CAPÍTULO 26. ADIÓS MI GENERAL DRAGO

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Una semana antes, Nikolay había salido de viaje dejando todo listo y preparado para un posible adelanto del nacimiento del bebé.
Nikolay estaba fuera de la ciudad, encargándose de los negocios de la familia cuando recibió la llamada de Rosellia para dar la noticia del nacimiento del bebé.
—Pronto estaré ahí Rosellia, soluciono este problema y regreso.
Rosellia colgó la llamada y esperó por noticias en la sala.
Sergio vestido con la ropa hospitalaria estaba sosteniendo la mano de Nohelia, mientras ella hacía todo el esfuerzo por traer al mundo a su pequeño.
—¡Un poco más Nohelia! ¡Puja!
—¡Aaagh! —Los gritos de Nohelia llenaban la sala de partos.
—Puja mi vida, puja fuerte, que nuestro hijo ya está llegando. —pedía  Sergio en un susurro cerca de Nohelia.
El último esfuerzo.
—¡Aaasgh! —el llanto y el grito de Nohelia se mezclaron e inundaron la sala.
—Un hermoso niño. —dijo el doctor, entregándolo a su padre.
—Mi hijo, mi pequeño príncipe. —susurró dándole un beso en la frente y poniéndolo en el pecho de Nohelia.
—Gracias mi amor, gracias por darme los hijos más maravillosos del mundo. Te amo Nohelia Kartson, te amo.
—Sergio.. —Sergio sello sus labios con un dulce beso lleno de amor.
—Tu eres el verdadero amor de mi vida, solo tu, te amo mi amor. —susurró sobre sus labios, luego dejó un beso en su frente y entregó el bebé al pediatra.
Una hora después estaba en la habitación adornada con globo azul cielo y blanco.
Nohelia fue trasladada la habitación y quince minutos después el pequeño Alexander.
—Hija, felicidades por nuestro pequeño, es muy hermoso.
—Gracias mamá, y lo más importante es que está muy sano.
—Y hermoso como su madre. —expresó Sergio mirando con amor a Nohelia, y fue Marisa quien llegó sintiendo una explosión de felicidad al ver a su nieto, y a su hijo juntos.
—Hija, me alegra mucho que todo saliera bien.
—Gracias Marisa. —respondió Nohelia sin sentir nada de rencor por el pasado.
Tres días pasaron y Nohelia estaba en la residencia Shevchenko, Sergio estaba en la habitación junto a Nohelia, y Nikolay por fin hizo acto de presencia.
—Mi reina, felicidades por el nacimiento de nuestro príncipe. —habló acercándose a ella sin importar la presencia de Sergio.
—Nikolay, que bueno que estás de vuelta, estaba preocupada, ¿Dónde estuviste hasta hoy?
Nikolay miró fijamente a Nohelia, se abrazó a ella, y ese abrazo fue tan fuerte, y ella respondió.
Sergio se aclaró la garganta, y fue cuando Nikolay se percató de su presencia.
—Estás aquí Bright, me alegra que hayas cuidado de mis princesas mientras yo no estuvo.
—No tienes que agradecer, es mi obligación estar junto a mi mujer y a mis hijos. Los dejo para que hablen tranquilos.
Sergio dio un beso en los labios de su mujer y salió a ver a Arielle que estaba en la habitación del bebé.
Nikolay miró nuevamente a Nohelia y acunó su rostro entre sus manos.
—Sabes que te amo Nohelia.
—Nikolay, yo, yo no...
—Escúchame por favor mi hermosa mujer, un día te arrancaron  de la tranquilidad de tu hogar, y te trajeron aquí. Te tuve en mi poder, y te dejé ir, y no tienes idea de cuánto lo he lamentado.
—Eso ya es pasado Nikolay, ya te perdoné y estoy feliz de tenerte en mi vida, no eres ese general Drago que conocí.
—Mi reina, yo prometí estar a tu lado, pero no puedo cumplir esa promesa.
—Tranquilo mi general, respeto tu decisión.
—Mi reina, no puedo apartarte del padre de tus hijos, el te ama y tú a el, deseo verte feliz, y yo seré feliz.
—Gracias Nikolay, talvez en otro tiempo y en otras circunstancias te hubiera amado tanto como amo a Sergio.
—Lo se mi bonita, y yo hubiera sido el hombre más feliz de la vida, tenerte conmigo y ser correspondido.
—Nikolay, ¿Qué me quieres decir? Hay algo en ti y no es precisamente lo que me estás diciendo.
Nikolay sintió su corazón estrujar se tan fuerte que dolió.
"Sabes que no te dejaré sola, me iré el día que tú me lo pidas."—recordó y se maldijo mentalmente.
Nohelia lo miró y cogió sus manos entre las de ellas.
—Nunca te pediré que te vayas de mi lado Nikolay, siempre estarás conmigo, y alejarte será tu decisión.
—Lo sé mi bonita, pero tengo que irme, y no tienes idea de cómo me duele dejarte, y odio las circunstancias que me alejan de ti.
—Nikolay, adónde sea que vayas, por favor, se feliz, recuerda siempre que el camino que elegiste, en realidad no lo elegiste tu, se feliz  te lo mereces, forma y por favor, una hermosa familia.
—Eres hermosa en todos los sentidos Nohelia, eres muy inteligente, capaz fuerte, eres única.—habló Nikolay con mucha pasión en sus palabras. Nohelia sonrió y se abrazó a él.
—Anda ve y busca tu felicidad, la mereces mi gran amigo, y recuerda déjarme la dirección para enviarte la invitación para el bautismo de tu ahijado Alexander.
—Será un honor para mí, ser el padrino de mi pequeño.
Nikolay volvió abrazar a Nohelia, quería acabar con el mundo, su mundo para no tener que alejarse de Nohelia, tomó su rostro entre sus manos y la miró fijamente.
—Tu eres, y serás el amor de mi vida siempre mi reina, siempre tendrás un lugar en mi corazón, y gracias, gracias por hacerme conocer una forma diferente del amor, ese por el que renuncias a lo más arraigado de tus ancestro.
Nohelia acarició su rostro y dejó un beso en su mejilla. Nikolay no aguantó más y unió sus labios a lo de ella, era un beso urgido y deseado por él, Nohelia quedó estática por esa reacción tan impulsiva de Nikolay.
Se separó de ella la miró, unió su frente a la de ella y susurró muy cerca de sus labios
—Te amo Nohelia, siempre lo supiste desde que te traje de vuelta a mi vida. —Nikolay. —pronunció en un susurro y el la cayó poniendo su dedo índice en sus labios. Nikolay la miró sin pronunciar palabras y salió de la habitación, bajó las escaleras, y caminó a pasos agigantados.
—Adiós mi general Drago, gracias por ser especial conmigo. Se feliz mi Drago, te lo mereces. —habló Nohelia para sí mismo, se despidió de Nikolay sin palabras y en silencio.
Nikolay bajó las escaleras a pasos agigantados, Mikail lo miró y trató de hablar pero salió tras de él.
—¡Nikolay, espera! Hermano. —casi gritó y caminó a largos pasos para alcanzarlo ya subido en el auto.
—No me jodas Mikail, me jodieron la vida. —habló con tanto rencor.
—Hermano, los hombres cometemos errores y muchas veces esos errores nos cambian la vida y nos lleva lejos del camino que deseamos.
Nikolay era un hombre de carácter hostil, su palabra era cumplida al pie de la letra sin cambio alguno,  pero fue una frágil y rebelde mujer, con esa combinación de fragilidad y rebeldía fue lo que le llamó la atención y terminó enamorandose de un imposible, Nohelia.
—Cuida a mi reina Mikail, cuida de ella y sus bebés. Por favor.
—Lo haré hermano, cuidaré de ellos mientras están aquí, es una promesa de honor.
Nikolay encendió el auto y se alejó de la fortaleza, Mikail lo vio irse y sintió la presión en su pecho, sentía el dolor de su hermano, la conexión que tenían era tan fuerte que uno sentía lo del otro.
Mikail regresó al interior de la mansión y vio a Nohelia lista para partir a su nuevo destino.
—Nohelia, no tengas prisa en marcharte, tómate todo el tiempo que deseas.
—Gracias Mikail, pero deseo regresar pronto a mi casa, Sergio vendrá por nosotras.
—Vi a Sergio salir de aquí, no lo vi bien, creí que habían discutido.
Nohelia sorprendida miró a Rosellia
—No lo sé, hija no lo vi. —respondió Rosella a la pregunta silenciosa que su hija le hacía.

Momentos antes
Sergio salió de la habitación dejando a Nohelia hablando con Nikolay.
Bajó las escaleras encontrándose con Leona.
—Hola Sergio, iba a la habitación del bebé para llevarlo con  Nohelia, es su hora de comer. —Sergio asintió y se ofreció a llevar a Álex con su madre.
—Por favor, yo lo haré, quiero compartir ese momento con mi mujer .
Sergio tomó al bebé y subió nuevamente a la habitación de Nohelia, intentó entrar y escuchó la declaración de amor que le hacía Nikolay a Nohelia.

"Tu eres, y serás el amor de mi vida siempre mi reina, siempre tendrás un lugar en mi corazón, y gracias, gracias por hacerme conocer una forma diferente del amor, ese por el que renuncias a lo más arraigado de tus ancestro."
Vio cuando Nohelia acarició su rostro y dejó un beso en su mejilla, y sintió bullir su sangre en el momento en que Nikolay no aguantó más y unió sus labios a lo de ella, Sergio apretó sus dientes marcando su mandíbula, tan fuerte que dolían, vio un beso urgido y deseado, miró a Nohelia abrazada a la cintura de Nikolay y escuchó nuevamente esas palabras de amor que tanto dolió en su alma.
—Te amo Nohelia, siempre lo supiste desde que te traje de vuelta a mi vida. —Nikolay.
Sergio dió vuelta, bajó las escaleras encontró a Leona, entregó a Álex y salió furioso sintiendo bullir su sangre, entró al auto y manejó sin rumbo teniendo la imagen en su mente.
Llegó al club nocturno, se sentó en la barra y pidió un vaso de whisky, lo bebió de un solo y esa vos seductora y conocida le susurró al oído.
—Hola Sergio, ¿por qué tan solito? Te puedo acompañar.
—Déjame solo, Diana, no deseo escucharte y mucho menos deseo tu compañía.
—Vamos, invitarme una copa, y luego vamos a bailar.
Sergio la miró fijamente, delineó su rostro con la mirada y se quedó mirando esos labios que una vez devoró con ansias  y despecho.

Flash Back.
Sergio después de sacar a Nohelia de la mansión, pasó encerrado tratando de entender sin aceptar todo lo que su madre le contó, todo lo que había pasado mientras él estaba inconsciente, vio parte de la información que Marisa le entregó, tanto de Julianne casada con Jórdan y todo lo grabado donde está  Nohelia haciendo de todo por él.
—¡Maldita sea! Todo es en desastre. — Se  cuestionó en voz alta lanzando todo al suelo, tomó su gabardina y salió subió a su auto y manejó sin rumbo fijo, dio vueltas y vueltas hasta que llegó a un parque, deseando caminar por un momento para despejar su mente que era un caos.
Sentado frente a un lago y la lanzando semilla a los patos sintió unas manos cálida cubrir sus ojos.
Sergio tomó esas manos y pudo ver a Diana frente a él.
—¡Diana! ¿Que haces aquí?
—Voy a un bar con unas amigas, ¿Te apuntas? —invitó y el rechazó.
—No, no estoy de humor para bares.
—Entonces vamos te invito a comer y hablemos. ¿Te parece? No acepto un no de respuesta.
Sergio sonrió, se pudo de pie junto con Diana y caminaron hasta llegar a un centro comercial.
Sergio y Diana sentados en una mesa esperando la comida empezaron hablando de lo que a Sergio más le interesaba saber.
—Diana, ¿Desde cuándo, o más bien. De donde conoces a Nohelia?
Diana aprovechó para despotricar en contra de Nohelia.
—Es una aparecida que de pronto se tomó muchas atribuciones, yo estaba a tu cuidado, y Marisa me apreciaba, y de pronto todo cambió cuando ella apareció.
—Pero ella sola no pudo hacer eso, algo vieron en ella  mis padres para darle privilegios y no a ti.
—Esa mujer me las pagará, ella me hizo quitar mi licencia, me apartó de ti y puso en mi contra a tus padres, y ahora ya no puedo trabajar por su culpa.
—Es la madre de mi hija, y si la tocas , no respondo.
Diana lo miró sorprendida por la respuesta de Sergio.
—¿A sí? Ahora la defiendes después de todo lo que me hizo.
—No quiero hablar más de esa mujer.
—Ni yo, solo deseo terminar lo que esa insulsa interrumpió.
—¿Y que fue eso que Nohelia interrumpió.
—Esto. —Respondió, uniendo sus labios y devorando esa boca que deseaba tanto, Diana  vio cuando se acercaba  Nohelia, enredó sus manos en el cuello de  Sergio
Fue un beso urgido y apasionado, al que Sergio respondió.
Fin Flash Back
—No Sergio, ella no, con ella no.
Se dijo y se marchó de ahí mientras diana la miraba maliciosamente sintiendo satisfacción por el dolor que le causaba a ella.

Un hijo para el CEO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora