Capítulo 1

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Eros:

El cielo no es más que un espeso manto negro cubierto de estrellas, no hago más que verlas parpadear, no logro conciliar el sueño, desde lo ocurrido en Santander duermo poco. No después de mi supuesta desintoxicación, no después de limpiarme de violencia.
Cuando veo la línea roja en el horizonte me decido a ir a uno de los lagos para remar como cada mañana.

Mis padres en conspiración con mi mejor amigo Liam, me obligaron a venir a este pequeño pueblo, di que, para descansar. Estoy estresado, en eso si tienen razón. Las empresas me sacarán el alma, desde que mi padre decidió retirarse me encargo por completo de los negocios y hace aproximadamente un año uno de ellos fue un desastre, una verdadera tragedia.

Decidí reunirme con Marco García el vendedor de una excelente vinícola, la cual yo quería añadir a las mías. Luego de concluir la transacción decidimos tomar unas copas, lo que nunca imaginé fue que se formara un tiroteo donde la hija de Marco terminaría muerta. 

Él me culpa de su muerte, aunque creo que yo también lo hago. Como el idiota que soy no pude evitar meterme con ella, follármela. En esos tres días la chica no me dejaba en paz y por supuesto no soy de hierro, no me disgustaba nada hacerle el favorcito.   
Marco sabía que su hija solo iba a las negociaciones por su capricho conmigo y que yo solo la utilizaba para divertirme y por supuesto lograr un descuento, además para que a través de ella me vendiera todas sus vinícolas.

Vi morir a esa chica, se desangró en mis brazos, vi y sentí la ira de su padre, también escuché su promesa de venganza. Ha pasado un año y aún no tengo noticias de él, de igual forma lo tengo vigilado. Todos saben lo que se rumorea de mí y se piensan las cosas antes de hacer movimientos en falso.

Por esos sucesos estoy aquí, por eso necesito descansar y por eso mi amigo me tiene secuestrado esperando mi cumpleaños 28. Lake Placid es una pequeña villa muy hermosa, me dirijo a uno de sus lagos para relajarme un poco. Tomo el bote comenzando la excursión, el lugar es agradable, el silencio lo llena, haciéndome sentir ligero, solo con el cantar matutino de algunas aves. 

Cierro los ojos dejándome llevar por la sensación, plenitud, pero cundo toco el agua comprendo que me quedé dormido, que el bote se volteó y que mi pierna está enredada en una raíz.

¡Mierda y mil mierdas! Siento como la garganta me arde por la entrada abrupta del agua y como mis pulmones buscan oxígeno, como mis oídos pitan y como mi vista se nubla, trato de liberarme, pero es en vano ¡Moriré!

Cuando la oscuridad está a punto de tomarme por completo siento como tiran de mí, soy consciente de que lo hacen, pero soy incapaz de responder.

Escucho voces a lo lejos pidiéndome que despierte, es una voz muy dulce, trato de abrir los ojos, pero la luz es muy fuerte, me aturde sin dejar enfocar bien mi entorno. Cuando lo consigo solo logro ver la espalda de una chica y una pequeña marca en forma de lágrima en su nuca ¡Creo que estoy alucinando!

-Señor, señor-llama alguien tratando de captar mi atención- ¿Se encuentra bien?

Miro a mi costado, un joven me observa atentamente, pidiéndome respuestas.

- ¿Necesita ir al hospital? -mira un segundo adelante, se escuchan murmullos seguramente alguien se acerca. 

-Estoy bien ¿Tú me salvaste? - niega de inmediato. 

-La chica-apunta al norte, pero no hay nadie- se lanzó al lago sin pensarlo y lo saco. Llevaba prisa, estaba llorando parecía muy triste. En cuanto lo reanimó y comprobó que estaba bien me pidió que lo cuidara, en verdad tenía prisa.

-Muchas gracias ¿De casualidad no sabe su nombre, donde vive? -niega 

-No es de aquí, seguramente está de visita-joder. 

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