Un amor

2 - 15

Nuestras fotografías en la playa estaban por todos lados, habían muchos comentarios positivos, la mayoría de las personas estaban feliz de vernos nuevamente como pareja oficial, extrañaba a mis hijos pero obviamente no me quería volver de esta maravillosa luna de miel, donde la pasamos tan bien y pudimos reencontrarnos como estábamos esperando hace tanto.

—Hace tiempo no tenía tanto... —no continuó la frase porque se acercaron las chicas del servicio del avión aparecieron en ese momento, Lali estaba sentada en mis piernas

—Buenos días, vamos a despegar ahora. Necesitamos que ambos estén en sus asientos con el cinturón, les puedo traer algo para comer o tomar? —preguntó con una sonrisa

—Jessi a mi me puedes traer agua sin gas por favor —respondí con una sonrisa

—¿Usted? —miró a Lali

—Yo quiero... una coca sin azúcar por favor, muchas gracias amor —dijo Lali luchando con el cinturón— donde mierda tengo que sacar esto, está todo enredado —cero paciencia, me quité el mio y me puse de pie para ayudarla a ella, en dos segundos logré ponerle el cinturón

—Solo se necesita un poco de paciencia —dije poniéndome el cinturón nuevamente

—Lo siento, me la robaste completa —agregó con una sonrisa— tus hijos y tu acabaron con mi paciencia para siempre

—No quiero terminar nuestra luna de miel con una discusión pero tengo la impresión que yo siempre te conocí sin paciencia, pero bueno, voy a respetar tu opinión —despegamos en ese momento y las chicas nos trajeron las cosas para tomar. Lali se quitó el cinturón y se sentó en mis piernas, hicimos un salud con coca y el agua— ¿Como la pasaste? —pregunté con una sonrisa

—¿A ti cómo te parece que la pasé? —preguntó con una sonrisa mientras me despeinaba— sabes lo que estaba pensando ahora, que se supone que este viaje eran vacaciones como para desconectar y coger sin que nadie nos estuviera jodiendo, pero vuelvo mas cansada de lo que llegué —solté una sonrisa y la acaricié— la pasamos increíble, te extrañaba un montón y ahora volvemos como una pareja normal por fin —chocó su nariz con la mía y la besé

—Vamos más allá —miré el pasillo

—¿Estás loco? Hay gente acá, tengo mis límites Lanzani, está bien que la pasemos genial pero ya no tenemos veinte años, no podemos hacer este tipo de cosas, somos padres de familia —lo acaricié— me encantaría pero no —le puso la mano en la pierna y me miró con una sonrisa— dije que no

—No haré nada —sonreí y la besé nuevamente

Estuvimos a los besos un rato, luego regresó a su puesto y sacó su tablet, se puso a trabajar toda concentrada, yo la estuve mirando casi todo el viaje con toda la atención del mundo, llegamos bajé con su cartera gigante y nuestras maletas mientras ella iba hablando por teléfono con Eugenia.

—Hola amores de mi vida —dijo Lali con una sonrisa cargando a los chicos— ¿cómo les va? ¿Cómo se portaron con sus tíos y abuelos?

—Bien, bien aunque Allegra nunca se quería dormir temprano y comenzaba a traer todas las muñecas para jugar —decía Bautista— pero estuvo muy divertido, cierto Andrés? Fuimos al parque y jugamos fútbol con mis amigos y saben que? No vino ningún desconocido a saludarnos —claro se refería a que siempre que salia con nosotros venian personas a pedir fotos

—Pero es porque nuestro trabajo es muy diferente al trabajo que hacen tus papis —dijo Cande con una sonrisa— se portaron increíble, me hicieron reir mucho, miramos películas, hicieron todas sus tareas, sus profesores lo felicitaron porque son muy buenos compañeros, no tengo nada malo para decir, incluso nos divertimos mucho jugando con todas las muñecas de Allegra —mi hija me miraba con una sonrisa de brazos cruzados, estaba más hermosa que nunca, me acerqué y la cargué después de eso la llené de besos