CAPITULO 21. CRUEL REALIDAD

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ANTES DEL VIAJE.
Sergio tomó en brazos a Arielle y ella cerró sus ojos, desde que Nohelia no estaba se había alejado de su padre, a pesar de los intentos de él por seguir siendo un padre cariño.
—Hija, mi princesa, pronto estaré aquí y buscaremos a mamá, mientras tengo que viajar. ¿Qué te gustaría que te traiga.? —preguntó acariciando sus rubios cabellos.
Arielle lo miró acunó su rostro entre sus manitas y respondió.
-Solo quiero estar con mamá y contigo como antes, tú eras nuestro príncipe durmiente y te cuidamos, ahora nadie cuida a nuestra princesa desaparecida.
—La encontraremos, y volveremos a estar juntos. Lo prometo.
Sergio entregó a su hija a Lalita y la llevó fuera de la sala.
—Hijo, busca a Nohelia, estoy preocupada por ella, algo debió suceder con ella, ella no dejaría a su hija. —pidió Marisa sin imaginar la respuesta que recibiría.
—Tu la contrataste para ser una incubadora, se le pagó por eso que se de por bien servida entonces. Voy a buscar a la mujer que amo y nadie lo impedirá. —respondió agarrando la una pequeña maleta y salió sin darse cuenta de que Arielle sabía escabullirse y escuchó esas palabras.
—¡Sergio! Te estás comportando como un grandísimo imbécil. —aseveró muy molesto Alexander, viendo salir a Sergio sin responder ni mirar atrás
Arielle corrió a los brazos de su abuelo y este la cargo
—Lo siento mucho mi niña, papá está pasando por una crisis existencial muy dura que tiene que enfrentar.
—Abuelos, mamá vendrá por mi, ella lo prometió y yo quiero irme no quiero estar aquí cuando papi vuelva con esa señora. —expresó la pequeña con mucha tristeza.
—Mi vida, mi amor chiquito, si mami viene, prometo que te irás con ella, y no estarás aquí cuando Sergio regrese. Nosotros estaremos siempre en contacto con ustedes. Lo prometo. —dijo Marisa con lágrimas en los ojos, y su corazón dolido.
—Así es mi niña hermosa, siempre velaremos por ti y tu madre, ustedes son lo más importante de nuestras vidas. —confirmó Alexander.
Las horas pasaron, era la entrada del anochecer cuando Nohelia hizo acto de presencia en la mansión Bright, para llevarse a su hija.

Sergio viajo a Italia, llegó al hotel donde se quedaría el tiempo que fuera necesario, contactó al detective privado y dio información de Julianne, necesitaba saber todo, antes de presentarse ante ella.

Tres días pasaron, Sergio decidió salir a recorrer la cuidad, el sonido de las notificaciones en su teléfono sonó, y vio todo lo que el detective y miró detenidamente toda la información, vio cada fotografía de ella, sus hijos y Jórdan. Vio la foto de Arielle Anastasie, suspiró profundo, cerró los ojos.

"No puede ser, me olvidaste mi mujer bonita, y tú mi pequeña, como eres de hermosa. Arielle, Arielle Anastasie."
Fijó la mirada en la nada y a su mente le llegó el recuerdo de Arielle Maylin su hija.

Flash Back
Sergio estaba parado frente a la puerta de la habitación de Arielle y la escuchó pedir por su madre de la misma forma como lo hacían por el.

"Ángel de la guarda, tu eres mi dulce compañía, protege a mi mamita en las noche y en el día, no lo desampares por que la perdería. Diosito mi princesa ya no está aquí, nuestro príncipe durmiente despertó y la echó de su Palacio y no sé dónde está, cuídala mientras vuelve a casa.
Yo te pido así como mami y yo te pedimos que nos devuelvas a nuestro príncipe durmiente, que me devuelvas a mi princesa y mientras esté lejos no lo desampares, amén.
Fin Flash Back.

Su corazón se estrujó por ese recuerdo, guardo su celular y salió sin rumbo fijo.
Manejó sin saber dónde ir mientras su cabeza era un caos completo.
Nohelia no salía de sus pensamientos, mientras que Julianne llegaba a ellos por su insistente capricho.
Entró a un bar, sentado en una barra bebió hasta perder la razón.
Despertó en una habitación privada del mismo club, llamó a la administración y pagó por tiempo indefinido, pidió nuevamente botellas de whisky y bebió nuevamente sin medir la cantidad.
—Nohelia, donde carajos te fuiste, ven, ven mi Nohelia, Nohelia-llamaba en su inconciencia a la única mujer de sus pensamientos.
—Te amo esposa, te amo te voy a encontrar. —volvió a decir cayendo en el más profundo de los sueños.
Fue muy perturbador.

Un hijo para el CEO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora