Nohelia era un mar de nervios, Nikolay la tomó de la mano y subieron al auto seguido por los guarda espaldas, el trayecto fue en un silencio sepulcral y sus pensamientos un completo caos.
"Quiero a mi hija tú no la deseaste así que es únicamente mía. No así no. Sergio, tú y yo no estamos casado, nuestro matrimonio no existe, así que vengo por mi hija. ¡Rayos! Ojalá pueda hablar sin llorar" —su debate mental le causaban fuerte dolores de cabeza. Y Nikolay la sacó de sus cavilaciones.
—¿Me estás escuchando Nohelia?
—¡Eh! No, no te escuché, discúlpame, mi mente es un caos completo. —respondió llevándose las manos a su rostro por la frustración que sentía.
—Que tendrás que divorciar te de Sergio.-dijo Nikolay mirando sus ojos llenos de tristeza.
—Mi matrimonio no existe Nik, fui cruelmente engañada creí que aquel matrimonio era verdadero y hasta el abogado se prestó para este engaño.
—¿Me darás el nombre de ese abogado? Necesito saber bajo que condiciones está elaborado ese contrato.
—Mañana iremos a su oficina, hoy quiero recuperar a mi hija.
El auto se estacionó frente a los portones de la mansión Bright y fueron abiertas en el momento en que el guardia la reconoció.
—Señora Nohelia, por favor pase, todos la han estado buscando.
—Gracias Sergei, los señores vienen conmigo. —habló y pidió que dejarán pasar a Nikolay.
Siguieron y llegaron al parqueadero, Nikolay y Nohelia caminaron a la puerta y entraron a la sala.
—¡Mami!. —el grito de Arielle hizo que todos miraran en dirección a la puerta, donde corrió la pequeña. Marisa se puso de pie y caminó a recibir a Nohelia.
—Hija, ¡Por dios! ¿Dónde estuviste todo este tiempo. —preguntó Marisa abrazándola, abrazo al que Nohelia no respondió.
—¿Como has estado mi niña hermosa? Vine por ti. ¿Recuerdas lo que tú y yo hablamos? —preguntó acunando su carita entre sus manos.
—Si mami, ¿ya tienes trabajo y casa?
—Si mi amor, no pude venir antes por qué estuve enferma. Pero ahora estoy bien, y vine por ti.
—Hija, esta es tu casa, no te vayas por favor. —pidió Marisa muy entristecida.
Alexander miró, Nikolay y se acercó a él saludando.
—Señor Shevchenko, gracias por traer a mi nuera.
—No la traje señor Bright, venimos por la niña. —respondió Nikolay mirando a Nohelia y a Marisa hablando.
Marisa trató de convencer a Nohelia, no quería dejar de ver a su nieta.
—Hija, por favor, piensa en Arielle, ella. —Nohelia interrumpió sus palabras.
—No Marisa, ustedes me engañaron, ustedes no fueron sinceros conmigo, nunca me dijeron que Sergio era casado.
—Nohelia, mi hijo está confundido, y.... —Nohelia interrumpió nuevamente sus palabras, y la miró fijamente mientras le hablaba.
—Ya no Marisa, ahora él sabe toda la verdad, y lo primero que hizo fue echarme de aquí. Ahora me llevaré a mi hija.
Marisa vio a Arielle en los brazos de Alexander y con su pequeña mochila.
—Mi amor, recuerda que aquí estaremos para cuando quieran regresar. —le dijo su abuelo con tristeza.
—Si abuelo, estoy segura de que cuando papi vuelva vendrá con esa señora, y no volveremos a estar juntos como antes. —Nohelia cerró los ojos al escuchar esas palabras de su hija.
—No mi vida, eso no pasará, en lo que papá vuelve, tú y mami estarán en casa del señor Shevchenko. —le indicó Alexandr tratando de persuadir a que cambie ese pensamiento de su nieta.
—No se preocupe señor Bright, cuidaré de ellas con mi vida de ser necesario.
—Eso espero señor Shevchenko, se está llevando parte de mi familia, a pesar de yo no desearlo.
Nohelia se despidió de Alexander y Marisa, y ellos de la pequeña Arielle.
Subieron al auto y salieron nuevamente de la mansión.
El trayecto fue en un silencio sepulcral, Nohelia miraba a través de la ventanilla con vidrios polarizados y sus lágrimas rodaban por sus mejillas.
"Seguramente se fue a buscar a Julián, seguramente volverán. Voy a olvidarte Sergio, me iré lejos de aquí con mi hija y mi pequeñito que viene en camino.
—Mami, no llores, papi vendrá por nosotros, abuelo lo prometió.
—No mi vida, papi no volverá por nosotras.
—Se fue de viaje y no se dónde.
—Ya mi vida, ya no te preocupes por eso, deja que los adultos se ocupen y resuelvan sus problemas. Tu dedícate a jugar mi princesa. —dijo haciendo cosquillas y Arielle riendo.
Siguieron cada uno metido en sus cavilaciones.Una semana antes.
Sergio ya completamente recuperado, fue dado de alta luego de pasar unos días hospitalizado, Marisa y Alexander fueron por él al hospital y sin mirarlos y dirigir una sola palabra, subió al auto y salió con dirección a la mansión.
El trayecto fue en un silencio
sepulcral, que se podía escuchar un alfiler al caer al suelo.
—Hijo... —sus palabras fueron interceptados por un molesto Sergio
—Ahora no madre, por favor no quiero escuchar nada, déjame poner en hilo mis ideas y entonces, tú me darás una buena explicación de todo lo que pasó.
Marisa sintió un temblor en su cuerpo, su hijo ahora estaba ahí con su mente en un completo caos.
Llegaron a la mansión, Sergio salió del auto de la misma forma en la que entró en hospital, entró a la sala, miró a todos lados y luego a lo alto del segundo piso. Subió las escaleras y caminó reconociendo el lugar.
Abrió la puerta de la habitación de huésped, miró todo como Nohelia lo había dejado, su aroma estaba aún impregnada en ella.
Sergio cerró los ojos y un recuerdo cruzó por su mente.Flash Back.
" Las puertas metálicas se abrieron, Sergio guio a Nohelia a la entrada del departamento y abrió la puerta, se adentraron y luego en el centro de la gran sala quitó la venda de los ojos de Nohelia y su sorpresa fue inmensa, una lluvia de globos y pétalos blancos caía sobre ella, se llevó las manos a su boca que formaba una O,
—Te amo esposa mía.
Nohelia rodeó sus brazos a su cuello y unió sus labios a los de el, Sergio correspondió a ese beso tan lleno de amor.
Fin Flash Back.Pasó sus manos por su rostro, su frustración era tanta, y su corazón se estrujó al recordar aquel momento.
Salió de su habitación y fue a la siguiente que era la suya, se tiró sobre la cama y cerró sus ojos.
"Júlian, mi júlian, tengo que ir por ti, tienes que saber que estoy vivo" pensó poniéndose de pie y nuevamente un recuerdo volvió a su mente.
" —Nohelia, cariño, mi mente es un caos, pero mi corazón está seguro de que te ama. No tengo idea de quien es la mujer de mis sueños."
—Hipócrita, siempre supiste quien era la mujer de mis sueños y no me lo aclaraste. —se dijo
El sonido de unos vidrios rotos se escucharon cuando un vaso de whisky se estrelló en el espejo.
—¡Aaaah! Me voy a volver loco.
Cayó al suelo de rodillas.
¡Ja! ¿Y que los hombres no lloran? Pues claro que lloran.
Y Sergio no era la excepción de ser inmune al dolor de un amor perdido.
—¡Júlian! ¡Júliaaan! ¡Nohelia! Por qué!. —un grito desgarrador salió de su garganta, Marisa estaba tras de la puerta escuchando, viviendo y sintiendo ella el dolor de su hijo. No podía acercarse a él, pues el resentimiento de Sergio era grande, tanto como su dolor.
—Querida, no te atormentes más, déjalo desahogar su dolor, que llore lo que tenga que llorar, y cuando él sienta que puede aceptar tu cercanía, entonces sus heridas habrán sanado y buscará resolver su vida. —susurró Alexander a su oído
—Quise hacer lo mejor, quería darle una familia a pesar de estar ahí y cuando despertó, fue feliz, el ama a Nohelia, no pudo ser irreal su mirada, sus demostraciones de amor por ella.
—Ahora no podemos hacer nada mujer, él solo tiene que aclarar sus sentimientos.
Marisa pasó la noche en la puerta de la habitación de Sergio, lo escuchó beber toda la noche.
Y el amanecer llegó, Marisa abrió la puerta muy despacio y lo vio tirado sobre la cama boca abajo, sus lágrimas rodaron y entró silenciosamente, quitó sus zapatos, puso un cobertor sobre él, y lo que escuchó la dejó paralizada.
—Júlian, júlian, voy por ti mi amor, iré por ti. eres mía, eres mi mujer. —habló arrastrando las palabras.
—Nohelia, te odio Nohelia, te amo mi Nohelia.
Marisa lo miró, escuchar lo que Sergio decía era el nacimiento y muerte de una esperanza, ya no sabía que esperar de Sergio.
Salió de la habitación y fue a la suya., Alexander estaba anudando su corbata frente al espejo cuando la vio entrar
—Fui por ti y te vi dentro de la habitación de Sergio. ¿Cómo amaneció?
—No lo sé, no se la magnitud de la confusión de mi hijo. Llamó a Julián diciendo que iría por ella, y luego a Nohelia decir qué la ama y la odia.
Alexander se giró y la miró, se acercó a ella y la abrazó.
—Ves, Sergio ama a Nohelia, solo que el sigue creyendo que ama a Julián por lo que el durmió teniendo ese sentimiento.
—Ojalá y aclare pronto sus sentimientos, por que es mi nieta la que sufre, aún no sabemos de Nohelia, estoy muy preocupada por ella, y el no saber dónde está
—Voy a contratar un detective para encontrarla, no pudo desaparecer.Las horas pasaron, Sergio se recuperó de la ebriedad, se fue al baño y bajo la ducha nuevamente un pensamiento llegó a su mente.
Flash Back.
"Te amo esposa mía.
—Sergio, solo recuerda que te amo y te voy amar siempre, no importa lo que me hagas, te voy amar vida mía."
Fin Flash Back.—¡Aaah! Maldita sea, sal de mi mente mujer! —casi gritó dando un fuerte golpe con el puño cerrado contra la pared.
Sergio tenía sentimientos encontrados, al recordar a Julián no sentía lo mismo como cuando recordaba a Nohelia y sus demostraciones de amor.
Estaba luchando contra sus propios sentimientos y se negaba a aceptar lo que realmente sentía.
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Un hijo para el CEO
RomanceSergio Bright, eterno enamorado de Julianne Ferrari, cumple su más anelado sueño, casarse con la mujer que ama, olvidando por completo la enfermedad que lo debilita día a día. Un día menos esperado se ve obligado a alejarla de su vida, pues el médic...