35- Ellos, Universo Paralelo

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Haberla tenido entre sus brazos, tan frágil, vulnerable y a la vez tan pasional, tan... fuego es como un volcán a punto de hacer erupción. Recordar su mirada perdiéndose con la suya lo enloquecía al punto de buscar reemplazar esos pensamientos de cualquier manera posible. El terrible odio a esa extraña sensación que se apodera de él cada vez que estaba cerca, que la piel se roza con la de ella era algo que comenzaba a extrañar, la necesitaba y no iba a permitir que le volviera a suceder.

Paula lo había cegado por completo, a tal punto que había decidido romper sus propias reglas, de hecho las pocas que tenía. Y como si no fuera suficiente no había servido de nada, porque ella ya no estaba en sus días y odiaba encontrarse tratando de hallar con lógica el momento exacto en dónde cambió todo.

Odiaba sentir que la piel se le erizaba cuando a su mente lo traicionaba trayendo la imagen de Paula con las mejillas sonrojadas, las perlas de sudor en su cuerpo, el desafío y miedo instalados en su mirada. Odiaba recordar que en algún momento su poca razón se vio nublada al punto de pensar en pedirle que, aún sabiendo que en dos días se iba, se quedara, que fueran amigos con derechos a distancia o simplemente amigos. Le enfurecía saber que se le había pasado por la cabeza todas aquellas cursilerías sabiendo que ella no quería eso. Hasta ahora no sabía ni siquiera porque accedió, porque se dejó llevar, ella que lo piensa todo, qué le da mil vueltas, que ama las aventuras, las nuevas experiencias pero no acompañas de la impulsividad, y encontrarse preguntándose aquellas cosas lo enojaba. Sin embargo, no podía evitar sentir que quería más, que necesitaba mucho más de ella. Había algo dentro de Federico que de sólo repasar su suave piel, sus ojos, su tacto, incluso esa mirada de vulnerabilidad y deseo a la vez lo llenaban de una adrenalina excitante, peligrosa y desafiante sin tenerla ni siquiera cerca.

Aquella mañana no dejaba de darle vueltas, aunque se resistiera, no era posible. Quizás porque lo que todavía Fede no aprendió es que "lo que resistes persiste" y que huir no significa dejar de sentir. Volvía una y otra vez al momento en que intentaba despejar su mente que se llenaba, sin sentido, de incertidumbres y la vio salir del baño con uno de esos rodetes que se hacía sin mirarse al espejo, que le dejaban el cabello de la nuca suelto al aire y que le daban un aire tan juvenil y relajado que sé veía más bella que nunca. Para él Paula no era de las mujeres más llamativas, exuberantes o coquetas que había conocido. Sin embargo, para él su belleza tenía un no sé qué inexplicable que lo hipnotizaba, sobre todo, cuando estaba peinadamente despeinada y eso, hoy, al recordarlo lo sacaba de quicio.

Con el paso de los días Federico dejó atrás todo recuerdo de Paula. Volvió a encontrarse en las noches de la ciudad de Carlos Paz, unas que estaban en plena temporada de verano, llena de turistas que buscaban divertirse, pasarla bien sin ningún tipo de ataduras. Era el momento perfecto para dejar que la verdadera pasión por el placer se adueñara de él. Aprovechó las pocas responsabilidades que tenía para decir que sí a todos los planes que le proponían. Incluso no solía tomarse vacaciones en esa época del año, pero no dudo en irse a Cancún con varios de sus amigos cuando la idea surgió de la nada en un asado improvisado. Fue de los viajes más deslumbrantes y descontrolados que hizo, no sólo realizaron todas las excursiones posibles en el mar, como nadar con delfines o tiburones, sino que las noches y mujeres de aquella ciudad le dieron un plus que le devolvieron la adrenalina relajada que tanto amaba. Es verdad que por momentos se le fue la mano con el alcohol, al punto de olvidar partes de las noches, porque estaba negado a dejar que la imagen de ella penetrará en aquellas fascinantes vacaciones, que se colará en su mente cuando lo estaba disfrutando tanto entre los chupitos, las risas, sus amigos y esas hermosas damas caribeñas.

En Food's los pedidos habían comenzado a bajar como consecuencia del fin de la temporada. Esa que marcaba que el otoño se asomaba y con la caída de los árboles el frío hacía que la gente consumiera menos productos congelados y lácteos que en los meses que iban de diciembre a febrero. Además algunos restaurantes y hoteles de la zona reducían sus stocks debido a la baja demanda de clientes. <<Tenemos que armar un plan para ponerlo en ejecución a partir de enero, porque cuando termine la temporada las bajas de pedidos se van a notar, y no sólo en Carlos Paz>>, fueron las palabras de Paula un mes antes de marcharse de la empresa, tratando de hacerle entender que no se trataba solamente de un plan en las redes sociales sino que él tenía que involucrarse más con los vendedores y hacer que se sintieran parte, que ellos mismos buscarán maneras de irse anticipando con sus Cliente. Se removió molesto en el sillón del estudio sin poder dejar de rascarse desesperado la nuca con las uñas cuando el recuerdo no dejó de resonar, pero sobre todo porque después de varios meses ella volvía a meterse en su cabeza al igual que esa canción de moda que ahora sonaba de fondo en la radio, y a la cual quería estamparle una raqueta para que se callará.

¿Y si NOS VOLVEMOS a ENCONTRAR?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora