<<¡Está de novio!>>, repite una y otra vez mi cabecita al tiempo que mi cuerpo parece no entenderlo, porque simplemente al cruzarse a lo lejos con sus ojos cielo miles de emociones contradictorias lo abruman de punta a punta.
No puede ser ¿por qué no me contó nada? ¿no somos amigos? Quizás no, quizás estaba tan equivocada. <<No puede ser que siga siendo tan ingenua a esta edad>>. Aunque me duela en el alma perder esas noches de largas conversaciones, es hora de reconocer que lo quiero cerca pero es más bien a mil kilómetros dónde debo tenerlo. <<Esta Fijación se salió de control, no puedo quedarme por él>>.
Odio que me roce, que me toque.
Odio esa especie de inexplicable estremecimiento intenso que me sacude, que se apodera de mí cada vez que lo tengo demasiado cerca.
Odio el modo vehemente y... desconcertante de su mirada sobre la mía, lo indefensa que me siento frente a él con ese simple gesto.
Y sobre todo, odio que no puedo hacer absolutamente nada para cambiarlo, nada más que mantenerme a distancia, por lo menos hasta que las hormonas dejen de revolucionarse como adolecente de quince años.No puedo creer como un fin de semana que arrancó con todas las expectativas de ser expectacular pudo convertirse en uno de los más molestos e inquietantes de los últimos tiempos. El cumpleaños de los mellis fue una real tortura. Me mantuve totalmente alejada, amar jugar con los peques y que no hubiera animadora me sirvió de excusa perfecta para alejarme del mundo adulto. Necesitaba estar a kilómetros antes de que la furia se me saliera sin filtro, aunque mi terca mirada no podía dejar de posarse dónde estaba Patricia pegada a Fede, riendo y congeniando con todos como si los conociera desde siempre, <<que bronca por dios>>.
Me enloquece estas incesantes ganas de tirarle algo por la cabeza que surgieron desde que lo vi llegar al cumpleaños de la mano de ella y que hasta ahora, dos de la madrugada, no me dejan de recorrer generando una desquiciante avalancha de pensamientos y preguntas. <<¿Qué voy a hacer? ¿Cómo hago para mantenerme alejada?>> Hoy pude evitarlo, saludarlo a lo lejos con un simple gesto de cabeza, esquivar las balas porque todos estaban centrados en la nueva sorpresa. Sin embargo, mantener esta postura fría y distante en el día a día no creo que pueda ser posible, <<¡Yet! detesto esto, odio tener que mostrarme de esta manera>>.
Quiero arrojar algo contra una pared para sacarme este enojo que tengo por ser tan tonta, por permitir que alguien más tome control de mis sentimientos, por haber confiado en alguien que otra vez no es transparente conmigo. <<¿Cómo dejé que pasará? ¿Cómo hago para seguir siendo yo y mantener la distancia trabajando juntos? ¿Cómo controlo las ganas que tengo de cantarle un par de verdades en su hipocrita y sexi cara?>>. Me aturde tener tantas preguntas y ninguna respuesta ni decisión. Y para colmo de todos los colmos, de la nada, comienza a sonar esta estúpida canción de Lasso, quién me manda a mí a conectar las alarmas con mi lista de música de Spotify.
Nadie te quiere como lo hago yo
Nadie te entiende cómo lo hago yo
No juegues conmigo, no somos amigos
Los amigos no se besan en la boca
Me tiene descifrando si sí o sí no
Hoy es hola y mañana adiós
Te conozco, ya puedo ver
Todo mundo quiere tener
No vengas a marearme
Diciendo ser mi amigo
Cuando te contradices
Si es lo que yo digo: "tengo que madurar, dejar de soñar con las señales y el amor de una buena vez por todas".
Al despertar conmigo, conmigo
Si tú no quieres nada
¿Por qué siempre me llamas?
Las ganas que me tienes se te notan
Me cuentas tu despecho
El daño que te han hecho
Y luego te desvistes y me toca
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¿Y si NOS VOLVEMOS a ENCONTRAR?
RomansaA veces el amor no es suficiente para tanta intensidad. A veces la conexión es tan profunda, que no sabes qué hacer con ella. A veces dejar ir ese amor que no nos hace bien, es el camino, porque ya esta doliendo. Porque a veces las heridas ahogan, a...