2- Pau: ¿Un amigo con derechos?

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Todo comenzó de maravilla. En cuanto llegamos nos instalamos en la casa de mi hermana mientras me acomodaba en el trabajo, Anto se conocía con su niñera y buscábamos un nuevo hogar para nosotras. Pero a medida que los días fueron pasando todo se fue volviendo pesado, cansador, ni siquiera el hecho de poder despertar escuchando los pajaritos e ir cada tarde a disfrutar de unos mates al lago ayuda al desequilibrio mental que estoy empezando a sufrir, y eso que solo pasaron ¡seis meses!.

Las últimas semanas estuvieron llenas de gritos y reclamos, al igual que de risas y música, dos de mis cables a tierra. Por fin encontramos un lugar para vivir, un monoambiente que nos acoge con muchas ilusiones, un espacio nuestro , un hogar donde crear sueños, pero el cual todavía estamos terminando de reparar. Anto hizo un montón de amigos, si bien ella es media tímida cuando conoce a alguien, conectar con la gente nunca fue problema, ama hablar y es tan risueña que para mí es raro verla enojada tan seguido.

--¡Amiga!¿Cómo va todo por allá? --atendí la videollamada de Celes.

--Acá vamos --respondí lanzando un suspiro que me hiciera sacar fuerzas para expresar toda la frustración que siento--. Anto esta terrible.

--¿Pero por qué? --<<Por dónde empezar>> pensé, odio quejarme y mucho más sentir que lo hago.

--Pareciera que nada le viene bien --no sé muy bien cómo explicarme--. Está muy irritable, no me quiere hablar.

--Pero es normal amiga --continuó con esa calma y psicología que la representa, sobre todo si se trata de niños, los cuales ama aunque no tenga ni uno--. Fueron muchos cambios en estos meses.

--Tenes razón. Además no sólo fue la mudanza desde Buenos Aires, sino todos los que llevábamos desde entonces.

--Si, ¿y hace cuanto no ve a Marco?

--Dos meses --<<¡Mierda! dos meses>> caí en la cuenta del tiempo en que estuvimos casi todo el día juntas sin respiro.

--Es lógico amiga.

--¡Claro que lo es!, no sólo ella está cansada y seguramente extraña, sino que yo también llevo tiempo sin espacio para mí.

--¿Vos cómo estás?¿algún chisme nuevo?

Para Celes "chisme" es sinónimo de ¿conociste a alguien?. Y en estos momentos mi enfoque está volver a trabajar, darle estabilidad y felicidad a mi hija, en hacer que esto funcione.

--Con qué tiempo jaja --hice una mueca de locura para enfatizar mi intención--. Naaaa, por ahora prefiero que no aparezca nadie, además ¿cómo crees que voy a hacer? ¡¿dónde voy a conocer a alguien?!

--Vos y tus excusas --Celes sigue convencida de que hasta ahora no conoci a nadie porque no quiero, porque soy yo la que pongo trabas para no dejarme "ver"--. ¿No esta tu hermana?.

--Si, pero ya tiene a los gemelos.

--Entonces te vas a quedar soltera hasta que Anto tenga ¿qué? ¿dieciocho?, por si las dudas la tengas que ir a buscar al boliche --vi su cara de "estas demente" y no pude evitar comenzar a reír.

<<¡Cómo la extraño!>>. La distancia y videollamadas hacen que todo sea simple, pero aún así no es lo mismo. Somos amigas desde muy chicas, el sarcasmo y sinceridad es parte de lo que nos hace tan amigas a pesar de los años, y ni la pandemia nos ha detenido para no juntarnos, era una de las ventajas de vivir a pocas cuadras en Buenos Aires.

--¡No exagerada! --me seguí riendo sin parar.

--¡Dale!¿me vas a decir que no hay ningún papacito por ahí? --la escuche de fondo reír con un tono de cachondeo mientras hacía unos mates--. ¡Un pendejo que te saque la amargura! -grito mientras se reía a carcajadas, menos mal que Anto se fue de una amiguita.

¿Y si NOS VOLVEMOS a ENCONTRAR?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora