Capitulo 40

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Luna llena del sexto mes.
8:35pm.

La noche se miró en todo el cielo, estaba fría y húmeda.

Pero muy quieta, ni los árboles ni las ramas se movían.

Era como si de entre ellos la oscuridad esperara por aquello que iba a suceder.

Esperando el espectáculo de los Múltiples.

Eso oscuro y siniestro que sucedía cada luna llena del sexto mes.

Y que yo estaba a punto de presenciar.

Frente a mí estaba lo más aterrador que habían visto mis ojos.

Las chicas que seríamos sacrificadas vestimos capuchas rojas y nos colocaron arrodilladas dentro de un circulo gigante hecho en el suelo con algún polvo blanco, así como polvora. Velas rojas y negras adornaban cada esquina, con su chispa encendida.

Los encapuchados se colocaron detrás de nosotros y por el olor supe quién estaría detrás de mi, ese olor que una vez olí en la fábrica y luego cuando curo mi herida, Pero me pregunte que hacia Lucas en mi espalda, si era Aarón quien debía asesinarme.

Todos tenían sus caras cubiertas por las capuchas negras, y podía ver el miedo en el rostro de las chicas que estaban arrodilladas, viendo como podían escapar, la droga que le colocaron ya perdía efecto.

-Bienvenidos sean todos. -salio el alcalde hablando de entre unos encapuchados, Pero está vez no vestía traje, venía igual que los encapuchados de negro. -Esta noche es tan maravillosa que ya la oscuridad se siente vibrante, esperando por nuestro sacrificio, aquel que llena nuestras almas y mentes de sabiduría y poder. -todos pusieron sus manos hacia adelante con las palmas hacia arriba.

Yo mire como un encapuchado tenía un bolso entre sus manos y fue colocando una navaja con un rubi rojo en las manos de cada encapuchado que tenía una doncella

La navaja era tal como en la ilustración de la muerte que tenía Aarón en su sótano.

-Les tengo una sorpresa está noche, una persecución que llevarán mis mejores lobos ya están listos para cazar a su doncella, aquella que viene del pecado. -hablo sádicamente y nos miro a todos, Pero sus ojos se quedaron en mi. -Ella es una descendiente de nuestro linaje, una hija única de una de nuestras líderes. -hizo una seña y me obligaron a levantarme, siendo presa de todas las miradas. -Una que nos traicionó y pago lo que le correspondía, Pero no podíamos dejar que su pecado rondará por allí. -me llevaron a su frente y me arrodillaron , el se inclino y llevo la punta de su navaja a mi quijada, yo sentía mi corazón latir sin control y mis manos sudar, estaba asustada. -Asi que está noche a su mayoría de edad será sacrificada para saldar esa burla a nuestra sexta.

Me miró, una mirada oscura, llena de una maldad que te asustaba.

Clavo un poco su navaja en mi quijada y un ardor me recibió, sintiendo como la sangre resbalaba por mi menton y cuello, a pesar de que la herida era pequeña.

-Lo que les prepare para esta noche los dejara sedientos de más sangre, Múltiples. -grito y delante de el se detuvieron cuatro personas y por su altura y anchos hombros, me di cuenta que eran hombres. -Listo para la cacería, quien la capture podrá cobrar su sangre. -miro a uno de ellos y le quitó la capucha de la cabeza, dejando ver a Aarón. -Se que te dije que la ibas a asesinar tu, Pero todavía no confío en ti, así que ellos tendrán la oportunidad de quitarte tu doncella y tu puesto como lider. -yo estaba que no entendía nada.

-Entiendo señor. -hablo Aarón en un tono neutro.

-Lucas, llévala a las ruinas, ya los lobos quieren cazar, ya quiero mirar el espectáculo desde aquí. -señalo las casas sin terminar que estaban en la parte de abajo, aquellas ruinas que daban acceso al pueblo. -Fue un placer conocerte querida y siento que este sea tu destino. -miro a los encapuchados frente a el. -Quien la capture primero y la traiga ante mi, será el líder y la podrá asesinar, su sangre es valiosa. -al decir eso mi corazón dió un salto, ahora como escaparía si cuatro encapuchados me iban a perseguir.

El juego de Caperucita y el lobo estaba por empezar

-Llevarla a las ruinas, aquí esperamos para comenzar el sacrificio, mis otras doncellas están ansiosas. -les hablo en un tono divertido, pero de divertido no tenía nada, miedo era lo que adornaba los rostros de aquellas chicas.

Por lo menos ellas no tendrían que correr por su vida.

Lucas me arrastró entre los encapuchados que se vinieron detrás de nosotros, entre ellos Aarón, quien me miró, una mirada que decía de todo, Lucas acercó su odio a mí sin que se dieran cuenta los otros y me susurró, dejando algo pequeño y filosa en mis manos, una navaja.

-Usala, Aarón me contó todo, intenta llegar a el. -yo temblé ante su confesión.

Ahora el plan se pondría en marcha, aquel que ideamos juntos en la habitación.

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Mis manos seguían en su camisa y mi mirada junto a la de el.

Teníamos que buscar un plan que nos ayudará a salir de allí, Pero solo se podría ejecutar el día del sacrificio.

-Tenemos que hacerle creer que no me quieres ver, que me aborreces Vanessa. -me dijo Aaron.

-Y tú debes ganarte su confianza, el debe dejarte salir de aquí y así buscar quien pueda ayudarte. -me dejo un mecho de cabello detrás de la oreja.

-Se que lo convencerá, aunque no quiero lastimarte. -se miró culpable.

-Haz lo que debes hacer, yo confío en ti. -me coloque de puntitas y acerque mis labios a los suyos, sintiendo su cuerpo tenso ante mi acto.

Pero luego se dejó llevar y me devolvió el beso, uno que estaba lleno de muchas cosas, pero sobre todo miedo.

Miedo a perderme.

Y luego de eso, yo me fui a la cama y Aarón a la ventana, dónde pasaron unos minutos y la puerta fue abierta por el alcalde.

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