1.

2.4K 246 98
                                    

Después de casi un mes por fin estaba aterrizando en casa, extrañaba mucho Philadelphia, aunque no había elegido el mejor día para visitar a mi familia, hoy jugaban las Águilas, lo que significaba que papá estaría al borde de un infarto constantemente, mi hermana y su novio le gritarían al televisor como locos, el humor de mi novio también podría verse afectado y yo tenía que buscar una serie en mi tablet porque si hacía una pregunta sobre el juego respondían con la peor.

—Llegó mi princesa hermosa —dijo papá abriendo los brazos emocionado, estaba con la camiseta de su equipo— ¿cómo estás Santiago? ¿Y tu camiseta?

—La tengo en la maleta —respondió él con una sonrisa y entró— todo bien Leito? Hola Cande —abrazó a mi hermana que también estaba equipada

—Hola Santi —dijo mi hermana— bienvenida a casa amor de mi vida —me abrazó y llenó de besos— te extrañaba mucho —exagerada, habíamos estado hace una semana juntas en Nueva York— Andrés está haciendo el asado y faltan treinta minutos para que comience el partido ¿Había mucho tráfico?

—Más o menos —dijo Santi— pero más cercano al estadio —agregó mirando al televisor con atención— ¿Ya está la formación?

—No juega Lanzani —entró Andrés con un cuchillo en la mano

—Es un hijo de puta mal nacido —decía papá gritándole al televisor— como no vas a poner el mejor jugador de tus últimos partidos, nos puso en el lugar que estamos ahora y prefiere poner a este que viene roto, si perdemos este partido se tiene que ir a la mierda —Santiago tenía las manos en la cabeza, no creía la noticia.

—Pero como no va a jugar Lanzani, es una locura —decía enojado— no se entiende, ¿cuál es el plan? Va a regalar minutos con el roto ese.

—Hola mi amor —dijo mamá salvándome, no entendía nada de lo que estaban hablando, me abrazó y llenó de besos— Yo pensé que ya no ibas a venir, como me dijiste que llegabas temprano

—Sí, es que me atrasé como siempre. Santi casi me mata porque decía que se iba a perder el partido y habían quedado de verlo juntos con papá, ¿cómo has estado, Todo bien? ¿Te ayudo con las ensaladas?

—No, ya tenemos todo listo con tu hermana, no te preocupes. Hoy vienes de princesa mientras nos escuchas gritarle a la televisión —Santi se fue por el pasillo y regresó con la camiseta del equipo, oficialmente yo era la única de la casa que no la tenía

—Como personaje importante de esta ciudad, lo mínimo que deberías tener es la camiseta de las Águilas —dijo Cande de brazos cruzados mientras me miraba con una sonrisa— En tu próxima gira vas a tocar en el estadio y no tienes ni la menor idea de quienes son —solté una carcajada— muestra un poco de respeto —me dio su camiseta

—¿Vamos a ganar? —pregunté

—Tenemos que ganar, si ganamos vamos al Superbowl —dijo papá emocionado

—¿Y van a eso? —pregunté mirando mi celular

—No, estas entradas son imposibles de pagar —dijo Cande— bueno, si tu fueses buena hermana nos podrías comprar a todos, porque tienes una gran fortuna, para nosotros los mortales, es imposible de pagar.

—Bueno si llegan a la final yo invito —dije sonriendo

—No son tan fáciles de conseguir mi amor —dijo Santi, siempre era el negativo del grupo

—Pero Lali tiene un montón de contactos Santiago, cierra la boca —dijo mi hermana molesta, los relatores estaban anunciando que los equipos entraban a la cancha, yo me senté a comer la carne que Andrés estaba poniendo en la mesa, todos fueron directo el sillón a gritar, mientras tanto yo saqué mi tablet y me puse a responder correos— Pobrecito loco —dijo mi hermana, miré la televisión y estaban mostrando a un chico en la banca, guapísimo. Tenía corte de príncipe, con un mechón que le caía por la frente, le hicieron un primer plano estaba tallado a mano.

Un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora