Capitulo 4

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Era viernes y el profesor daría las parejas para el trabajo de la siguiente semana, yo estaba sentada en la segunda fila como siempre y Charlotte a mi lado, estos dias no pasó gran cosa, Aarón me miraba feo, no nos habíamos cruzado más fuera de la casa, solo aquí en el instituto y por suerte no había visto nada más raro en la noche en su casa. Al parecer estaba todo normal, según yo.

—Ahora daré los nombres. —anuncio el profesor y miró una libreta en sus manos que tenían los nombres de las parejas, rogué para que no me tocará nadien más que Charlotte. —la primera es Charlotte y Carlos. —yo abrí mucho mis ojos no podía ser, ahora quien sería mi pareja, el profesor siguió nombrando gente y yo estaba que me hacía encima lo juro. —señorita Vanessa usted irá con. —se acomodo los lentes y miró la libreta yo estaba que le gritaba con quién me tocó, calma chica, calma. —Aarón.

—¡¡¡Qué!!!. —mi cara fue un poema porque todos me miraron, joder con el chico que no sé si es asesino oh sicópata.

—Tiene algún problema señorita. —me miró el profesor.

—Si tienes algún problema conmigo. —me habló Aarón desde atrás y yo lo mire, este tenía una sonrisa cínica en sus labios, pero que carajos le pasaba.

—No, está bien profesor. —le torci los ojos a Aarón y mire al frente, pero antes pude ver cómo rodaba los ojos ante mi ñiñeria.

Al salir del salón Aarón me freno en el pasillo, todos estaban atentos a nuestros movimientos, me imagino que seguro sentirán compasión de mi al ser la nueva y tocar con Aarón.

—Mira no creas que haré el trabajo contigo, tu lo harás y me dices de que va, entendiste. —me hablo muy grosero este.

—Pero que te sucede, se llama trabajo en parejas por algo, no lo haré yo sola.

—pareja tu y yo. —me miró de arriba abajo y un escalofrío me recorrió. —no lo creo, ya sabes me avisas de que va. —y dicho eso se fue dejándome allí parada como una boba, menudo capullo.

—Si quieres te ayudo, no tengo problema. —se ofreció Charlotte.

—No te preocupes, yo puedo.

—Mañana espero verte en la fiesta. —me dijo y salimos juntas de la institución. — hoy no iré a casa, voy a despedir a mis padres nos vemos. — se despidió y se fue, yo me encamine a casa ya eran pasada las dos de la tarde y el sol se sentía un poco caloroso.

Pase frente a la casa de Aarón y la señora Florencia estaba regando unas plantas así que me acerque a saludar y quizas sacarle algo.

—Buenas tardes señora Florencia cómo está?.

—Hola Vanessa bien y tú?. —fui atrevida y me acerque a la cerca.

—Bien, y una pregunta sabe aque hora llega Aarón?.

—Veo que ya conociste a mi hijo, un encanto verdad. — sobre todo eso.

—Si todo un amor. — casi me rio.

—Que bueno, se que a veces es muy rudo, pero es buen chico, casi un santo cariño. — ¿Santo?, con lo que ví la otra noche si Luis está bien pues, y yo soy la virgen María que ni chismosa es.

—Tranquila todos tenemos días malos.

—Y para que lo buscas?.

—Tenemos un trabajo en pareja que hacer.

—Oh que bueno, el debe llegar después de las cinco, si quieres vienes a esa hora. —Perfecto así podría entrar en su casa y quién sabe y mirar su patio.

—Nos vemos ahora señora Florencia. — nos despedimos y yo entre en la casa, subí a mi habitación y dejé todo en la cama, tome mis binoculares y me asome a espiar un poco pero estaba desolado su patio trasero.

Me di por vencida y me fui a dar una ducha y colocarme algo cómodo, baje por algo de comer y mire la hora, faltaba un cuarto para las cinco, mejor iba antes así podía mirar antes de que llegara. Tome un pedazo de pastel que había en la nevera y lo coloque en un plato, agarre mi cuaderno de apuntes y las llaves de casa.

Salí y no había pista de gente en la casa, así que abrí la puerta de la cerca y entre llegando a la puerta de la casa, no había timbre así que toque con los nudillos y está se abrió sola, joder parecía escena de película de terror.

—Señora Florencia ya estoy aquí. —hanble entrando a la sala y no se escuchó respuesta alguna, mire a mi alrededor y todo era muy lindo y decorado con colores suaves.

Será que salía de la casa oh mejor aprovechaba y echaba un vistazo, ¿eso no era malo verdad?, deje el pastel sobre el mesón de la cocina y mi cuaderno, caminé mirando a través de la ventana y una puerta al final de un pasillo me indicaba que ese era su patio, los pies me picaban por ir allí y las manos me sudaban.

Que más!, tenía que ver qué era aquello, camine en silencio y con el corazón a mil por segundo, llegué a la puerta y la abrí con cuidado mirando un patio trasero pequeño con algunas plantas, un cobertizo pequeño y se podía ver dónde la tierra fue removida pegado de la cerca, ¿Y si era un cadáver lo que estaba allí?, ¿Que hacía?, salí del todo al patio y divisé una puerta que daba a un sótano, está tenía un candado, me acerque y no se podía ver nada hacia adentro así que saque mi teléfono y encendí la linterna y la coloque por la rendija y puse mi ojos por allí también a ver si podía ver algo.

Olía mucho a húmeda y casi ni se veía, pude distinguir una escalera para bajar y sentí un pequeño escalofrío recorrer mi cuerpo cuando un susurro adolorido provino de ese sótano, me eche hacía atrás y mire a todos lados, alguien estaba allí encerrado, joder.

—Mama ¿dónde estás?. —esa era la voz de Aarón, casi que me echo a correr y atravieso mi cerca para entrar en mi casa, pero en vez de eso me fui corriendo hacia adentro deteniendo mis pasos en la cocina con la respiración agitada.

Aarón llegó y me miró, yo deje de respirar.

—¿Tu que haces aquí?. —se acercó rápidamente a mi, mi instinto fue retroceder y pegar la espalda del mesón.

—Yo...vine a...—estaba cagada y no podía negarlo.

—¿A qué?. —hablo seco.

—hijo. —entro Florencia y Aarón se alejo de mi como si nada. — ya estás aquí Vanessa.

—Si, aquí le traje eso y me tengo ir.

—No ibas a estudiar con Aarón. —lo mire a el.

—Sera otro día, tengo que ayudar a mi mamá, permiso. —sali caminando rápido y me encerré en la casa, pasando todo los seguros de las puertas y ventanas.

Ahora sí estaba segura, Aarón era peligroso y algo oscuro y malo escondía en el sótano de su casa.

En qué me había metido.

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