insistencia de ella en que debía asistir a ese baile. Todo lo que ella me decía era una completa mentira.

—Ya debes irte, mañana te tendré todo para que huyas, te irás en mi auto y luego lo dejas por allí y te vas, desaparece y no vuelvas Vanessa, busca refugió. —me pidió.

—Tú irás conmigo. —me miró alzando sus cejas.

—Sabes que eso no pasará.

—No dejaré que te hagan más daño, juntos saldremos de esto. —no deje que me diera una negativa cuando me acerque y dejé un beso en sus labios, uno corto que lo dejo sin palabras, allí mirando como yo salía de su sotano y me escobulli a mi casa, al lugar que crei seguro para mi, cuando en realidad todo fue una farsa.