Ir en coche de policía

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Dos coches de policía y una ambulancia pasaron deprisa con las sirenas a todo volumen junto a Luv. Eran aproximadamente las doce, y la chica iba a casa cuando la cacofonía de las sirenas llamó su atención e hizo que dejara de pensar en Jungkook.

—Seguro que Dan Gable se ha vuelto a quedar atrapado en un árbol —se dijo. El recuerdo le hizo gracia, pero pensó que sería la primera vez que enviaban una ambulancia por un gato, incluso en Hannah Lake. La última vez habían ido los bomberos.

Taehyung había disfrutado como un niño pequeño con cada minuto y estuvo días alabando al gato. Quizá ese era el motivo por el que esa noche Taehyung no había ido a la tienda. Luv pasó por Second East Street y giró hacia Center Street mientras se preguntaba dónde estaría el motivo de tanto escándalo. Le sorprendió ver que había más coches de policía cortando la calle de los que había visto nunca. Había policías patrullando a pie por toda la calle con linternas. Las luces iban de un lado a otro con resolución. Parecía que peinaran la zona para buscar algo. O a alguien, supuso Luv con curiosidad.

Luv había seguido su camino cuando oyó un grito. Los policías echaron a correr hacia el lugar de donde procedía.

—¡Lo tengo! ¡Es él!

Luv redujo la velocidad y se bajó de la bicicleta. No quería estar cerca de quien fuera ese

«él» al que habían encontrado por si era peligroso. La ambulancia se acercó al lugar y, antes de que se hubiera detenido del todo, las puertas se abrieron y dos técnicos de emergencias bajaron al terraplén. Luv no alcanzaba a ver lo que pasaba.

Esperó con los ojos fijos en el lugar en el que habían desaparecido los técnicos de emergencias, pero pasaron varios minutos hasta que alguien volvió a aparecer. Entonces, cuando Luv ya casi se había convencido de volver a la bici y alejarse del lugar, vio como un policía sacaba algo del terraplén. Era una silla de ruedas.

—Qué raro —musitó Luv a la vez que arrugaba la nariz con escepticismo—, habría jurado que usaban camillas.

Pero la silla de ruedas estaba vacía y la estaban sacando del terraplén, no la estaban llevando hacia allí.

Y entonces lo supo. Supo que era la silla de Taehyung, y lo único que pudo hacer fue soltar la bicicleta y correr mientras gritaba su nombre, ajena a la sorpresa de quienes estaban a su alrededor y a los policías que corrían para detenerla, a los brazos que se estiraban para alejarla del lugar.

—¡Taehyung! —gritó mientras peleaba con los brazos uniformados para llegar hasta él.

—¡Señorita, deténgase!¡No puede pasar!

—Es mi primo. Es Taehyung, ¿verdad? —Luv posó la vista en una cara y después en otra y en otra, hasta que se detuvo en Landon Knudsen.

Landon era el último miembro que se había incorporado al Departamento de Policía de Hannah

Lake. Era muy gritón, y el color rosado de sus mejillas y los rizos rubios hacían que tuviera un aspecto angelical, algo que contrastaba con el uniforme rígido y la pistolera que llevaba a la cadera.

—¡Landon! ¿Está bien? ¿Qué ha pasado? ¿Puedo verlo, por favor? —Luv acribillaba al chico con preguntas y no le dejaba responder. Necesitaba las respuestas, pero sabía que cuando el chico hablara, ella desearía no haber preguntado.

Entonces los técnicos de emergencias subieron la camilla a toda prisa y se dirigieron a la ambulancia. Había demasiada gente alrededor de la camilla y Luv estaba demasiado lejos como para ver a quién cargaban. Volvió a mirar a Landon a los ojos.

Jeon Jungkook - Máscara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora