Capitulo 35

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Entre en la casa y un silencio me recibió por completo, al parecer no estaba mi madre en la casa, dónde estaría metida, me pregunte si cuando me habló de la construcción eso si seria cierto, o solo era una farsa para hacer su papel mas creíble.

Me acerque a su habitación y la abrí con cuidado, echando un vistazo a todo su entorno, al parecer no había venido en todo el día, entre de lleno y me puse a revisar, no se que estaba buscando en específico, pero quería ver si guardaba algo de la secta aqui, algo que me confirmara que todo lo que Aarón me dijo es cierto.

Abrí cada gaveta y no encontré nada, me fui por su armario y revise cada prenda, no encontré nada, me senté en el suelo dejando mi espalda pegada a la cama y me sentí frustrada, todo era una mentira, nada de lo que yo crei era cierto, sus te amo, sus cariños, nada fue real, todo era parte de su contrato como sustituta. Lágrimas recorrieron mis mejillas, me sentía furiosa, con ganas de acabar con todo.

Dolor, eso era lo que sentía mi corazón, me sentí traicionada de la peor manera, marcada por un pasado oscuro y un presente sucio y sádico, uno donde querían asesinarme, uno donde debía morir.

Uno donde el chico del cual me enamore, era el que debía acabar conmigo, el que debía llevar el sacrificio.

El sabía que yo debía morir, me tendió una trampa, donde yo seguí cada migaja que me dió, me lleno de tanta curiosidad sobre el que termine enamorada.

Dónde el tampoco contó con sentir cosas por mi.

Estamos pagando lo que nuestros padres hicieron.

Y estamos a un solo paso de que todo se saliera de control.

Yo debía huir, pero lo haría con el, no lo dejaría, ya el no estaba solo.

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Salí del cuarto y me fui al mío, escuchando como mi teléfono sonaba con un mensaje y en mi cama visualice una caja de regalos, no me acerque, no quería ver qué otra cosa estaba allí.

Revise el mensaje de la que dijo ser mi madre, solo para avisar que no vendrías está noche y que en la cama estaba un regalo para mi. Así que ella lo había dejado, me acerque y quite la tapa de la caja y saque lo que parecía una capa roja y una zapatillas del mismo color, no tenían tacón alguno, eran bonitas, Pero la capa me dejo sin entender muy bien. Al fondo había un sobre rojo, lo tome y lo abrí.

Usalo, te protegerá del frio de la oscura noche"

"Con amor mamá".

Me pareció una broma de muy mal gusto, si no supiera ya todo lo que estaba pasando, me sentiría feliz, feliz de que me estaba cuidando del frío, Pero sentí como si era capa era parte de algún ritual, se parecía a la que usaba Caperucita en los cuentos, me llegaría por los tobillos y tenía una capucha igual a la de los encapuchados. Deje todo en la caja nuevamente y lo metí al armario, dejando a la vista un sobre negro que cayó a mis pies. ¿De dónde había salido eso?.

Lo tome y sentí mi estómago vibrar de que algo malo estaba cada vez mas cerca, mire mi alrededor y no note nada extraño, me pregunte si mi madre fue la que dejo cada cosa aquí, porque si ella era parte de esto, y las  cerraduras no estaban forsadas era porque la persona que entro tenia acesso a la casa, y solo ella y yo teníamos llave.¿Fue capas de hacer eso?.

Abrí el sobre y de esta cayó una cadenita dorada con un pequeño dije de una flor silvestre, Pero lo que me asustó fue ver qué estaba manchada de algo rojo, estaba seco pero que era visible todavía. Saque la hoja que tenía junto a la cadenita y la desdoble.

“Espero verte en el baile, no hagas una locura, te veo en todos lados, espero te guste mi regalo, eso lo llevo tu madre en el cuello el día de su muerte".

Deje caer todo al piso automáticamente y me aleje mirando a mi alrededor, sintiendo mis ojos llenos de lágrimas y mi respiración fallar.

Ellos eran unos pervertido sin sentimientos, almas dañadas que les gustaba jugar con las personas.

Corrí al baño y me lave las manos, con tanto jabón y agua que sentí mi piel arder, ese rojo era sangre seca de mi madre, tuvieron esa cadena por mas de diecisiete años, con el fin de darmela a mi, ¿para que?, estaban jugando con mi mente, querian verme asustada, querian ver mi miedo.

Mire mi rostro en el espejo y mire el dolor en mis ojos, ya no tenía aquel brillo de antes, ya no tenía aquella sonrisa traviesa en mis labios.

Ahora solo tenía miedo, miedo a todo lo que me podía pasar, tenía que huir y era ahora o nunca. Corrí de regreso a la habitación y busque un bolso metiendo algo de ropa y dinero que tenía ahorrado, no era mucho pero me serviria por ahora.

Tenía que buscar a Aarón, el debía irse conmigo, incluso su madre.

Baje las escaleras y cuando iba llegando a la sala, un ruido de la puerta trasera siendo abierta me hizo detener el paso. Mi madre nunca entraba por allí, y quién fuera tenía llaves, me pegue a la pared del pasillo que daba a la sala y me asome lo que pude, quedando paralizada en ese momento.

Un encapuchado estaba entrando como si nada a la casa, seguro buscándome a mí.

—Creiste poder huir de tu destino Vanessa. —alguien hablo a mis espaldas, una voz que conocía muy bien.

Cuando quise girarme un golpe en la parte de atrás de mi cabeza me nublo la vista y me sumergió en una oscuridad total.

De esta no esperaría.

Mi destino había llegado por mí.

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