Capítulo 32

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Eros:

La veo dormir plácidamente ¿cómo un ser puede ser tan hermoso y perfecto? Sus rizos rojos parecen lava sobre el pálido edredón, su cuerpo desnudo es toda una tentación y sus labios son tan provocadores que te podrían llevar a pecar y si a todo eso le agregamos esa pureza e inocencia, Neela es un manjar para lobos, de los cuales soy el alfa, pero nuca podría dejarla ir.

Acaricio su espalda, para ir dejando besos por todo lo largo de su columna vertebral, se estremece removiéndose incomoda, mis manos viajan por todo su cuerpo, dejándolas en su trasero. Su cuerpo es perfecto, aunque sé que se siente un poco insegura de esas finas líneas en una de sus caderas, cuando nada podría cambiar su perfección. Va abriendo lentamente los ojos, eso ojos color turquesa tan hermosos.

-Eros-su vos es adormilada, se pega a mi cuerpo, en sus labios tira una sonrisa sintiendo mi erección, se mueve encima.

-Neela-digo en un frustrado suspiro-de seguro estas adolorida-asiente-no me tientes-me pase toda la noche embistiéndola y no fui precisamente delicado.

Dios cuando se me puso encima creí que moriría, me hechizo de una manera, no fui capaz de controlarme, no puedo sacar de mi mente sus senos moviéndose al compás de sus movimientos, sus caderas torturándome, sus gemidos, el sonido de su cuerpo al chocar con el mío, la fuerza que ejercía aguantándose fuerte de mi para que sus movimientos aumentaran, la forma en la que su coño caliente me apretaba hasta hacerme estallar sin consentimiento alguno.

Creo que, si continuo así me correré, siento mi liquido pre seminal escurrirse y como moja su abdomen, su mano baja hasta tomar mi miembro, joder, nunca lo había tocado, se siente tan bien, me mira y yo solo respiro fuerte. Su mano se mueve despacio, cierro los ojos sintiendo su delicado tacto, se acomoda y nos arrodillamos mientras continúa dándome placer, besa mi cuello, mi pecho, continúa su camino, me levanto para que le quede más cómodo.

-No tienes que hacerlo-ella niega mirándome directamente a los ojos, ese rostro, esa inocencia me hace cuestionarme constantemente.

-Eros quiero hacerlo, pero no sé cómo - ¡no la merezco, dios!

-Déjate llevar lucecita, hazme lo que quieras, solo trata de no morder fuerte.

Sonríe dejando un tímido beso sobre mi punta, veo como sus labios se llenan de mi líquido y como su lengua tímidamente lo prueba, joder eso es lo más erótico que he visto. Su lengua continua el camino, mojando toda mi polla, empapándola por completo, besándola, adorándola y cuando sus labios se abren y comienza a bajar me tenso por completo, dios, su boca es tan tibia, mi respiración es muy entrecortada, veo como la saca por completo para luego bajar nuevamente, algunas arcadas se le escapan sé que no podrá llevarla por completo dentro, su saliva comienza a chorrear, sus uñas se encajan en mis muslos, joder cuando me mira mis pelotas dan un tirón sacudiéndome la polla dentro de su boca.

-Lo haces tan bien-digo en un gruñido, cerrando los ojos por la sensación que me está haciendo vivir, baja mucho más y cuando sus dedos acarician mis testículos un fuerte gruñido se me escapa, obligándome a cerrar los ojos.

-Así, tómala toda-mis palabras no son más que gruñidos, me obedece no se detiene sube y baja, lamiendo y chupando como si la vida se le fuera en ello, no me da descanso, como si mi polla fuera su dulce preferido.

-Neela, Neela, me voy aaaa...-no puedo continuar, chupa fuerte con un ímpetu y una dedicación que me marean, me corro en su boca gimiendo su nombre con la respiración entrecortada y las piernas me flaquea, tratando de recuperarme.

Me pongo a su altura, veo como relame sus labios aun con restos de mi semen y sin pensármelo la beso tendiéndola nuevamente, quedando entre sus piernas acariciándola, mis manos bajan y cuando llegan a su destino se empapan.

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