CAPITULO 11. VIAJE DE LUNA DE MIEL

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Sergio y Nohelia salieron del lado de su residencia caminando y  llegaron al jardín donde estaba Marisa y Alexander. Ellos lo vieron llegar muy sonrientes, agarrados de la mano y se miraron entre sí.
—¿Acaso nos perdimos de algo?—preguntó Alexander alternando la mirada ente ellos.
—De nada, somos marido y mujer, y decidimos retomar nuestro matrimonio, ¿Qué es lo raro?.
—No hijo lo que tú padre dice es que están aquí y no con la nena en el colegio. —se apresuró a responde Marisa.
—Pues esa traviesa hoy se nos adelantó, o talvez se nos pegaron las sábanas. —dijo sonriendo.
Marisa lo vio diferente con ese brillo en sus ojos y esa sonrisa que iluminaba su rostro, ella estaba feliz de verlos así de felices y teniendo una vida  normal como una familia.
—Padre, hace semanas que estoy poniéndome al tanto de las empresas, empezaré a hacerme cargo de todo para que tú y mamá se tomen unas vacaciones.
—Ma alegra mucho hijo que empieces a llevar tu vida con normalidad, pero no iremos de vacaciones, no quiero perderme ni un solo día de mi nieta.
Respondió Alexander
—Esta bien padre, será como desees pero me haré cargo de las empresas de ahora en adelante, hoy pasaré con mi esposa y mañana empiezo.
—Me parece muy bien hijo mío, más bien deberías tomarse toda una semana y disfrutar de su luna de miel. Propuso Marisa mirando a Nohelia un poco ansiosa.
—Vamos a pedir que nos sirvan un desayuno aquí en el jardín, y te muestro el último pedido para mi nieta, vamos Nohelia.
Pidió Marisa y Nohelia se apresuró a ir con ella.
—¿Qué pasa hija, te noto tensa, tu y mi hijo...
—Sí Marisa, Sergio y yo sí, más bien yo debí detener está locura, lo amo y me duele engañarlo, se dio cuenta de que era mi primera vez, y eso le precio extraño.
—Pero le explicaste ¿Verdad?
—Si, lo hice y me creyó, le dije la verdad de como fue mi embarazo.
—¿Entonces?
—Entonces, no me siento cómoda mintiendo le, al decir que él me escogió para ser su esposa, cuando no es así, cuando recupere la memoria y descubra que todo es un engaño me odiara. —expresó Nohelia con sentimientos encontrados, tenía miedo, felicidad y tristeza de saber que el día que Sergio despierte de su inconsciencia, él descubrirá que no la eligió. Las lágrimas rodaron por sus mejillas, Marisa las limpió con sus dedos y luego la abrazó.
—Tranquila hija, cuando Sergio recupere la memoria, el estará muy enamorado de tí, no habrá otra mujer en su vida más que tú, que eres la madre de su hija.
Luego de esa charla  Nohelia limpió su rostro, se arregló y fueron al jardín a desayunar todos juntos.
Mientras Marisa y Nohelia hablaban dentro de la sala de star, Alexander y Sergio hablaban de la empresa y sus funciones.
—Hijo, ¿Tómate un mes de vacaciones  y cuando vuelvas, entonces tu madre y yo nos iremos y tú quedarás al frente de todo. Quiero que disfrutes con la madre de tu hija y te enamores de ella mucho mas. —Sergio miró extraño a Alexander, y no comprendió esa verdad ocultas en esas palabras.
—¿Acaso yo no quería a mi esposa padre?
—Hijo estuviste mucho tiempo en coma,  solo deseo que disfrutes un poco más, hay cosas que tienes que saber y no se te puede decir para no generarte confusiones, recuperarás tu memoria, entonces hablaremos y así entenderás. —Alexander sintió pesar al no poder ser completamente sincero con Sergio, deseaba pronto recupere la memoria, y así él entendería el por qué de muchas cosas.
Marisa y Nohelia se acercaron a ellos y se dispusieron a desayunar.
—Nohelia, nos iremos de viaje. —propuso Sergio, y Nohelia lo miró sorprendida.
—¿De viaje?
—Si, nos iremos por una semana y volveremos y entonces serán mis padres los que viajen.
—¿A dónde iremos?
—Escoge tu el destino. —dijo Sergio mirando la y apretando su mano.
—El mejor destino sería Bora Bora, es muy hermoso. —sugirió Marisa mirando a Nohelia.
—No las conozco, así que me gustaría conocer ese lugar.
—Bora Bora será entonces, nuestro terremoto se queda con los abuelos, será un viaje de luna de miel, te la debo mi amor.
Nohelia sonrió, pero su sonrisa no llego a sus ojos que destellaban tristeza.
El desayuno pasó, hicieron el itinerario del viaje y planes de actividades.
Una semana después estaban abordando el Jets privado que los llevaría a la isla.
Sergio guio a Nohelia y se abrocharon los cinturones y el jets despegó.
—Te ves nerviosa mi vida.
—Le temo a las alturas, y aunque no pueda verlas me pone nerviosa.
Sergio la tomo de la mano y la llevo a la habitación, y entre besos y caricias cayeron a la cama.
—Voy a quitar tu estrés de una forma que te va a gustar. —Susurró sobre sus labios.
—Seguro que me va a encantar. —respondió. Unieron sus labios sus lenguas se enredaban en esa danza erótica que encendía cada átomo de su ser.
Sergio mordió suavemente sus labios bajo por su cuello, abrió su blusa liberando sus pechos, mordió sus pezones a través de la tela del brazier , Nohelia gemía del placer que sentía, Sergio besó nuevamente sus labios mientras quitaba su lentamente el sujetador, volvió a bajar por su pecho llegó a sus pezones,  mordió uno luego el otro.
—¡Aash! Sergio, mi amor. —Decía entre gemidos y arqueando su espalda para quedar más expuesta a él.
Sergio fue bajando y y arrastrando lo que quedaba de ropa en ella, dejándola completamente desnuda. Bajó por su vientre y llegó a su Monte de venus, abriéndose paso sin pedir permiso al paraíso.
Nohelia agarro sus cabellos y se restregaba sobre esa lengua que le causaba la más grande excitación en su cuerpo, se estremeció toda, mientras Sergio devoraba ese coño completamente empapado.
Nohelia sintió esa sensación de electricidad recorrer su cuerpo  mientras Sergio succionaba su clítoris y sus dedos entraban en ella uno a uno.
— Sergio, no aguanto más. —pronunciaba entre gemidos. Sergio seguía dándole el placer más grande, mientras él también sentía el mayor gusto bebiendo de ese manantial escogido exclusivamente para él.
Nohelia sentía su cuerpo tensarse y su vientre se contrajo, sus piernas se tensaron y un poderoso orgasmo se apoderó de ella que la hizo estremecer toda.
—¡Aaagh! Sergio, Sergio te quiero dentro de mi, quiero sentirte en mi. —pedía gimiendo fuerte.
Sergio bebió cada hora de su  néctar embriagando se de ella, subió por su vientre, mientras que con sus dedos acariciaba ese erecto clítoris, llegó a sus labios y devoró esa boca jadeante.
Nohelia respondió a ese  hambriento y apasionado beso, cómo pudo fue quitando las prendas de Sergio hasta dejarlo desnudo.
En un momento estratégico quise encima de él, y fue bajando mordiendo cada parte de y cada centímetro de su piel, llegó a ese punto dónde su mirada se posó en ese duro mástil inexperta en la práctica con su temblorosa mano lo agarro y paso su lengua por toda su extensión, saboreo su líquido pre seminal  y luego jugó con su lengua en esa pequeña y rosada abertura, abrió su boca y poco a poco en su inexperiencia, fue dando placer al hombre que ama.
Sergio guio sus movimientos, mientras apretaba sus dientes por aguantarse un poco más, se sentía como un adolescente urgido, deseaba correrse en su boca. Aceleró el ritmo, mientras Nohelia sentía arcadas y sus ojos llenarse de lágrimas.
Cogió el ritmo indicado deseado por su hombre y lo hizo hasta que si tío el cuerpo de Sergio estremecerse del placer y sentir que se corría, Sergio intento quitarla pero ella se aferró y aceleró el ritmo y Sergio se corrió en su boca.
—¡Aaah! Nohelia, esposa me vas a matar. —Nohelia cerró sus ojos y de una tragó la esencia de su amor.
Limpió la comidita de sus labios y subió a los labios de Sergio, él la recibió se probó en sus labios, devoto esa boca que le arrancó gemidos, la volteo y se posición sobre ella, bebió de sus pechos mientras ella abría sus piernas, el se posesionó en su entrada y de una sola estocada se adentró en ella.
—¡Aah! Sergio. —pronunció embriagada de placer.
Sergio siguió adentrándose en ella. Nohelia sintió a su encuentro y sus penetraciones eran fuertes y profundas, sus cuerpos bañados de sudor, y sus respiraciones agitadas eran la prueba de que su entrega era tan fuerte como profunda al igual que intensa, que sus embestidas los hacia estremecer de pasión. Sus cuerpos se estremecieron  y sus piernas estaban tensas.
—Sergio, ya no aguanto más, me cortó.—Sergio siguió penetrando la más fuerte y aceleró sus embestidas hasta correrse junto con ella.
—¡Aaah!¡Aaash! Amor te amo, te amo .
Pronunciaron juntos al sentirse extasiados del placer del amor que sentían.
Sergio se dejó caer sobre su pecho, escuchó su corazón latir tan fuerte, sus respiraciones entrecortada poco a poco fueron normalizando se, Sergio la miró a los ojos y con su dedo índice tocó la punta de su nariz.
— Te amo esposa mía, te amo. —dijo y Nohelia sintió su corazón rebosado de felicidad, el hombre que amó en silencio por mucho tiempo ahora le decía que la amaba.
Pero muy dentro de su corazón el temor de un posible rechazo de su parte cuando recordara bien su pasado se apoderaba de ella.
Se abrazó fuertemente a su regazo.
—Júrame que pase lo que pase tu estarás a mi lado siempre.
—Te lo juro mi amor, tu eres el amor de mi vida, ¿Qué puede pasar? Te amo mi esposa bella.
Respondió Sergio seguro de su amor por Nohelia.
La aeromozas tocó la puerta para decir que aterrizaría en su primera escala.
Sergio y Nohelia fueron al baño se cucharón y diez minutos después estaba abrochando nuevamente su cinturón de seguridad. 

Un hijo para el CEO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora