CAPITULO 10. UNA FAMILIA GRANDE

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Ya en la tranquilidad de la noche, Nohelia había acostado a Arielle después de abrir los regalos.
—Mamita, papito, hoy fue un super hiper mega día. —Sergio y Nohelia rieron al escucharla hablar como una chiquilla.
—Lo se mi vida, hoy fue tu cumpleaños y papá estuvo con nosotras .
—Y por el resto de nuestras vidas mi princesa. —respondió Sergio mirando a su hija y luego a Nohelia.
Dejaron a Arielle y salieron de la habitación, Nohelia se disponía a ir a su habitación y fue detenida por Sergio.
—Señora mía, usted y yo tenemos una conversación pendiente. —dijo agarrándola por la cintura.
—Sergio...
—Ahora ven vamos a hablar.
Sergio llevo a Nohelia al jardín, ella sentía caminar en más nubes, ¿Qué le preguntaría Sergio? ¿Será que tenía las respuesta correctas?
Eran las preguntas en su mente.
Llegaron al jardín y se sentaron cerca de la piscina.
—Muy bien, quiero que mi esposa me cuente de nosotros, no recuerdo nada, quiero saber cómo nos conocimos, como es nuestra historia.
Nohelia tragó el nudo formado en su garganta.
"Dios, ayúdame por favor" —pendo sintiendo un gran temor.
—Sergio, yo...yo...yo era tu asistente cuando estabas a cargo de las empresas, deberías ponerte al día y seguir con tu cargo, Alex necesita vacaciones.
—Lo sé, por eso cada día me i formó más de todo lo que sucede y pronto estaré dl frente de las empresas de mi padre, así el descansará. Pero cuéntame de nosotros.
—Nos enamoramos, me pediste matrimonio y nos casamos, después fue lo del tumor y quedaste en coma.
—¿Quedaste embarazada y no estuve ahí para disfrutar de nuestra hija mientras crecía en ti vientre.
—Cada día y cada noche estuve ahí para decirte cómo crecía, ponía tu mano en mi vientre para que sintieras sus movimientos. Siempre estuviste junto a mi Sergio. —respondió Nohelia mirando fijamente a esos ojos que la miraban con una expresión que Nohelia quería descifrar.
—Ahora estoy aquí, en el mundo de los vivos, quiero que retomemos nuestras vidas, y tengamos un matrimonio normal.
Nohelia sentía morir, quería decirle cómo llego a su vida, bajó la mirada y cerró los ojos tan fuertes que deseo desaparecer en ese instante.
"Tierra, tragarme y devuélveme en un lugar lejos de aquí.  ¿ cómo lo miro a los ojos y le miento? "Sus pensamientos eran un caos.
—Sergio, yo..
—¿Dejaste de quererme? si es así, lo entiendo, fue mucho tiempo, no te obligaré.
—No Sergio, nunca, nunca dejé de amarte, te ame cada instante de cada día de mi vida. —se apresuró a decirle mirándolo a los ojos. Y continuó.
—Te amo Sergio, y lo que más deseé fue que despertarás para poder mirarme en tus ojos.
—¿Entonces? ¿Por qué estás lejos de mi? ¿Por qué no estás en mí habitación junto a mi, necesito a mi esposa. —Sergio unió sus labios a lo de ella iniciando un beso tan apasionado, que sentía arder por dentro,  el deseo despertó en ellos, y cada vez era más intenso, mordía suavemente sus labios su lengua, era un beso cargado de deseos, Sergio cargo a Nohelia en los brazos y la llevo a la habitación.
Nohelia sintió nervios esa sería su primera vez, mientras que Sergio creía que sería una entrega más de muchas noches ya vividas.
Llegaron a la habitación, Sergio la dejo subiré la cama, acarició su rostro y dejó besos en ella.
Sergio poco a poco fue despojando la de su ropa miró su cuerpo desnudo mientras ella trataba de cubrirse, él sonrió a ver ese acto de inocencia en ella, era una mujer de veinticinco años y seguía siendo pura, a pesar de tener una hija.
Sergio besó cada centímetro de su piel, dejó besos y mordidas suaves desde la punta de los pies hasta que llegó a su entrepierna, besó y se abrió paso con su lengua, en esa entrada húmeda y palpitante, jugó en ella mientras Nohelia apretaba las sábanas con sus manos, mientras Sergio se adentraba con su lengua, su pulgar hacia otro trabajo en ese punto que había estremecer del placer que descubría Nohelia en ese momento.
—¡Aaah! Sergio. —susurraba ente gemidos. Nohelia sentía tensar su cuerpo, su vientre se contrajo y sus piernas tensarse, estaba experimentando su primer orgasmo recorrer su cuerpo y termino corriendo se sobre él.
Sergio subió por su vientre dejando un camino de besos húmedos y llegó a sus pechos, succionó mordió y besó cada uno de ellos, Nohelia arqueaba su espalda quedando expuesta a él, aún sintiendo los espasmos de su fuerte clímax.  Sergio subió a su cuello y llegó a esa boca abierta y jadeante, unieron sus labios, probando se,  en los labios de él, mientras Sergio apretaba y masajear sus pechos, después bajó su mano a su entre pierna y jugó con su clítoris, los movimientos sugerentes de ella lo invitaron a posicionarse entre sus piernas se apuntó en su entrada y de una sola estocada estuvo dentro, arrastrando esa barrera que creyó no existía ya en ella.
—¡Aaagh! Un gemido fuerte salió de la garganta de Nohelia, Sergio al darse cuenta de lo que sucedió, se quedó quieto y la miró fijamente a los ojos, beso sus labios y le comentó algo confuso.
—No entiendo, tenemos una hija.
Nohelia cayó sus palabras con un beso y empezó a moverse, Sergio muy despacio siguió su ritmo hasta que sus embestidas fueron más aceleradas, fuertes y profundas.
Se devoraban con sus besos, mientras él se adentraba cada vez más en ella, Sergio mordía sus pezones, y luego volvía a su boca.
—¡Aah! Sergio, te amo, te amo. —declaró su amor en esa entrega que no solo entregó su cuerpo, Nohelia entregó su corazón y su alma al hombre que amaba con todos sus fuerzas.
—Te amo mi mujer hermosa, te amo tanto Nohelia.
Siguieron con sus movimientos sincronizados y juntos llegaron al clímax.
—¡Aaah! —sus gemidos llenaron la habitación, él se dejó caer sobre su cuerpo y ella lo abrazó, acarició sus cabellos, mientras el escuchaba los latidos acelerados de su corazón, sus pechos subían y bajaban, y el sudor perlado en su frente era la prueba de lo intenso que fue su entrega. Siguieron amándose y entregándose como si no hubiera un mañana. El amanecer les llegó y los sorprendió abrazados y agotados por esa noche tan apasionado que vieron.
Sergio abrió los ojos y la vio dormir en sus brazos, delineó su rostro y una sonrisa se dibujó en ella.
—Buenos días mi princesa durmiente.
Dijo dejando un beso en sus labios, pero de su mente no salía el recuerdo de lo que había vivido en el momento de penetrarla. Se acomodo para poder mirarla mejor, y ella trato de esquivar la mirada de él.
—Eres mi esposa mi amor, ¿por qué me tienes vergüenza? Quiero que me digas por qué no me advertirte que...
—Sergio perdóname por no haberte dicho, yo...
—Tenemos una hija,  no comprendo.
Nohelia sentía temor de las respuestas que Sergio pedía. Se armó de valor se sentó y lo miró de frente.
—por tu problema tuvieron que hacerte muchas radioterapia, y eso dificultó la posibilidad de tener hijos de manera natural, por eso tú esperma está en el banco y decidimos que sería así.
—Comprendo. —Sergio entendió y no hizo más preguntas, solo acarició su rostro y dio besos en sus labios.
—Amor vamos, tenemos que llevar a nuestra hija a la escuela. —Nohelia y Sergio fueron al baño donde nuevamente le dieron rienda suelta a su pasión.
Lalita subió a la habitación de Arielle, fue a la habitación de Nohelia y vio que no pasó la noche en ella, miró la habitación de Sergio y sonrió.
"Que mi niño sea feliz está vez con su esposa," pensó y digo con Arielle ya lista para ir al colegio.
—Tengo de despedirme de mami y papi. —Dijo la pequeña con su voz engreída.
—Mami y papi están aún dormidos, no podemos despertarlos. ¿Verdad?
—No, dejemos que pidan a mi hermanito. —Suelta de una y Lalita se quedó petrificada al escuchar esas cosa en Arielle.
—¡Pero que cosas estás diciendo niña! ¿ Cómo es que sabes eso?
—La profesora nos dijo que papi y mami juntos encargan a un hermanito. Lalita cerró los ojos y suspiró profundamente.
—¡Esta educación de hoy en día! —Reprochó y siguieron.
Sergio y Nohelia bajaron y listos para ir al ala Norte donde estaba sus padre. Se despidieron de Arielle que Lalita se ofreció a llevarla a la escuela.
—Que bella mi princesa, te pitas bien.
—Yo siempre lo hago mami.
—Nosotros iremos por ti muñequita.
—Está bien papi. —Dio besos a los dos y siguió hasta que una idea le vino a la mente. Se gira y suelta la pregunta que hizo atragantar a su madre.
—¿Y para cuando pidieron a mi hermanito?—dice y Nohelia abrió los ojos como platos.
— ¿Qué estás diciendo Arielle? ¿Qué preguntas son esas.?
—Yo solo quiero saber cuándo llega mi hermano.
Sergio soltó la carcajada se puso a su altura  y abrazo a su pequeña.
—¿Quieres un hermano?
—Mmjj. Muchos para jugar con ellos.
Sergio miró a Nohelia y respondió din quitar su mirada de ella.
—Quizás muy pronto venga otro hermanito en camino.
—Yuliiiiii, tendré muchos hermanitos.
Grito muy eufórica y feliz. —Se despidieron y se fueron 
Ellos vieron ir a su pequeña en compañía de Lalita se miraron y rieron.
—Esta hija mía es cosa sería. —expresó Nohelia entre risa mientras su rostro ardía por lo roja que estaba.
—A mí no me desagrada la idea de tener otro hijo contigo mi amor, deseo muchos hijos, una familia grande, siempre desea tener hermanos y no quiero que mi hija pase por lo mismo.
Nohelia se abrazó a Sergio, estaba sintiendo un poco de tranquilidad.

Un hijo para el CEO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora