56.

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Me estaba moviendo entre Nueva York y Philly, Peter seguía trabajando en su recuperación a full, ya podía caminar, no del todo bien porque claramente era muy pronto para que eso pasara, pero se estaba esforzando mucho, a mí me daba mucha risa y ternura verlo tan denso con la situación.

—Ya te salió la panza con todo, cada semana que pasa es un cambio grande —dijo Eugenia mirándome con atención, yo estaba tirada en el piso después de alto ensayo, nos estábamos acercando al ensayo general, Lauti me estaba grabando y yo quería sacarlo, no lo soportaba más con la cámara encima todo el día

—Sí, ya me salió full —dije con una sonrisa mirándome— Me debe estar odiando, seguro que piensa ¿No me podía tocar una madre más tranquila? —me toqué la panza— Perdóname mi amor, después de esto te juro que no te jodo mas

—Vas a tener un bebé géminis o cáncer ¿Estás lista para eso? —preguntó Eugenia

—No lo había pensado, solo quiero que esté sanito y que no tenga el carácter de ninguno de los dos, espero que se parezca a Claudia que es un sol o a mi madre, tampoco a mi padre porque es demasiado intenso —dije con una sonrisa y suspiré— Peter está en la ciudad, viene a ver a un médico que tiene una máquina especial para poner el pie, no hay forma de detener a ese hombre, ha pasado por todas las torturas que te puedas imaginas y dice que piensa que llega al partido, cuando no hay manera que pueda jugar —dije mirando mi celular— Yo ya me rendí, le digo que si y lo apoyo en todo lo que diga

—Yo creo que va a jugar aunque sea con un pie —dijo Eugenia

—Es que no puede, lo mejor es que se cuide, aunque yo pienso que el equipo lo necesita, el entrenador lo va a esperar hasta el último momento, tiene a todo el mundo encima, están todos los médicos trabajando con él —dije con una leve sonrisa— Lo único que espero es que piense en su salud, pero es muy difícil, es demasiado cabeza dura —me puse de pie y me miré al espejo, las chicas vinieron corriendo a darme un abrazo— Las amo, gracias por acompañarme en este momento tan importante —de fondo se escuchaban los arreglos de las canciones

Después del ensayo con todos mis bailarines, fui a una prueba de vestuario donde solo permitía que Maru me viera con todo lo final y ella se ocupaba de arreglar los detalles que me incomodaban, para mí ya todo el mundo estaba sospechando porque yo jamás me comporté de esa forma, pero nadie decía nada por suerte, era gente con la que trabajaba hace mucho tiempo. Volé a mis clases de canto y terminé buscando a mi novio después de su nueva terapia donde le inyectaron algo que lo ayudaría, como siempre venía con cara de dolor, propuso ir a cenar, yo estaba muerta pero me dio pena decirle que no así que nos fuimos a casa, me di una ducha y salimos.

—No voy al próximo partido —dijo mientras comíamos, me limpié la boca con una servilleta

—Es lo mejor para tu salud, el equipo va a pasar a la final de conferencia y vas a estar ahí —dije con una sonrisa, trataba de transmitirle un poco de optimismo a su tristeza

—De todas formas me da pena no estar, quería ayudar, pero bueno, no quiero pensar en eso, no me quiero poner en peligro ahora que estamos tan cerca de la final, tuve una charla interesante con el entrenador —me dijo sonriendo, yo tomé un poco de jugo— Hablamos sobre el futuro del equipo y luego me dijo ¿Quiéres que Lali esté sufriendo mientras te pones en peligro? Por supuesto que no quiero eso —me miró con una sonrisa— Yo hubiese ido por todo, pero ahora tengo que pensar en nuestra familia, no solamente en mí

—Me pone muy feliz escucharte hablar así, significa que ya eres un hombre maduro —sonreí— Yo entiendo perfectamente lo que significa decir que no en un momento tan importante para el equipo, pero pienso que lo mejor para todos es esperar e ir por el plato grande, los chicos no van a perder mi amor, tienen una inspiración extra, ganar por ti, estoy segura que van a dejar la vida ahí

Un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora