Después de mi semana dura de ensayos viajé a Philadelphia a visitar a mis padres, ellos ya tenían planeado ir con Santi al partido de pretemporada de las Águilas, yo siempre me resté de ese plan pero esta vez me llamaba la atención asistir y ver con mis propios ojos esa pasión de la que hablaban. Me puse un poleron con capucha y lentes porque no quería incomodar a mi familia que seguramente no iban a disfrutar nada si me pedían demasiadas fotos, hasta el chico de mi seguridad era fanático del equipo.
Llegamos al estadio y nos ubicamos cerca del VIP, Eugenia me dijo que para estar en el cuarto donde estaban los familiares de los futbolista, necesita una invitación del club directa, cosa que no había recibido aún. Me senté casi al final y no me quite los lentes de sol, los chicos estaban de pie gritando como locos. Cuando el equipo salió a la cancha me puse a buscar a Lanzani hasta que lo vi caminar con el casco en la mano saludando a todas las personas, todo el mundo estaba con la 11, niños, adultos, abuelos, era el favorito de la hinchada. Me quedé mirándolo con atención, se veía hablando con sus compañeros, cada tanto daba órdenes, se reía, hasta que de pronto el técnico lo llamó para que saliera a la cancha, todos se pusieron a celebrar como si estuviesen jugando un partido importante
—DALEEEEE PITTTTT!!!! —gritaba Andrés abrazado a Cande, mi papá sacó su celular y se puso a grabarlo
—Que niño lindo Lali —me dijo mamá con una sonrisa, la miré riendo— por lo menos te está sirviendo para recrear la vista
—¿Si este muchacho es tan bueno como ustedes dicen que hace en la banca? ¿Por qué razón se supone que ustedes saben más que el entrenador? —dije riendo mientras veía a Lanzani correr con la pelota, la lanzó y cuando su compañero la recibió todo el estadio celebró, le celebraban cualquier cosa
—Lali, tú no sabes... no opines —dijo Santi mirando la cancha con una sonrisa— La razón por la que Lanzani está en la banca es porque nuestro entrenador es un estúpido que no sabe de fútbol, debe tener los mismo conocimientos que tú
—Aayyy qué simpático mi amor —sonreí
Finalmente Lanzani y su amigo lograron romper el empate, festejaron saludando a las personas, el lanzó sus guantes y salió corriendo de la cancha. Escuchaba como todo el mundo lo amaba con locura, los niños le mostraban a sus padres los videos que hicieron durante el juego, mientras esperábamos para salir del estadio, también estaba atenta a lo que me podía decir Eugenia, yo esperaba que mi familia hoy pudiera conocer al chico del momento.
—¿Alo? —dije tapándome un oído, con el ruido del estadio se escuchaba poco
—Amor mío, me fue mal. El representante dice que no ve a personas post partido porque está agotado y quiere ir a casa a descansar, lo siento mucho. Quizás podríamos probar cuando vayan a jugar a Nueva York, porque ahí tenemos acceso al estadio por completo, ahora es más complicado —dijo Euge
—Ok, lo entiendo perfecto. Gracias! Nos vemos luego, te amo —por suerte no le había dicho a mi familia, porque les hubiese roto el corazón. Guardé mi celular y el chico de seguridad me avisó que ya podíamos salir del lugar
—Lo amo más que antes —dijo Cande— Lo que disfruta jugar por favor, parece un niño de diez años jugando con los amigos, se nota que ama este lugar
—Si no amara este lugar estaría jugando en Nueva York —dijo Santi— es muy bueno, además está armando buena dupla con Tincho, ¿vieron? Jugadas súper interesantes, me dan felicidad. Una vez tu papá y yo fuimos a la final de la liga universitaria —me miró— y cuando lo vimos jugar, rogamos que lo trajeran a Philadelphia, se nos cumplió el deseo Leo
—El mejor deseo —celebró papá mientras caminamos a la salida
Yo solamente los escuchaba, mientras pensaba en que el infeliz no los quiso saludar después de ese partido aburrido, le pedí a Eugenia que me consiga el número y a pesar de que ella se negó al comienzo a los treinta minutos me lo envió. Lo llamé para dejarlo en su lugar y poner las cosas claras, simplemente quería vengarse de mí por lo que le hice una vez sin saber que se trataba de él. A la mañana siguiente cuando leí el diario y vi el comentario deportivo, use la camiseta de foles a propósito, seguro que esto era lo peor que le podía pasar, no era el chico titular y ni ser el favorito de la gente le alcanzaba.
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Un amor
FanfictionUna estrella del pop comienza una divertida aventura con el futbolista americano del momento. Mientras ambos luchan con el ego de otro, se ven enfrenados a los sentimientos reales que nacen sin esperarlo.