Capitulo 19

9 1 0
                                    

¿Que haces aquí?, ¿Cómo entraste largo. —hable rápido y apreté mis manos en la toalla para que está no se cayera.

—No quiero que me vuelvas a decir que soy un bipolar. —se levantó de la cama y vino a mi, yo retrocedi y la puerta del baño me quedó pegada a la espalda.

—Quiero que salgas ahora de aquí o grito. —se me vino encima y me miró con los ojos oscurecidos, algo en el no estaba bien, si actitud era diferente.

—Grita todo lo que quieras Vanessa, pero una cosa debes saber. —puso sus manos a cada lado de mi cabeza, dejándome prisiones entre sus brazos y su cuerpo, yo trague grueso y sentí mis mejillas arder.

—¿Qué?. —mi voz salió un poco baja.

—Que tu estás despertando la bestia que duerme en mi y eso no es bueno para ti. —se acercó un poco más, mi corazón latía como loco, mis manos temblaron, y todo mi cuerpo se estremecía ante su presencia.

—Yo....no se de que hablas. —mi voz tembló un poco.

—Toda tu haces que me vuelva loco, con tu presencia, con tu terquedad por saber todo, y por esas ganas de buscar en mi algo. Estás haciendo que en mi se active la bestia que duerme y eso podía ser peligroso para ti. —ya volvía con sus cosas a medias, no quería que me confundiera más. Con ese pensamiento algo hizo clik en mi cabeza, si el estaba allí, y pudo entrar sin yo darme cuenta, el habría dejado las cartas, la capucha y la fotografía, me estaba jugando una broma.

—¿Cómo entraste?. —intenté quitarlo empujando su pecho con una de mis manos y este la agarro con su mano derecha y la dejo apretada allí en su pecho, yo podía sentir el latir de su corazón.

—Eso no importa Vanessa, solo haz algo por mi. —me hablo bajo y me miro los ojos directamente.

—¿Qué, quieres que haga?.—estaba dudoso podía verlo en sus ojos, era como si llevara una lucha interna.

—Vete de este pueblo, huye lejos, cambia tu nombre, pero no me preguntes por qué. —me soltó la mano y la llevo a mi mejilla acariciando esa zona, yo cada vez estaba más perdida. —El estar aquí, rompo con la promesa que hice, no debería ni tocarte, pero no lo puedo evitar, solo vete, mañana mismo. —se separó de mi y camino con dirección a la ventana dándome la espalda, pero yo fui rápida y tome su mano sintiendo su cuerpo tensarse bajo mi toque.

—No me pidas algo que no puedo hacer, no entiendo nada y eso me tiene loca, tu me tienes tan confundida que ya ni se que pensar. —el miró nuestra manos y luego me miró a mi. —No me puedo ir, no sin saber que pasa. —este nego con la cabeza y soltó su mano cambiando su actitud a una sería.

—Despues no digas que no intenté salvarte. — y dicho eso se fue por la ventana y me dejó peor que antes, ya no sabía que pensar.

Al día siguiente me fui a clases después de pasar una noche pésima, con la visita de Aarón quedé más confundida, el quería que yo me fuera, que olvidara todo, hasta quien era. Pero que era eso tan grave para yo tener que irme y hasta cambiar mi identidad, y mi mamá como hacía con ella, será que corríamos algún peligro. ¿Que podía ser?. Todo eso era muy confuso pero tenía que llegar al fondo y si estaba en peligro iría a la policía y pediría su ayuda.

—Olle yo también voy a la ciudad por mi vestido, si quieres te vienes con nosotros. —me hablo Charlotte cuando salíamos de clases, hoy si venía de regreso a casa conmigo, las clases no estuvieron tan intensas, pues todos estaban metidos en lo del baile.

—¿Quienes van contigo?. —le pregunté ya entrando en mi vecindario.

—Lucas me llevará, el también iré por un traje, quiere presumirse frente a una chica él muy tarado. —esta se rió.

—Dejame pedirle permiso a mi mamá y te digo. —esta asistió con la cabeza, yo no le había dicho nada de mi cumpleaños, pues no sabía porque no me había animado a contarle.

—Me llamas y así vamos de compras de chicas. —se miró entusiasmada y eso me subió el animo un poco, tenía tiempo que no tenía una salida de chicas, desde que me vine a este pueblo y perdí todo contacto con mi amiga Sarahí. Quizás le dijera que iba a la ciudad y me vería con ella.

—Bueno te llamo más tarde para confirmar si.

—Perfecto nos vemos. —esta siguió a su casa y yo entre a la mía saludando con la mano a la señora Florencia que estaba en su porche sentada con un libro.

Entre y mire que olía a comida, así que me fui a la cocina y me sorprendió ver a mamá cocinando, pensé que estaría trabajando.

—Hola mamá, pensé que estarías trabajando. —se giró y me sonrió.

—Me tome el día, quería hacerte el almuerzo, ven siéntate ya casi está listo. —temia tiempo que no la miraba tan feliz, algo le pasaba lo podía notar.

—Siento que algo pasa, cuéntame estás muy feliz. —saco del horno un pollo con verduras y el olor me hizo rugir el estómago.

—Bueno hay algo, pero no sé cómo decírtelo. —se mordió un dedo, señal de que estaba nerviosa, era algo grande para que se mordiera el dedo.

—Solo confía en mi mamá. —le tome la mano y le sonreí tierno, dándole fuerzas.

—Sabes que dese que tú padre. —me miró precavida, ella todavía sentía que la ausencia de mi padre me dolía. —nos dejó, yo...no volví a ver a más nadien. —yo asistió y la inste a seguir hablando. —Bueno he conocido a alguien y nos hemos visto un par de veces. —yo abrí mucho mis ojos. —Pero si te molesta lo dejo y ya esta. —yo me rei.

—No mamá, no digas eso, me alegro mucho por ti de verdad. —la sentí respirar mejor y sonreír de vuelta.

—Que bueno estaba nerviosa que te enfadaras conmigo cariño. —sirvio comida para ambas y mi boca se hizo agua.

—Tu tienes derecho de ser feliz, y me siento feliz si tú no eres. —la abrace.

—Gracias por entender cariño y Olle en la tarde vamos a ver la obra, el alcalde quiere hacer unas sugerencias, quiero que vengas conmigo. —yo asistí y comencé a comer.

—Yo quería preguntarte si puedo ir a la ciudad con Charlotte y su hermano, ellos también van por sus trajes. —ella asistió y yo le dije que había sido fácil.

—Si ve, diviértete y pórtate bien, tu sabes que confío en ti. —y dicho eso almorzamos y nos dispusimos a arreglar todo para ir a la construcción donde trabaja mama.

MúltiplesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora