33.

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Estabamos con Bella en el estadio cuando recibimos la llamada de Claudia para avisar que el abuelo de Peter estaba agonizando en el hospital, tuvimos que bajar corriendo y avisarle a un asistente del equipo para que informara al entrenador, después de eso Bella se fue volando para acompañar a Claudia, yo me quedé esperando, teníamos que llevarlo en este momento al hospital, esa acción permitió que se alcanzara a despedir. Se quedó en shock, regresó a casa y no dijo una sola palabra, se sentó en el sillón y parecía que estaba desconectado, yo me senté a su lado y lo acaricié sin decir nada.

—¿Quiéres algo para comer? —preguntó Bella, pero no respondió, no estaba escuchando— Peter —de fondo escuchaba a Claudia hablar con Harry que le estaba dando una mano para organizar todo lo del velorio y el funeral

—Peter —Emi se acercó— El abuelo no estará en casa, pero nos prometió que siempre estaría para nosotros, tenemos que confiar en que nos va a visitar cuando pueda —le dio un abrazo, Peter la miró con una sonrisa

—Ya conseguimos una iglesia —dijo Claudia— Harry se ocupará de los detalles

—¿Te puedo ayudar en algo? —pregunté

—Ayúdame con Peter, gracias mi amor —dijo Claudia y se fue con el teléfono hacía otro lado

—Vamos a tomar una ducha —le tomé la mano.

Estaba todo sucio por el partido, me siguió sin protestar, subimos a su habitación, se quitó la ropa y entró al baño, cuando salió se vistió y se sentó en la cama.

—Hablamos de cómo sería este día, de las cosas que mamá iba a decir —dijo con una leve sonrisa— De cómo el mundo se iba a comportar, pero nunca hablamos de este dolor, siento que no puedo respirar bien, no quiero ir a ningún lado, no quiero salir de casa

—Es imposible imaginar este dolor —dije triste y lo acaricié— Tienes que despedirlo y luego aprender a como se sigue, no hay una fórmula, simplemente buscas la manera y te acostumbras a vivir con el dolor. Ven acá —lo guardé en mis brazos rápidamente, él no caía, estaba en shock

—¿Emi? —preguntó

—Está con Bella, ella entiende lo que está pasando y está tranquila —lo acaricié, Peter estaba completamente devastado

—No quería que llegara nunca este día —me dijo llorando— Es una pesadilla que se hizo realidad, no puedo aceptar que nunca más volveré a verlo —dijo muy triste, yo lo acaricié en silencio, nada de lo que pudiera decir en ese momento lo ayudaría con el dolor

Se recostó en la cama llorando y yo me acosté a su lado, lo abracé en silencio y lo único que pude decirle es que su abuelo siempre estaría cuidando de él. Al día siguiente preparamos todo para el velorio y fuimos a la iglesia que estaba cerca de casa, en cuanto llegamos sentí mucha impotencia porque me di cuenta que habían fotógrafos con lentes gigantes buscando captar la mejor foto, una falta de respeto totalmente. Peter entró y se sentó de los primeros, estuvo ahí escuchando como todo el mundo le daba palabras de aliento, solo lo vi responder "gracias" un par de veces, vinieron muchas personas, todo su equipo, estaba lleno de flores por todos lados, había mucho cariño.  Para la misa, Claudia dio unas palabras muy lindas que hicieron llorar a todo el mundo.

—Van a cerrar la iglesia —dijo Claudia acercándose a Peter, yo me quedé a su lado a todo momento— Mi amor —Peter la miró— Tenemos que salir, pasará la noche acá y mañana vamos a venir por él, se quedan las personas encargadas

—Ok —dijo él— ¿Me dan un segundo? —respondió, le di un beso en la frente y me puse de pie para salir

—Lali, puedo pedirte que no lo dejes solo, por favor —me dijo Claudia cuando íbamos saliendo, entonces me senté de las últimas en la iglesia, esperando por él, en cuanto Claudia salió lo escuché llorar de forma desgarradora, como un niño chiquito como si todo lo que guardó durante el día lo liberó en ese momento, se puso de pie y se quedó mirándolo por varios minutos, después de eso bajó y se dio cuenta que yo estaba ahí

Un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora