41- Pau, Despacito, como adolescentes

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<<Las mejores historias son las que no se planean>>, me dijo entre risas Celes con Luis Fonzi de fondo en nuestro viaje de vuelta. Semanas atrás había odiado tener que ceder ante mi amiga, es que no podía negarme ante la curiosidad y felicidad que emanaba sus ojos al hablar de Lucas. Y ahora no quería pensar en tener que estar lejos de este hombre. De tan sólo pensar en él sentía el fuego encenderse y una tonta sonrisa abriéndose paso.

Todo había sido demasiado perfecto, tanto que diría que al detenerse puede asustar, porque en definitiva ¿a quién le gusta sufrir?.

Todos queremos vivir felices y evitar esas emociones que pueden apañar el momento. El último año sentirme plena y contenta era parte de mi día a día, sentía que no necesitaba nada más, pero ahora, después de probarlo en mis tardes, noches y madrugadas: ¿cómo llevaría mi cuerpo la abstinencia?. Sabía que planear no es exactamente lo mio, no por lo menos en lo que ha mi vida personal respecta, ¿quedan dudas? todo lo maravilloso de ella había llegado disfrutando del presente, sin pasado ni futuro, y quizás ese era el destino de nuestros caminos que por casualidad se volvieron a encontrar.

En Buenos Aires tengo todo lo que quiero. No existe en mi ni un apéndice de dudas respecto a eso: una carrera en alza haciendo algo que me apasiona y que me lleva por una dinámica cambiante que no para a cada paso que doy, que me permite viajar y conocer nuevos mundos, además de estar cerca de mis amigos, de la gente que amo y sobre todo de Anto. Porque soy totalmente consciente de que quizás todo el resto lo podría construir en cualquier ciudad, pero cuando se es madre no siempre se trata de nosotros, sino también de decidir en función de sus deseos. En este caso sabía de sobra que mi pequeño pony amaba vivir en la Gran Ciudad, ella si estaba en su salsa y si algo tenía claro tras estas vacaciones separadas es que quería ser parte de su cotidianidad tanto como quería mi individualidad.

Entonces, <<¿Podía ser Fede parte de mi mundo? ¿Podían encajar ambas fichas? ¿Podríamos mantener el aquí y ahora de ser amigos con beneficios sin involucrarse? ¿Podríamos mantener ese trato planteado sin límites concretos, dejándonos llevar? ¿Seríamos capaces de no caer en el recuerdo de un espectacular verano?>>

Esto hay que tomarlo sin ningún apuro
🎶 Despacito
Quiero respirar tu cuerpo despacito
Deja que te diga cosas al oído 🎶
Para que te acuerdes si no estas conmigo

<<Esto hay que tomarlo sin ningún apuro>> se me quedó tan profundo grabado que fue durante semanas mi mantra cada vez que Fede me escribía, me llamaba, me provocaba a la distancia con sus memes, sus ocurrencias, sus arranques, sus dilemas, sus desafíos. Porque si hay algo que tenía tan claro como el agua de grifo es que las preguntas sobre Fede no tenían respuestas y no quería tenerlas en mi vida, no tenía espacio para esos auto planteos y análisis.

Fue mi sabio mantra hasta que un sábado por la mañana, de la nada, apareció en mi departamento llevándolo todo por delante y marcando lo que serían de ahí en adelante fin de semanas de pura pasión, adrenalina, sorpresas, adrenalina y dos adultos jugando a ser adolescentes, dejándose llevar solo por los impulsos. Como aquel primer fin de semana que terminamos como niños riendo y disfrutando del Parque de la Costa sin que nada más que nosotros importara. Comenzando a englobarnos en una burbuja que sólo nos pertenecía a nosotros. Una dónde quedaban resguardados del pasado y el futuro nuestros besos, caricias, fantasías, ilusiones, miedos, risas, locuras y mucho más de lo que en ese momento no pudimos ver.

Escuche el sonido de las notificaciones de Tinder. Entonces caí en la cuenta que hacía mucho más de seis meses que no la usaba, <<seguro que son ellos recordandolo>>, pensé entre mí riendo. Tomé el celular para cerrarla porque después de todo en estos momentos era espacio desperdiciado en el almacenamiento y vaya sorpresa me lleve. <<Notificación. Fede. Tinder>>. Una amplia sonrisa se dibujó en mi cara con mi cuerpo exaltado por la curiosidad y adrenalina de ver su nombre de nuevo en la app.

¿Y si NOS VOLVEMOS a ENCONTRAR?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora