Capitulo 26

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Estaba tan molesta con el en ese momento que solo quería estamparle un puñetaso en la cara. Hacerle saber que no seguiría jugando a su jodido juego, o me decía toda la verdad o me largaría de allí.

Cuando sentí que me liberaría de sus manos, sus labios me tomaron por sorpresa, dejándome sorprendida. Pero luego reaccione y me fundí en sus labios, me deje llevar por las sensaciones que explotaron en mi como fuegos artificiales en plena explosión. Me sentí tan surreal en ese momento que tuve que abrazarlo por el cuello y pegarlo más a mi, queriendo entrar en su piel, convertirnos en solo uno.

Sus manos en mi cintura me guiaron a enredar mis piernas en la cintura de el, dejando que aplastará mi cuerpo con el suyo en la pared, nunca antes me sentí tan abierta ante un chico, nunca antes me sentí tan viva, tan ardiente y poderosa. Aarón despertaba en mi cosas que no sabía que tenía, y aunque en sus labios sentí la advertencia de peligro, no me importo, lo bese como si no hubiera un mañana, como si mi vida dependiera de sus labios.

Le invite a entrar en mi boca y dejar que su lengua danzara con la mía, que se unieran en una sola. Yo saboree cada rincón de su boca y me sacie de el.

No me importo que fuera un asesino.

No me importo que me debiera muchas verdades.

No me importo que olcutara algo tan peligroso.

Pero sobre todo no me importo que consecuencias tendría besarlo.

Lo único que yo quería era a él, solo a EL.

Nos separamos por falta de aire Pero sin despegar la frente del otro, ni dejar la posición que teníamos, yo seguí con mis piernas enrollas en su cintura. Mi corazón retumbaba en todo mi cuerpo y mi pecho subía y bajaba por la adrenalina que experimenté en ese beso.

Sus ojos estaban cerrados y sus labios medios abiertos buscando llenar sus pulmones de aire otra vez. Quite una de mis manos de su cuello y la deslice por su hombro hasta dejarla en su pecho justo donde tenía el corazón, en el recorrido pude sentir como se quedaba quieto, expectante a lo que yo estaba haciendo.

Sus latidos se sintieron en la palma de mi mano y subí mi vista a sus ojos encontrándome con su mirada oscurecida por lo que acaba de pasar.

Nos miramos en silencio, teniendo una lucha de miradas, viendo quien sería el primero en hablar.

"Cuando la química está presente las palabras sobran".

Me dejó otra vez en el suelo y yo quite la otra mano de su cuello, llevándola a mis labios, sintiendo como estos estaban hinchados y uno de ellos roto por la intensidad del beso, no me había fijado en eso hasta que dolió.

—Debemos dormir. —solo suave y se alejo del todo, sin decirme nada respecto al beso, ni si le gusto, o que pasaría ahora.

—Tenemos que hablar Aarón, necesitamos decirnos lo que está pasando. —otra vez puso su muro entre ambos.

—No hay nada que hablar Vanessa, esto no debió pasar, vamos a dormir. —camino a la cama y se seco con la toalla que yo había dejado, luego la tendió hacia mi. —No puedes dormir así, estás mojada. —yo no decía nada, estaba molesta por como estaba actuando, ¿A caso no le importo el beso?, ¿No sintió nada?.

Tome la toalla y me gire no quería verlo, no quería que viera cuánto me estaba doliendo su actitud, camine al pequeño baño y cerré la puerta, aquí solo podia dar tres pasos a cada lado, era muy reducido el espacio. Me quite la camisa que estaba mojada por completo y la dejé a un lado.

Quedando el brasier y pantis, me mire en el espejo del lavado y pude ver mis labios, rojos e hinchados por lo feroz del beso, mi labio inferior estaba roto en la parte derecha. Mis dedos tocaron los labios y todavía podía sentir lo vibrante del beso, cerré los ojos y reviví el momento, la entrega total de cada uno al besarnos.

Ya sabía que Aarón sentía algo por mi, pero no entendía que era aquel juramento que no lo dejaba admitir que sentía algo, que le estaba pasando cosas conmigo.

Me enrolle en la toalla y salí, el estaba acostado de costado arropado, yo me subí en la cama y me recosté dándole la espalda, no quería ni tocarlo, su piel era una tentación para mí.

Ya mañana seria otro día, y mañana le volvería a preguntar que estaba pasando, y si no me contaba me alejaría de el, aunque eso me doliera. Yo seguiría buscando la verdad por mis propios medios, ya tenía muchas cosas sobres mis hombros.

La carta.

La fotografía.

El que me estaba vigilando.

La fábrica.

El sótano de Aarón.

Pero sobre todo, la verdad de mí.

¿Por qué?, algo que dijo Aarón vino otra vez a la cabeza haciendo más ruido.

"Tu no eres lo que crees".

Si lo que yo era hasta ahora, era una mentira. ¿Que estaba pasando y quién era yo?.

Tras darle mil vueltas a todo eso, el sueño me venció y me deje caer en los brazos de Morfeo.

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