CAPÍTULO 39 ACEPTO

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Sergio y Julianne por fin estaban frente a frente, todos miraban el fuerte abrazo en el que se fundieron ellos, Sergio abrazó a Julianne por la cintura y ella rodeó sus brazo por su espalda.
—No tienes idea de lo que sufrí cuando me dijeron que habías muerto.—pronunció Julianne en un susurro.
—Desperté y vine por ti, y te vi feliz con tu familia en el parque, y no le vi sentido volver a hacerme presente en tu vida.
—Estoy feliz, feliz de que estés con vida y con una familia, una hermosa esposa. —dijo mirando a Nohelia que los miraba fijamente sintiendo dolor por la escena frente a ella.
Sergio caminó hasta ella, tomó su mano y se acercó a Julianne.
—Te presento a la mujer de mi vida, la madre de mis hijos y mi mundo entero. Nohelia Kartson.
—Hola, al fin te conozco Julián.
—Hola Nohelia, un gusto enorme conocer a la esposa de mi mejor amigo de toda la vida. —Nohelia sonrió sintiendo un alivio en su corazón al escuchar las palabras de ambos. Julianne miró a los dos y habló a Sergio.
—Me alegra mucho saber que son felices, te lo mereces Sergio, te mereces tener un hermosa esposa. ¿Y tus bebés? Quiero conocer a mis sobrinos.
—En otra ocasión será, se quedaron con los abuelos.
Julianne sonrió y fue hasta Jordan y lo acercó a ellos.
—Mira Nohelia, el es mi esposo, y el amor de mi vida.
—Mucho gusto, Jordan L'Blank.
—Hola, los conocía de nombres, y me da mucho gusto conocerlos en persona,  son muy amables. —dijo Nohelia.
—Mami, ¿tío Sergio y tía Nohelia se quedarán mucho tiempo.? —preguntó Arielle haciendo presencia y Nohelia la miró.
—¿Tu eres Arielle? —preguntó Nohelia mirando a la pequeña de cabellos  castaños claro.
—Si, hola.
—Eres muy hermosa, mi hija también se llama Arielle.
—¿De verdad? —preguntó mirando a Nohelia y luego a Julianne.
—Mami, su hija se llama igual que yo.
—Si mi amor, algún día haremos un viaje para conocerla.
Todos pasaron al interior de la sala dejando a Sergio y a Julianne solos, Jordan llevó a sus pequeños.
—Vamos niños, mami tiene que hablar con el tío. —dijo mirando a Nohelia.
—Si vamos, quiero que me cuentes cosas para decirle a mi hija que tendrá una amiguita con su mismo nombre. —habló Nohelia lo primero que se le ocurrió.
Todos salieron del jardín y solo estaban Sergio y Julianne.
Se miraron en silencio.
—Sergio...
—Julianne...
Hablaron al unísono y rieron.
—Tu primero. —dijo Sergio, y Julianne habló.
—Sergio, te juro que yo creí que habías muerto, primero envié mil correos que jamás respondiste. Y luego la noticia de...
—Estuve en coma todo ese tiempo hasta hace dos años que desperté, y meses después recobré completamente la memoria y  vine por ti, te vi en un parque junto a tu familia y regresé a Moscú, fue entonces que descubrí que tú me creías muerto.
—¿Fue ahí donde conociste a Arielle?
—Si, su pelota rebotó por mis pies y hablamos, no la regañes por favor.
—No no lo haré. Esta hija mía es un huracán.
—Y muy hermosa.
—Sergio, sufrí tu ausencia, las heridas sanaron y volví con Jordan.
—Tu verdadero amor. —dijo Sergio tomando sus manos.
—Si, ese que tú ahora vives con Nohelia, tu esposa. Sabes, estoy muy pero muy feliz de que tengas una hermosa familia, de corazón te lo digo. —expresó Julián llevándose las manos al pecho.
—Y yo, de saberte que eres feliz  con el hombre que siempre amaste. Eres feliz y yo también, es lo único que cuenta. Tu y yo somos pasado.
—Así es Sergio, un triste pasado tanto para ti como para mí.
—Ahora a ser felices mi mujer bonita.
Julianne sonrió y lo miró.
—Ya no soy tu mujer bonita, eso es pasado, no me molesta, pero Nohelia y Jordan no lo pueden ver bien.
—Me guardas el secreto. —susurró riendo.
—Será siempre nuestro secreto. —respondió Julián guiñando sus ojos, y sonriendo, se encaminaron al interior de la sala donde todos estaban.
—Muy bien familia, creo que es la hora de pasar al salón porque la mesa está servida. —dijo Jean Carlo, invitando a todos al comedor familiar.
La hora de la comida pasó, Nohelia con el pasar de las horas empezó a sentirse más cómoda, conversaba y reía con sinceridad.
Jordan también dejó de sentirse incómodo con la presencia de Sergio.
Con el pasar de las horas llegaron los días, tres días habían pasado, y Sergio ya estaba en el aeropuerto internacional para salir de regreso a Moscú.
Jordan y Julianne, Sergio y Nohelia caminaban por ese mismo pasillo que una vez los alejó
Las familia L'Blank Ferrari había ido a despedirlos, Julianne se acercó a Sergio y se despidió con un  emotivo abrazo.
—Vuelvan pronto,  estaremos esperando, haremos un paseo en familia para que nuestros hijos compartan. —dijo Julianne abrazada a Sergio, Nohelia aceptó y luego se despidió de Amalia, con la esperanza de volver algún día juntas a Ecuador.
Los Bright caminaron  y se perdieron
por los pasillos, llegaron al hangar y abordaron el jet que los llevaría de vuelta a Moscú.
Nohelia mirando por la ventanilla, cerró los ojos mientras el avión despegaba y a su mente llegó el recuerdo de su charla con Julianne.
Flash Back.
Sergio estaba en la oficina con los hombres Ferrari y Jordan hablando de cosas triviales de la vida. Nohelia estaba en compañía de Amalia hablando y contando cada una todo lo que pasó para poder alcanzar la felicidad. Tenían hijos casi de la misma edad, y por cosas del destino sus caminos estaban entrelazados.
—Jamás creí encontrarte en esta familia Amalia.
—Y yo jamás lo creí cuando Jean Carlo dijo el nombre de la esposa de Sergio, quería abordar  un avión y volar a donde estabas tú.
Su charla fue interrumpida cuando la nana de sus trillizos la llamó por qué la necesitaban.
—Señora Amalia, los pequeños desean verla, están muy inquietos.
—enseguida voy, Freda. —se giró y se despidió de Nohelia.
Amalia se retiró y Julianne llegó con una copa de champagne Chandon para brindar por una amistad sincera posible.
—¿Puedo hablar un momento? por favor. —pidió esperando que Nohelia la invitara a sentarse.
—Por favor, siéntate.
Julianne sentada frente a Nohelia miró en dirección a dónde ella miraba.
—Nohelia, quiero que sepas algo muy importante.
—No tengo nada en tu contra Juliann, son cosas de la vida, del destino, de personas que juegan a ser dios, nos quitan y nos ponen a su antojo, al menos eso sucedió conmigo.
—No son las personas, es ese instinto que nos grita sin poder escucharlo, que nos ordena sin poder negarnos a obedecer que hagamos todo lo que hacemos, yo por ejemplo, mal entendí las cosas con Jordan y me casé con Sergio, quise forzar el destino para seguir a pesar de no amarlo como el se lo merecía, pero la vida, el destino en forma de una, madre queriendo lo mejor para su hijo, nos llevó por caminos diferentes. Marisa se encargó de enderezar nuestros caminos. Y se lo agradezco, hubiéramos sido muy infelices los dos.
—Te sacó de su vida y me puso a mi con mentiras, nunca, me dijo que Sergio estaba casado con otra mujer.
Me dediqué en cuerpo y alma a cuidar de él, y de nuestra hija.
—Por cierto me dijo que tiene el mismo nombre que la mía. —preguntó Julianne.
—No sabía que tu hija llevara ese nombre, y lo que pasó fue que en un trance, tuve un encuentro con Sergio, mientras el dormía  yo casi moría en el parto y toda esa experiencia que viví, el me pidió poner ese nombre a nuestra hija.
—¿De verdad? No lo hubiera imaginado, pero sabes, soy muy feliz de saberlo muy enamorado de ti, eres la mujer de su vida, su mundo entero.
—Estoy segura de eso, yo también lo amo más cada día.
—Salud por el amor de nuestros hombres y por nuestra amistad.
—¡Salud! —respondió Nohelia sonriendo y chocando las copas para brindar por el nacimiento de una sólida amistad entre ellas.
Fin Flash Back.

