Entre peces y hombres 2

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-Yasmina cuanto tiempo- dijo mientras se acercaba a abrazarla sin comentar la incomodidad de Yasmín por tenerle enfrente, pero me adelante en medio- Yasmín, se llama Yasmín- le corregí

Rápidamente, Yasmín tomó de mi mano haciendo que este echará una mirada de desaprobación.

- Sigo sin creerme lo Yasmín, con este, con el perro de calle de verdad.- me estaba insultando en mi cara sin ningún disimulo.

-Yasmina pensaba que eras una mujer con clase, que haces con la muchedumbre- este se creía que vivía en él los Bridgerton.

De verdad que mi mano le pedía a gritos pegarle, venga Mahmod calmante me decía a mí mismo.

-Bueno, aunque sea un perro callejero, resulte ser más decente que tú-

-Sigues igual de creído, ahora que mi tío está fuera voy a bajarte los humos - me dijo con una sonrisa.

-mira Fuat ya no te tengo paciencia- le dije mientras apretaba la mano a Yasmín y me apartaba.

-Ya verás Mahmod, ya verás la paciencia que vas a tener conmigo- dijo mientras reía.

-Ignóralo -Me susurro Yasmín mientras nos adentraba os en la compañía y recibí una llamada de Cristopher.

-Ey, ¿qué pasa? -le pregunté a Christopher.

-Que no pasa -me contestó alterado.

-¿A qué te refieres? -le cuestioné.

-Mahmod, el puerto está lleno de policías, esto está petado de guardias costeras, ha habido una oleada de lanchas con personas.-

-Espera, ¿estás hablando del punto? -dije preocupado.

-Qué otro sitio si no, por eso estoy preocupado, hermano. Esto está lleno. Lo peor de todo es que las lanchas solo llevan personas.- dijo con rabia.

-¿Cómo va a ser solo personas? No será trata de personas. -Era imposible que vinieran lanchas cruzando con personas, mucho menos en el punto, todo el gremio lo sabía, era nuestro lugar.

-¿Estás seguro de que no hay otra mercancía que personas? Es imposible que sean solo personas. Siempre suele haber tráfico de sustancias, aunque sea tráfico de órganos.- En esta zona era conocido por ser un punto de mercancías, nadie tradicaria con personas, siempre había algo más.

-Lo peor de todo o lo sorprendente, algunos son italianos -dijo enfadado.

-¿A qué te refieres? -le cuestioné, como que los italianos, eso ya olía a trampa, eso suponía que las lanchas ya estaban puestas desde aquí.

-Mahmod, esto es una trampa. Nos estaban esperando con la mercancía. Encima lleno de costeras. Ha habido un soplo-dijo frustrado.

-No hay forma de recoger la mercancilla, Mahmod. Me han dicho que van a dar la vuelta. Prefieren dar la media vuelta que entrar.- me contestó frustrado.

-¿Cómo que van a dar la vuelta? Están locos. Eso es ser sospechoso. Tampoco el armamento puede volver a Argel. Necesitábamos ese armamento para cerrar acuerdos.- Necesitaba la mercancilla, estábamos llenos de deudas, como íbamos a seguir si paramos.

-Es imposible que puedan. Esto está rodeado. Están parados. Dentro de muy poco, los guardias costeras estarán en la zona. En el peor de los casos, se van a ver obligados a tirarlo al mar.-

-No me jodas, Christopher -dije enrabietado-. Nada va a caer -exclamé enfadado.

-Si eso no cae, son los chicos quienes van a caer -me volvió a gritar.

Automáticamente lo corté.

- ¿Qué dices de lo que pasa? -me preguntó Yasmin.

-Estamos en problemas. Tengo que irme -le dije mientras sujetaba sus manos para darle un beso.

Sombras de LealtadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora