Un amor

22.

Cuando me cayeron encima del brazo supe que no sería algo del todo simple, porque me dolió muchísimo, el doctor decidió sacarme del partido y por suerte los chicos ganaron, cuando yo estaba haciéndome algunos estudios vinieron todos a celebrar conmigo, estaban preocupados por mi estado de salud.

—No tienes nada en el hueso, pero necesito mañana hacer nuevos análisis —dijo el doctor— Tenemos que asegurarnos que no exista una lesión

—Me estoy salvando de una grande hace varios partidos, como que vienen todos con el objetivo de romperme, lo veo en la cancha, es difícil moverse así, los chicos también hacen lo que pueden con la defensa, por lo mismo, estoy tratando de sacar pases con presión, mientras me golpean, soltar el balón y moverlo para que... —estaba hablando sin parar mientras el entrenador miraba al médico

—Muy bien, pero enfoquémonos en que no tengas nada ¿ok? —dijo el entrenador— Primero vamos a verificar que todo esté bien y luego vemos como le hacemos frente a ese tipo de jugadas, estoy viendo lo mismo hace varios partidos, ya lo advertí anteriormente. Escúchame, entiendo tu emoción, tus ganas de ser parte, pero ya lo hablamos una vez, tu salud es lo más importante para el equipo, necesitamos cuidarte, nos queda temporada aún

—Fuck —dije enojado— Estoy bien, no hace falta exagerar

—Ya hablamos de esto —dijo el entrenador— Soy yo quién tiene la última decisión

—Ya lo sé, lo dices todo el tiempo, desde que llegué a este lugar, siempre eres el de la última decisión —dije molesto— Si yo digo que estoy bien, no estoy mintiendo, no pondría en peligro mi salud para jugar un partido extra, confío plenamente en mis compañeros, pero da lo mismo lo que diga, nunca mi opinión será lo suficientemente importante para ti coach

—Doctor, ¿me dejas un segundo? —dijo el coach, el doctor me miró con una leve sonrisa y salió del lugar

—No quiero uno de tus sermones, ya tuve suficiente —de verdad estaba molesto con todos, ni siquiera estaba mintiendo en las cosas que decía, tuve una mala semana y me la agarré con todos

—¿Qué te pasa? —preguntó de brazos cruzados— ¿Estás enojado por algo especial?

—Yo soy el capitán de este equipo, mi opinión debería ser escuchada, sé perfectamente cuando tengo que dar un paso al costado, no quiero quedar fuera del partido contra los Bengals porque ya hemos perdidos dos y me vienen jodiendo hace bastante, quiero ponerlos en su lugar de una vez, no quiero más burlas, es nuestro momento de hacerlo y lo sabes, pero sé que me vas a dejar fuera

—Vamos a estudiarlo con el médico pero no te prometo nada, baja la voz —me dijo molesto— No estamos jodiéndote de la vida acá, todo lo contrario, te estamos cuidando de cometer una locura, por supuesto que siempre vas a querer ser parte del equipo, pero como el responsable de todo esto no puedo permitir que cometas una locura y que te ponga el riesgo el resto de la temporada, los Bengals es solo para alimentar tu ego, piensa en equipo, es lo que siempre te pido

—Mierda!!!! —dije molesto y me puse de pie— Ok, no quiero seguir con esta conversación, no vamos a llegar a ningún. Buenas noches

—No te enojes conmigo —agregó, salí del lugar ardido en rabia

Todo lo malo viene junto, era un dicho completamente real, regresé triste a casa, la medicación que me dieron comenzó a hacerme efecto así que me metí a la cama porque no me sentía bien, a la hora después apareció mamá acompañada de Lali, claro ella no tenía idea que lo nuestro ya no iba más, así que no podía decirle nada, quizás fui demasiado duro en la conversación, pero necesitaba focalizar mis energías en el campeonato y dejar de perder el tiempo con una persona que no me estaba valorando.