CAPITULO 30. DESCUBRIENDO UNA VERDAD.

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Los días pasaban, Sergio seguía bajo el efecto de la droga que le hacían percibir sin que se diera cuenta.
—Cariño, mira este catálogo de vestido de diseñadores, lo pediré para salir esta noche.
—No sé nada de esas cosas Diana, es cosa tuya, vamos necesito salir de este encierro. —respondió Sergio sintiendo malestar por los efectos que cada día Diana le administraba haciendo que lo perciba a través de un objeto, como la revista que había rechazado en ese momento.
Caminó de un lugar a otro, fue al baño y bajo la lluvia artificial se dejó rodar hasta el suelo. A su mente llegaban fragmentos de momentos compartidos.
—Nohelia, Nohelia. —pronunció en un susurro y fue en ese momento que en efecto pasó un poco más.
Sergio salió como impulsado por un resorte de ese baño, buscó su teléfono por todos lados hasta encontrarlo, lo miró y vio cientos de llamadas de sus padres.
—¡Diana! ¿Por qué carajos mi teléfono estaba apagado? —preguntó o más bien gritó furioso.
—¿No se de que me hablas? No se de tu celular. —Sergio la miró, haciendo gesto de negación, fue al vestidor se cambió lo más rápido que pudo y salió como alma que lleva el diablo, sin mirar a ningún lado subió al auto, manejó por dos hora, y ya estaba frente a los portones de la fortaleza Shevchenko.
Siguió, se adentró en los jardines a pasos agigantados, donde estaba Mikhail junto a su padre.
—Señores Shevchenko, que bueno que están aquí, vengo porque me llevaré a mis hijos junto con su madre, me llevaré a mi familia.
Mikhail miró a su padre y luego a Sergio.
—¿Donde has estado metido Sergio? ¿Acaso no tienes comunicación con tu mujer? Ella salió de aquí hace mucho, se fue tras de ti y no volvieron.
—¿Que estás diciendo Mikhail? Ella quedó en.... Ella quedó aquí.
Mikhail caminó de un lugar a otro, no saber de Nikolay y ahora Nohelia, lo frustraba, miró a su padre y nuevamente a Sergio.
—Nikolay se despidió ese día de ella y de todos y desde ese día no sabemos donde está, Nohelia salió después para irse a reunir contigo a una casa de campo, imaginé que estaban juntos.
Sergio quedó en shock, cogió su celular y marcó el número de su madre. Marisa respondió tan rápido era como si estuviera esperando su llamada.
—Madre, ¿dime qué mi mujer y mis hijos están ahí?
—No hijo, no están, y no sabemos donde, se dirigían a la casa de campo para ir a tu encuentro y simplemente desaparecieron. ¿Y donde carajos has estado tu?
—Nadie desaparece sin dejar rastros madre. Luego te explico donde estuve, más bien donde me tuvieron.
—¡Sergio! No se dónde carajos estuviste todo este tiempo, te llamé mil veces y nunca miraste los mensajes.
—Madre, levanta una denuncia en contra de Diana.
—¿Diana? ¿Qué pasa con ella.
—Me mantuvo retenido hasta ahora bajo los efectos de una droga que no me dejaba reaccionar a la realidad. Me encargaré de buscar a Nohelia y a mis hijos.
Sergio colgó la llamada, y se puso en contacto con los detectives que Alexander había puesto tras la desaparición de Nohelia.
—Señores Shevchenko, los detectives no tienen noticias de Nohelia, ¿tienen idea de lo que pasa? —Interrogó Sergio mirando a Mikhail.
-Sergio, tenemos sospecha de quien las tiene.
—¿Quien? Habla Mikhail. —exigió Sergio y Mikhail respondió.
—Nikolay dejó plantada a su prometida en el altar, a Liuba Mancini y desapareció, ahora creo que es Noah Mancini es quien tiene a Nohelia para que aparezca Nikolay.
—¿Que carajos estás diciendo? ¿Qué mi familia está entre mafiosos.?
—Cuida tus palabras muchacho.-aseveró el mayor de los Shevchenko.
—Dame la dirección de ese tal Noah, iré por mi mujer y mis hijos.
—No te involucres que ..—Sergio interrumpió muy molesto a Mikhail.
—¿Que no me involucre? ¿Acaso te estás escuchando? Es mi familia Mikhail, mi mujer y mis hijos están en manos de esos mafiosos por la culpa de Nikolay.
Sergio salió furioso de la fortaleza Shevchenko, tomó su teléfono y llamó a Thresa.
—Prepara unos helicópteros, y unas pancartas con la frase DEVUELVEME A MI FAMILIA, MANCCINI. Y distribuye los por la ciudad entera.
—Enseguida señor. —Trhesa mando a realizar lo que Sergio pidió y dos horas después estaba siendo contactado por los hombres de seguridad de Noah.
—El patrón te quiere ver de frente.
—¡Suelta me! Si decidí contactarlo de ese modo, es por qué no tenía otro modo de hacerlo, lleven me con él.
Subieron a una de las camionetas y vendaron sus ojos.
Sergio estaba quieto, no podía ver nada pero en su mente lo único que tenía fuerza de poder era encontrar a Nohelia y a sus hijos.
No tuvo noción del tiempo, y de pronto sintió las camionetas parar, uno de los guardaespaldas lo ayudó a bajarse y lo encaminó a una cabaña y luego a la habitación.
—Aquí esperas a que el jefe mande por ti.
—Que sea pronto, quiero ver a mi mujer y a mis hijos.
El guardaespaldas salió sin pronunciar palabras y fue a la oficina de Tulio. Tocó la puerta y.
—Adelante. —ordenó y el hombre entró.
—Señor, ya está en una de las cabañas el hombre solicitado.
—Bien, voy a darle la información al jefe y tomar medidas.
Tulio salió de la oficina y fue a la de Noah.
Mientras Sergio se liberaba de Diana, y hacia todo por dar con el paradero de su familia. Nohelia era tratada por los médicos de Mancini.

Los días pasaron y Nohelia estaba totalmente recuperada.
—Mamá, ya quiero salir de aquí, quiero estar con mis niños.
—Ya hija, hoy estaremos todos juntos, el médico te dará el alta.
—Nikolay, ¿Aún no aparece? Ya quiero salir de aquí.
—No hija, no aparece, y temen lo peor.
—Tenemos que escapar de aquí.
—Hija, nos iremos pronto, pero primero recupérate completamente y nos vamos.
El Galeno entró con los resultados de Nohelia y le dio el alta, al ver que ya no presentaba deshidratación.
—Muy bien señora Kartson, está completamente recuperada ya está con el alta, puede regresar con sus niños.
—Muchas gracias doctor, ya quiero ver a mis bebés. Madre vamos ya, por favor.-pidió muy ansiosa Nohelia y Rosellia le ayudó a cambiarse, justo en ese momento fueron interrumpidos por la presencia de Noah. Nohelia lo miró fríamente sin pronunciar palabras.
—Hola Nohelia, ¿Cómo te encuentras?
—No creo que le importe, si usted es el causante de todo esto, nos tiene secuestrada sin motivo y razón, por qué yo no sé dónde está Nikolay, no soy su mujer como para que haga esto.
—Lo siento mucho, de verdad jamás me imaginé que...
—Tranquilo señor Manccini, nosotras comprendemos, al igual que usted, y por eso nos dejará libre ¿Cierto?
Noah miró fijamente a Rosella, y era una mirada de nostalgia.
—Asi es pero me gustaría compensar todo el daño que hice, quiero que sean mis invitadas por unos días.
—No quiero señor Manccini, quiero irme pronto de aquí.
—Hija,...
—¡Mamá! no quiero estar aquí un solo momento más. ¿Qué te pasa? ¿Padeces del síndrome de Estocolmo?
—¡Nohelia! ¿Que cosas dices? el señor Manccini solo...
Rosellia tragó el nudo en su garganta y miró a Noah. Quien cerró los ojos en señal de negación y que no se esfuerce.
—Esta bien, hija, yo solo quería recuperarme un poco más y que, esperemos a Sergio, por qué el señor Manccini envió por el.
Noah se sorprendió por las palabras de Rosellia y le sigue el hilo de su idea.
—Así es, por eso quería que se queden hasta que Sergio llegué, no lo localizan mis hombres aún.
Nohelia sintió un poco de temor ante la situación pero terminó aceptando, Noah salió de la habitación, y tras el lo hizo Rosellia.
—Noah, lo siento, mi hija está nerviosa y....
—Lo sé, y soy responsable de ello, Rosellia, no quiero perderte otra vez, no esta vez que el destino te trajo a mí.
—Noah, nuestro tiempo pasó, ya nada es igual, me casé, o más bien mi padre me obligó a casarme con Artur Kartson, y cuando se...Rosellia quedó en silencio al ver el rumbo de su conversación.
—¿Cuando qué? Rosellia.
—Cuando me casé con Artur su padre falleció, y sus negocios quebraron, Artur y yo nos fuimos a Ecuador, se volvió apostador y las deudas acabaron con él.  —Rosellia desvió la conversa.
—Ahora nada ni nadie, podrá separarnos mi amor, soy un hombre libre y tú lo eres.
—Tengo una hija,...
—Que pudo ser mía, Rosellia, pudo ser nuestra hija.
—Noah, por favor.
Nohelia salió en compañía de una enfermera empujando la silla y fue trasladada a uno de los autos donde sería llevada a la mansión Manccini.
—¿A dónde vamos? Quiero ver a mis hijos. -exigió Nohelia.
—A la mansión Manccini señorita, allá están los bebés esperando.
—¿Que?.. —la sorpresa en el rostro de Nohelia no pasó desapercibido, miró a Rosellia que iba en el asiento delantero.
—Tranquila hija, ya estaremos con nuestros niños.
El auto llegó, y Nohelia fue ayudada a salir del auto y trasladada a la sala df star.
—Madre, esto es una locura, no tenemos nada que hacer aquí.
—Hija, solo unos días mientras Sergio viene por nosotras.
—¿Será seguro madre.?
—Confío en su palabra hija.
Su conversación fue interrumpida por la enfermera y la nana de Arielle.
—¡Mamii! Mamita viniste por nosotros.
—Hija mía, ya estoy aquí, por favor dame a mi pequeño. —pidió a la enfermera.
Nohelia con sus hijos compartieron por mucho rato, hasta que llegó la hora de dormirlos.
Los vio descansar y un pensamiento llegó a su mente.
"Sergio, pronto estaremos juntos, seremos una familia."
Caminó a la terraza y miró los árboles anaranjados y amarillos, el otoño estaba reflejado en el esplendor de sus colores brillantes en las hojas.
Volvió al interior de la habitación y miró a sus niños dormir plácidamente, y decidió salir para ir a la habitación se Rosellia.
Caminó por el pasillo, llegó a la puerta y tomó el pomo de esta, pero las palabras que escuchó de su madre la dejaron petrificada.
—¿Que? ¿Qué estás diciendo madre?.
Se dijo en un susurro, para así mismo.
—Esto es una locura, eso no puedes ser verdad. Yo, yo...
Nohelia quedó en shock al escuchar esa revelación.

Un hijo para el CEO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora