Eros

Capítulo 6

Eros:

No sé qué es esto, no puedo sacarme a esa maldita pelirroja de cabeza. Joder en que maldito momento dejo de ser una niña, para convertirse en lo que es, en la mujer más sensual, sexy y provocadora que he visto.

Simplemente lo es, sin notarlo, es natural, hermosa, dulce e inocente y ese jodido acento italiano que me la pone dura.

¿Qué es esto?

¿Cómo un solo ser puede albergar todo eso?

¿Cómo me está poniendo así?

¿Con que derecho?

Estuve a punto de besarla, no puedo, no puedo hacerlo, tengo que alejarla a como dé lugar. Tengo secretos y esos secretos me impiden acercarme, mucho más a ella, es la hermana de mi mejor amigo, mi hermano.

Llevo horas dando vueltas en la cama, pero no puede quitarme esta sensación de quererla entre mis brazos, de la calidez de su piel, de su olor a jazmín y coco. Mierda, mierda y mil mierdas, la alejaré. Cumpliré con lo que su padre me pidió, haré que odie todo lo relacionado con negocios, empresas, todo excepto la medicina. Tengo que alejarla, le envié una propuesta a su abogada para hacer negocios, comprenderá que lo mejor es dejar todo en mis manos.

Joder, joder, joder ¡La odio! Nunca había odiado tanto a alguien, simplemente porque la deseo y no puedo acercarme. 

La sensación me carcome, ese instinto primitivo que me acompaña, esa deliciosa oscuridad que me rodea y alimenta. Ese monstruo que llevo dentro quiere alimentarse y me siento tan jodidamente frustrado, no pudo caer nuevamente "estoy rehabilitado" Según todos matar es una droga para mí y supuestamente lo estoy superando, aunque en el fondo saben que es una puta mentira y las ganas de follar lo complican todo. Me pasé el maldito día fantaseando con follármela duro, demostrarle que no hay otro como yo. 

Hablo como cada mañana con mis padres, como siempre preguntándome una y mil veces si todo está bien, nunca cambiarán. 

Aparco en el estacionamiento de las oficinas. Mi niño está recién lavado, lo miro antes de avanzar, es una preciosura. Llegando a las plantas altas, algunas mujeres en ocasiones no tienen dignidad y se rebajan demasiado por un hombre, en especial por uno como yo.

Sé que soy atractivo, pero no sé qué me encuentran tan interesante, porque todo ese atractivo es opacado por la arrogancia y superioridad que me cargo. A pesar de todo, nunca nada, ni nadie, va a cambiar que me crea superior, mejor.

Paso de largo sin mirar a Tatiana, ella es esa clase de mujer, al parecer no acaba de entender que no me interesa. En otro momento de mi vida, ya me la hubiese follado y despedido sin razón alguna, pero las cosas cambian ¡Verdad!

El gran problema es lo que me encuentro detrás de esa pared de cristal, joder ese vestido negro es tan entallado, le queda como un guante, no puedo evitar tensarme cuando mi polla se pone como un hierro, exactamente igual que en el asesor ayer, exactamente como cundo la escucho hablar en cualquier momento del día. Ese jodido acento que me hace fantasear en como seria que gima mi nombre diciendo incoherencias en italiano.

Mi polla crese mucho más, en lo único que pienso es en follármela y joder no puedo, no puedo, pero las ganas no me faltan y es que ella no me ayuda con ese vestido, que marca bien su cuerpo, ese trasero perfecto. Se gira y me sonríe, paciencia, paciencia, organízate Eros, organízate y controla lo que tienes entre las piernas. 

-Buen día-me saluda de forma dulce y eso no hace más que joderme, joder la odio. 

-La agenda Neela, tengo prisa-le ordeno brusco, asiente rápido.

-Vendrán los señores Jarand, luego tienes dos reuniones más con una compañía de telecomunicaciones y finaliza con mi hermano.

-Quieres decir Liam Green y Eros Hall es decir: Hall, Green y asociados.

Asiente sé que esta confundida ayer le dije que me tuteara y ahora actúo de esta forma, pero es que tengo que hacerlo. Joder es eso o le abriré las piernas encima de este escritorio. Me la follaré hasta que no me quede una gota de semen en las pelotas, que las tengo moradas por su cupa.

Cuando todo está arreglado voy directo a la sala de junta donde se encuentran esos hombres. En realidad, no me interesa comprarle nada, es mucha inversión y estoy seguro que las ganancias no se duplicarán y eso no es lo quiero. Solo tomo los negocios que me den grandes sumas, a los que se le puede extraer todo y a los que pueda vender triplicando el monto inicial. 

- ¿Desean algo de beber? -pregunta ella atentamente. 

-Dos tes negro-dice uno de esos viejos verdes desnudándola con la mirada.

-Neela dos tes negro y un cortado para mí-ordeno con voz ronca y tensando la mandíbula. Con qué derecho ese asqueroso la mira de semejante manera. 

Ella sale en busca del pedido. No le estoy prestando atención a estos hombres, entra dejando las bebidas a sus dueños y cuando va a colocar el mío hago un ademan con la mano para callar a uno de esos viejos y me derrama el contenido encima.

-Lo siento, lo siento-toma una servilleta y comienza a limpiarme. Mierda, mi piel quema donde toca, joder y no es por la bebida que derramó ¿Qué carajos es esto? La aparto de forma abrupta. 

-Sal, ya me encargo yo-le digo alzando la voz.