Nohelia abrió los ojos y se encontró con la mirada de Sergio.
—Deseo ser el dueño de tus sueños y tus pensamientos.
—Lo eres mi vida, eres el dueño de mis sueños, de mis pensamientos y todo de mi.
—Te amo.
—Te amo más. —responde Nohelia sintiendo la seguridad de esos sentimientos, y entregándose nuevamente al amor.
El vuelo fue tranquilo, entregándose a su pasión, luego de charlas, risas y demostraciones de su amor, horas después estaban aterrizando en el aeropuerto, y los autos estaban esperando para llevarlos a la mansión Bright.
Los días pasaron y Sergio continuó su trabajo en los nuevos proyectos de la cadena de hoteles con los Ferraris.
—Thresa está todo listo para la reunión?
—Señor, la reunión fue cancelada por los arquitectos en jefes, aun no enviaron las maquetas de Italia.
—Entonces.....—el sonido de su teléfono lo interrumpió y contestó.
—Madre, ¿Qué sucede?
—Hijo ven al hospital, Nohelia está internada.
Sergio colgó la llamada, tomó la gabardina y salió corriendo de la oficina. Manejó como un loco y llegó al hospital. Salió del auto y caminó pasos agigantados, llegó a recepción y pidió información y pasó a la habitación donde estaba.
—Amor, ¿Qué te sucedió? ¿Por qué estás aquí? —Interrogó preocupado.
—No te preocupes mi vida, lo que tengo es lo más normal del mundo,y dentro de siete meses lo tendrás en tus brazos.
Sergio sonrió y acarició su vientre.
—Otro pequeño que nos alegra la vida, gracias mi amor, gracias por darme la familia maravillosa.
Unió sus labios en un beso lleno de amor.
—Acepto. —pronunció entre besos.
—¿Aceptas?
—Si, acepto ser tu esposa, acepto casarme contigo.
—Sergio Bright, ¿Aceptas ser mi esposo?
—Acepto señora Bright, acepto ser su esposo, marido, amante y todo lo que desees.
Sergio tomó en brazos a Nohelia y la llevó al auto, llegaron a la mansión donde todos estaban esperando con un ejército de organizadores de boda.
—Señor Bright, por favor vaya a su habitación que una boda nos espera.
—Nohelia, ¿será hoy? —preguntó Sergio 333333333333¾⁴
—Ya esperé mucho tiempo y eso es suficiente, no quiero seguir esperando ni un día más.
Nohelia se despidió de Sergio y fueron cada uno a la habitación donde se prepararon para la ceremonia.

Un hijo para el CEO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora