Capítulo 31

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Neela:

Bajo acompañada de Mariam, él está abajo, lo veo a lo lejos hablando con mi tío y hermano, la verdad bastante animados, gira su cabeza como si algo invisible nos uniera y supiera que lo estaba mirando. Una enorme sonrisa se dibuja en su cara, dios esa preciosa sonrisa que me hace desfallecer, con esa imperfección en su colmillo izquierdo que lo hacen perfecto.

-Buenas-saludo a todos los que esperan el almuerzo.

-Qué horas-me recrimina mi abuelo-debes estar muriendo de hambre.

-Un poco-confieso tomando asiento, Eros de inmediato se apresura colocándose a mi costado, su mano envuelve la mía por debajo de la mesa y le sonrío como estúpida.

Su mano se queda ahí durante todo el almuerzo y al levantarnos continúa sujetándola. Estamos en un costado sentados bajo las sombras de la terraza uno al lado del otro, me acurruco a su pecho y sorprendentemente, mi lobo ronroneo cuando Eros acracia distraídamente su cabeza. Los hombres de mi familia miran a Eros con el entrecejo fruncido.

- ¿Que intenciones tienes con mi nieta? -pregunta mi abuelo en tono fuerte, me tenso y él besa mi frente acariciándome el cabello.

-Amarla y si algún día me lo permite hacerla mi esposa-levanto la mirada de golpe y él me mira directo a los ojos, eso no me lo esperaba, realmente me toma desprevenida.

Yo nunca he pensado en eso, no soy esa clase de chica, toda mi vida se centraba en realizar mis sueños y todo terminó para que comenzara a trabajar para curar a mi madre. Nunca se me ha ocurrido casarme, tener hijos, lo veo muy lejano.

-Al parecer estas pidiéndoselo a ella y no respondiéndonos a nosotros-mi tío suelta una risita de hiena.

-Déjenlo en paz-lo regaño, porque mi tío tiene cara de estar divirtiéndose mucho y ni hablar de Liam.

-Ho hermanita, no me auges la fiesta, es tan divertido ver a Eros nervioso, sobre todo acorralado y si para rematar haciendo confesiones, esto merece palomitas.

-Liam tu eres humano-pronuncia el susodicho en tono fuerte y mi hermano se pone serio de inmediato, provocando que todos rían ahora por su actitud.

-Eros-le riñe su padre.

- ¿Quién esta acorralado ahora? -pregunto burlona.

-Les parece graciosos porque ninguno sabe de lo que es capaz ¡soy su abogado! aaaa y su mejor amigo -una sonrisa torcida, pero tan jodidamente maliciosa se dibuja en los labios de Eros que da escalofríos.

Eros además de los chismes de mujeriego tiene muchas más cosas escondidas, son solo chismes como de varios asesinatos y puede que esté involucrado con la mafia, pero no lo creo capaz. Es cierto que hunde hasta no dejar ni siquiera ruinas de los que intentan algo en su contra y pasa por encima de todos, por eso le han tirado las muertes de muchos millonarios con los que ha hecho negocios, nunca se le ha comprobado nada, ni siquiera una pista en su contra, y aunque la consiguiesen continuaría siendo el hombre más poderoso y rico del continente, seguramente también encabece las listas de los del mundo, así que se queda solo en especulaciones.

-Pero tranquilos, el imbécil la ama-me señala- eso es bueno-Liam mira a mi tío que asiente sin pensárselo.

-Te amo-me susurra al oído haciendo que me encoja, cierro los ojos concentrada en los latidos de su corazón y en sus dedos acariciando mi nuca, así hasta que nos dejan solos. Nos tumbamos, descanso mi cabeza sobre su pecho imprecándome de su aroma.

-Mi hermano está muy feliz-afirmo.

-Elena lo aceptó finalmente.

-Siempre lo hiso-reímos porque sabemos que es la verdad.

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