chapter ten.

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25 de julio, 2022.

real life, messages, social media.
capítulo diez — los 23 de emi.

Emilia se despertó gracias a su gatita, quien se paró en su pecho.

— Koko, no mames, son las 10 — se quejó viendo el reloj. — Mierda, hoy cumplo 23. Estoy bien pinche vieja.

Se levantó de su cama restregándose los ojos para darle comida a Kokone.

— Supongo que hoy no prendo — dijo viendo su teléfono.

Tenía muchísimos saludos de parte de sus seguidores, pero ninguno de parte de sus amigos. Ni siquiera de Iván. Quizás estaba lleno de cosas, no creía que se le iba a olvidar su cumpleaños... ¿O si?

— El tio Spreen es un pendejo, eso es lo que pasa — le comentó divertida a Kokone, mientras rodaba los ojos. — Supongo que hoy solo somos tú y yo, mi vida.

La felina solo se acarició de la pierna de la castaña mientras maullaba. De la ternura, Emilia la agarró con una enorme sonrisa y la llevó a su cama.

— Vamos a ser solo tú y yo, Kokone. ¿Qué quieres hacer hoy? — la gatita se recostó a un lado de Emilia, para ponerse de espaldas y restregarse en las sábanas. — Bueno, podemos dormir.

El timbre sonó a las 2 de la tarde, despertándolas.

— ¿Quién puede ser a estas horas? No mames — se quejó, mientras se restregaba los ojos y se dirigía a la puerta.

Al abrirla, una Ama feliz, con un ramo de rosas en una mano y unas bolsas en la otra se mostró ante ella.

— Feliz cumpleaños — sonrió la mayor.

— No mames, Ama, Koko y yo estábamos teniendo una sesión de sueño — la regañó, dejándola pasar y cerrando su puerta por detrás de ella.

— Es tu cumpleaños, no puedes quedarte acostada — le dijo la castaña, dejando las bolsas y el ramo en la isla de la cocina. — Te traje sushi para que almorcemos.

— ¿Cómo sabes que no he almorzado? — cuestionó la menor, con los ojos entrecerrados.

— Porque te llamé mil veces y te dejé mil mensajes, era obvio que estabas durmiendo. ¿Crees que no te conozco lo suficiente como para saber tu talento para quedarte dormida en 3 segundos? — cuestionó una Ama bastante obvia.

— ¿Qué sushi trajiste? — cuestionó nuevamente Emilia, aún con los ojos entrecerrados.

— Traje de la tienda de la esquina, la que te gusta. Con la salsa agridulce — respondió Amairani, sacando las cajitas de plástico de la bolsa.

— Te amo, mamá — agradeció la menor, abrazándola por la espalda.

Se sentaron en la isla, para empezar a comer.

— ¿Cómo está mi papá? — preguntó Emi, con un sushi en la boca.

— Está bien, hoy tenía cosas que hacer, por eso vine yo sola — le sonrió la mayor. — ¿Qué haz hecho hoy?

— Solo he dormido con Koko. Es lo único que he hecho en este dia de mierda. Sabes que no me gusta pasar mi cumpleaños sola — agregó la castaña.

— Entiendo. Bueno, luego de comer te vas a duchar y vestir y vamos a ir a comprar unas cositas.

— ¿Cositas? — preguntó Emi, con el ceño fruncido.

— Si, quiero que tu vayas a elegir tu regalo y yo lo voy a comprar — comentó Ama.

— Bueno, si tu quieres — dijo la menor, alzando los hombros.

𝗔𝗟𝗚𝗢 𝗖𝗢𝗡𝗧𝗜𝗚𝗢;     rivers ggDonde viven las historias. Descúbrelo ahora