La lealtad de la amistad--- Sábado 9/10.
Entre risas, peleas, discusiones, películas y helado terminamos acostándonos cerca de las cinco de mañana. Armando qué podíamos hacer el fin de semana, como podíamos ir alternando los planes que yo tenía previstos con mis amigos, y claro a los que se puede sumar aunque no sé si le haya copado mucho o... <<si a mi me copa mucho>>. ¿Has sentido que estas inquieta por algo y no sabes por qué? Bueno, eso es lo que me pasa cuando pienso en juntar a mis alocados amigos con Fede. Quizás sea que tengo la sensación de qué son totalmente diferentes, quizás veo a mis dos mundos demasiado distintos o qué me de miedo que no encaje, que su lado gruñón e impulsivo choque con el resto, <<¡estás loca!>>, me reprendo mientras me visto y salgo al comedor.
- Buenas -una sonrisa, <<muy sexy>> me deslumbra mientras me tiende mi mate <<ya preparado>>- ¿Medialunas?
- Creí que no desayunabas con medialunas -dije burlona- ¿A qué hora te levantaste?
- Tengo excepciones, ¡pero no te ilusiones! -algo en su mirada me inquieto- No soy de dormir mucho -río desplomándose sobre el sillón, quizás ante mi cara de sorpresa, es que de verdad lo estoy- Lo que llevas puesto ¿es por qué te olvidaste de traer ropa? ¿o tenes miedo que rompa nuestro pacto de amistad? -una sonrisa ladeada se apodera de su rostro.
- ¿Qué? -mire lo que llevo puesto- ¡Tengo frío! Además la comodidad va primero.
- En mis brazos podrías estar bastante cómoda sin esos amplios joggings y ese buzo polar -su voz traviesa y descarada se coló por mi cuerpo en un recorrido electrizante sin sentido, <<¡Yet!>>.
- Busquemos chicas en Tinder para que esta noche están en tus brazos -chasquee la boca de costado.
- Naaa, anoche me dijiste que me ibas a presentar amigas.
- ¡Estás demente! -exclamé con mueca de locura- Jamás diría eso.
- ¿Estás celosa? -murmuró por detrás de mi oreja, llenando mi espacio personal con su perfume, así que sin pensar le estampe un almohadón en la cara buscando escapar de una situación que me provoca un cosquilleo molesto en todo el cuerpo.
- ¡Eh!, lo prometiste -me devolvió sin dudarlo un almohadonazo.
- Dije, en medio de un debate por cómo es la gente que usa Tinder -lo mire de reojo ocultando una sonrisa- y después de qué quisieras ver mi app -puso cara de puchero, seguramente recordando mi negativa- que cuando fuéramos a tomar unas cervezas te podría ayudar a elegir bien.
-Siempre elijo bien.
- Eso mismo dijiste anoche latin lover.
- Aunque podría... -su cálido aliento a café hizo cosquillas en mi cuello- elegir mejor si me dieras una cita -gire sin calcular la distancia, quedando a centímetros de su boca- como amigos, obvio.
- ¿Con tu intensidad? -me levanté a buscar el celular que estaba cargando en la cocina- ¡Pasó!
- Pero si es lo que más te atrae de mi, Bonita -escuche que grito irónico y travieso en medio de una risa- Mi fuego, mi pasión, mi impulsividad -una sonrisa de costado con ojitos juguetones me miraron relajados desde la ventana del balcón.
- ¡Ojo! -grite con seriedad y brusquedad- Que si tu ego se infla demasiado puede que se explote con un simple vientito -una risotada explotó en mi boca al ver su cara- son duras las caídas.
- Así que las caídas son duras -afirmó sarcástico tomando mi cintura para tirarme al piso y luego comenzar a hacerme cosquillas.
- ¡Basta, basta! -gite entre risas pataleando como una niña, <<odio las cosquillas>>- ¡Me hago pis!
ESTÁS LEYENDO
¿Y si NOS VOLVEMOS a ENCONTRAR?
RomanceA veces el amor no es suficiente para tanta intensidad. A veces la conexión es tan profunda, que no sabes qué hacer con ella. A veces dejar ir ese amor que no nos hace bien, es el camino, porque ya esta doliendo. Porque a veces las heridas ahogan, a...