Aarón.
Sentí la presencia de estar siendo vigilado desde la casa de al lado, así que mire en esa dirección y vi un reflejo de alguien, pero ví muy poco, ojalá las vecinas nuevas no sean un dolor de culo.
Porque lo que le venía no era nada color de rosas,había venido al lugar menos indicado.
Al lugar donde su oscuridad la alcanzaría.
Una sonrisa cruzó mis labios y mi parte sádica se alertó, mientras que la razonable se molestó.
Pero a mí no me importo ninguna, mientras esa chica no fastidiara estaba todo bien.
Vanessa.
Mi alarma sonó sacándome de un maravilloso sueño, joder siempre cuando estamos en la parte más buena del sueño algo nos despierta.
Salí de la cama y me fui al baño, mamá ya estaba despierta porque desde aquí podía oler el tocino y el café recién hecho, que delicia.
Me aseo y me visto con el tonto uniforme que debo llevar, una falda tres dedos sobre las rodillas, medias altas, blusa de vestir blanca y un chaleco negro como la falda, en la ciudad nunca use uniforme y esto me hace sentir fuera de lugar.
Me voy a la peinadora y me arreglo el cabello dejandolo suelto y me aplicó un poco de maquillaje, nada escandaloso.
Si pasaba desapercibida mucho mejor, así podía espiar a la gente sin ser detectada, me sonreía a mi misma.
—Buenos días cariño, lista para un nuevo comienzo. — me habló mamá entusiasmada y colocando un plato con pan, huevos, tocino y mi taza de café, aspire el olor de este y me sentí feliz. Era adicta al café.
—Ya veremos cómo es todo, una pregunta tu me llevarás?.
—Lo siento cariño no puedo, pero te prometo que la próxima si.
—Y cómo me iré entonces?. — esto era una broma.
—Ya te di la dirección, es súper fácil y andando son unos diez minutos.
—Quiero una bicicleta por lo menos.
—Muy buena idea, ahora anda que llegarás tarde y mira que es tu primer día y la primera impresión es la que cuenta. — me palmo los hombros.
—Nos vemos ahora. — nos despedimos con un beso y yo fui por mi mochila que contenía mis libros.
Eran las siete y quince, si me apuraba llegaba con unos minutos de anticipación y podría guardar mis cosas sin tener que estar corriendo.
Lo bueno era que mamá ya me había impreso los horarios y las guías, estaría perfecta.
Había un poco de frio y me frote las manos, tome la cera y comencé a caminar.
Pero al pasar por la acera de mis vecinos no pude evitar mirar en esa dirección y ver cómo un chico más alto que yo vestido de negro excepto por la camisa blanca del uniforme, salía de allí, este me miró y puso cara de fastidio, yo me detuve quizás debía presentarme.
Mentira quería verlo mejor de cerquita y comprobar que estaba bueno.
Se acercó a la puerta de su cerca que media menos de un metro y salió a la acera, justo frente a mí.
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Múltiples
Misteri / ThrillerHay secretos que siempre deben estar guardados. Verdades que no pueden ser reveladas. Cosas que se deben dejar quietas. Dicen que, "la curiosidad mató al gato". Pero, hay tentaciones que pueden más. Y eso!, es lo que me condujo a mi propia perdición...