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Desde que Peter visitó mi universidad de manera sorpresiva vivía con el miedo que apareciera nuevamente en cualquier momento, yo siempre crecí esforzándome el doble porque sentía que cualquier victoria que tuviera se trataba porque era hermana de Peter, por suerte, siempre fui al mismo colegio y crecí con los mismo compañeros, ellos sí estaban acostumbrados a ser amiga de la hermana de Peter Lanzani, mis compañeros de universidad lo estaban entendiendo a la fuerza, porque jamás ayudé a ninguno a conseguir algo especial, lo más grandes se acercaban por interés, incluso habían atrevidas y graciosas mujeres que me pedían su número, como si tuvieran alguna chance para competir con la reina Mariana Esposito.

—Buenos días Emilia —dijo mamá cuando me sumé a desayunar con ella— ¿A que hora llegaste anoche? —preguntó con una leve sonrisa, mamá nunca fue la persona de las reglas, más bien era la mujer que daba toda la confianza del mundo y efectivamente yo me estaba pasando un poco

—No sé, normal —respondí tomando una tostada

—¿Eso es una respuesta? —preguntó sorprendida— no recuerdo que horario es ese, yo te pedí que regreses a las 00 y no lo hiciste, no tienes permiso para la próxima fiesta —la miré con una sonrisa, me estaba prohibiendo algo mientras se mostraba cero enojada— sabes perfectamente que odio ser mala onda, que confío mucho en ti, pero te pedí que vuelvas a un horario y no lo hiciste

—Se me pasó la hora mamá, ya sabes que esas fiestas de las universidades son extensas, no volverá a pasar, te lo prometo —respondió

—Esas fiestas de las universidades son para los alumnos mayores de edad, si en algún momento llega la policia, te vas a meter en problemas, esta es la segunda vez que te lo digo Emilia, yo te dije que no tengo problemas con que vivas tu experiencia al 100% hija, por el contrario, me encanta que disfrutes de todo lo que una universidad puede darte, pero no creo que esa sea la manera correcta —agregó mamá

—Mami, estamos con unos amigos de Nacho que son un poco mas grande, no pasa nada, ellos nos cuidan re bien, no tienes que preocuparte, además no estoy drogandome, ni tampoco emborrachandome como piensas, lo de ayer fue que se me pasó la hora y no volverá a pasar —respondí con una sonrisa

—Por supuesto que no volverá a pasar mi amor, porque no tienes permiso —dijo con una sonrisa—No me hagas pedirle ayuda a tu hermano por favor

—Peter no es mi papá, es mi hermano mayor —respondí mirándola— no tiene nada que ver en este tema

—Peter es tu hermano mayor y por lo mismo, tienes que respetarlo, así como me tienes que respetar a mi que soy tu madre, si yo te doy un horario esperaría que respetes eso, en fin, no quiero seguir con el mismo tema, ya te dije lo que pienso, no vas a la siguiente fiesta y punto, ahora vas a tener que volver a trabajar en nuestra confianza —me quedé en silencio porque mamá era capaz de decirle algo a Peter que podía llegar en la mitad de la fiesta a sacarme

—Ok, lo que digas mamá —dije con una leve sonrisa

Me di una ducha y me fui volando a la universidad, todo el mundo en mi clase estuvo en la fiesta, por lo mismo, si me quedaba fuera de la siguiente sería la loser del grupo, aunque tampoco era buena idea desafiar la buena onda de mamá, por suerte, mis notas siempre eran buenas, tenía como defenderme con respecto a ese tema.

—Emilia, ¿tienes un segundo? —me preguntó uno de los entrenadores de la universidad cuando me lo encontré en el pasillo, me detuve y lo miré con atención— Es una pregunta familiar —obviamente me iba a preguntar por mi hermano— estamos tratando de contactar a Peter que vino hace un tiempo y nos dijo que lo podíamos invitar, pero se nos está haciendo imposible con su manager porque dice que tiene la agenda imposible

Un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora