La pérdida de Yasmin me había consumido por completo. Su ausencia me pesaba, y el dolor me seguía como una sombra constante. Pero no podía permitirme el lujo de hundirme en la desesperación, tenía una misión que cumplir. Rabia me había dado la información que necesitaba sobre Karim, y desde entonces, había seguido cada uno de sus pasos. No era un hombre corpulento ni particularmente alto, quizá medía alrededor de metro ochenta, con el cabello largo y una barba bien arreglada. A simple vista, Karim podía parecer un tipo decente.
Conocía su fachada de esposo ejemplar y empresario exitoso, pero también conocía sus oscuros secretos. Había logrado infiltrarme en su finca como trabajador, presenciando de primera mano las condiciones deplorables en las que mantenía a las personas. Jornadas interminables desde el amanecer hasta el anochecer, con estructuras pequeñas y opresivas que no permitían escapatoria. Había descubierto dos secciones en la finca, una interior y otra exterior. Nos mantenían en la zona de afuera, donde podíamos ser vigilados con facilidad. No nos consideraban lo suficientemente domesticados para encerrarnos, y había guardias, perros, y cámaras de vigilancia por todos lados. No había forma de contactar con alguien, los móviles estaban prohibidos. Era un infierno.
Durante semanas, había cavado y escondido armas en diferentes partes de la finca, preparándome para el momento adecuado. Había llegado el día. Sabía que hoy era la única oportunidad que tendría para ejecutar mi venganza. Con mis armas listas, salí del lugar donde nos mantenían vigilados y me dirigí rápidamente hacia la mansión de Karim.
Los guardias me vieron antes de que pudiera acercarme a la entrada, y con rapidez, comenzaron a acercarse para detenerme. Me cubrí tras una pared y disparé, alcanzando a los primeros que se cruzaron en mi camino. Sabía que el ruido atraería a más hombres, aun llevando un silenciador. El pequeño grito antes de desplomarse al suelo se percibía, así que permanecí en posición, esperando a que llegaran dos más. Apunté a sus cuellos, moviéndome con precisión y calculando cada disparo. La adrenalina corría por mis venas, pero mis manos se mantenían firmes.
Logré abrirme camino hasta la casa, ya que era una primera planta, y me colé por la ventana, escuchando el bullicio en el piso superior. Mientras me acercaba a las escaleras, escuché el sonido de alguien en el baño. Me detuve detrás de una pared, conteniendo la respiración.
—Cariño, ¿dónde estás? Las luces no funcionan —escuché decir a Karim, su voz llena de irritación. Salió del baño y se detuvo frente a mí. Sin dudarlo, disparé. La bala impactó en su cabeza, y su cuerpo se desplomó en el suelo.
Un pequeño grito desgarrador llenó el aire, y vi a una mujer bajar por las escaleras, moviéndose con cautela.
—No encontraba las velas —dijo, sin darse cuenta de lo que estaba a punto de descubrir.
Había algo en sus ojos que me resultaba conocido, como un reflejo de un pasado que había intentado olvidar. Su mirada, llena de esperanza y temor, me atravesó con una punzada que iba más allá de la piel, llegando a un lugar profundo y olvidado de mi ser. Aquellos ojos, brillantes y llenos de vida, me recordaron a Yasmin en su momento más feliz, antes de que la tragedia nos separara.
Cuando sus ojos se posaron en el cuerpo de Karim, dejó caer la vela que sostenía, sumiendo la sala en oscuridad. Se llevó las manos al vientre y soltó un sollozo. —Por favor, no. Estoy embarazada.
El tiempo pareció detenerse. La oscuridad se cerró a mi alrededor, y mis manos temblaron con el peso de la realidad. No podía disparar. No a ella. Aunque el deseo de venganza ardía en mi interior, me di cuenta de que no podía convertir a un niño inocente en otra víctima de este ciclo interminable de odio.
Sin pensarlo, giré sobre mis talones y salté por una ventana, sintiendo el frío de la noche en mi piel mientras corría hacia la libertad. El bosque me envolvió, y el mundo se volvió un torbellino de sombras y ecos lejanos.
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Sombras de Lealtad
Teen Fiction"La tragedia nos dejó reducidos a tres almas, luchando por encontrar sentido en un mundo empeñado en arrebatarnos la felicidad." En el corazón de Turín, donde las sombras de la historia se funden con la belleza del paisaje, tres almas solitarias con...